19 marzo 2013

LOS OLMOS DE GABRIEL MIRÓ, EN PELIGRO


ACTUALIZADO A 3 DE JUNIO DE 2013

Juan Javier Maestre Gil, Jefe de Área de la Concejalía de Atención Urbana del Ayuntamiento de Alicante nos remite un escrito en contestación a nuestra consulta y petición sobre el mantenimiento de los olmos de Gabriel Miró, adjuntando un informe del Ingeniero Agrónomo Municipal, Carlos Domínguez Herrera, en el que se asegura que no se va a talar ningún olmo histórico y que se realizará un estudio para tomar las decisiones adecuadas para preservar la vida y seguridad de estos ejemplares.

Nos felicitamos ante esta decisión, y queremos compartirla con todos nuestros seguidores. Del mismo modo, agradecemos a la Concejalía su contestación oficial y su decisión de preservarlos.





A CONTINUACIÓN, EL ARTÍCULO ORIGINAL


La silueta recortada de un olmo centenario, frente a otro patrimonio histórico de nuestra ciudad: el edificio de Correos. Fotografía de José Cremades.
La plaza de Gabriel Miró en Alicante es uno de los últimos jardines románticos que sobreviven prácticamente inalterados desde su creación, formando parte del conjunto de Paseíto de Ramiro (totalmente transformado), Portal de Elche y Panteón de Quijano.

Plaza de Gabriel Miró en 1918, ya se aprecian los olmos al fondo, junto a las pérgolas.
Los olmos de Gabriel Miró, en la década de 1960.
A lo largo de su historia, su fuente de la Aguadora y sus frondosos árboles han refrescado esta zona de la ciudad en un reducto de paz y tranquilidad en pleno centro urbano.
Durante las últimas décadas, sufrió un proceso de deterioro y abandono en las edificaciones que la rodean, que conllevó una irremediable degradación de la zona, con una lenta y tardía respuesta por parte de la administración.

Un ejemplar de los árboles que le han molestado al Ayuntamiento y que desea eliminar. Fotografía de José Cremades.
Fantástica escena urbana, absolutamente única en Alicante, donde el arbolado de este tipo  apenas existe. Parte del éxito del resurgir de la Plaza de Gabriel Miró se debe, sin duda, a su fantástico arbolado. Eliminarlo para renovar la plaza supera lo absurdo. Fotografía de José Cremades.
Hoy en día, la plaza luce como ya casi no se recordaba. Abren comercios, cafeterías y restaurantes a su alrededor. El Colegio de Arquitectos apostó por trasladarse a una nueva sede en la plaza, recuperando un emblemático edificio histórico, y recientemente, Correos ha recuperado su fantástico edificio.



Primavera, verano, otoño e invierno en la Plaza de Gabriel Miró, con el ciclo anual de los olmos. Fotografías de José Cremades.
En todo este proceso, alguien ha debido pensar que le estorba parte del arbolado, y el ayuntamiento ha fijado su mirada en los magníficos ejemplares de olmos centenarios que acompañan a los ficus de la plaza. Estos árboles, tan infrecuentes en nuestra ciudad, y propios de tiempos pasados, no sólo aportan una calidad ambiental propia de localidades más interiores y de ciudades de otras latitudes con sus hermosos troncos y su hoja caduca, sino que sus copas han adquirido un porte de gran magnitud, y ofrecen una sombra espectacular en los meses de verano, que tanto se necesita.

La escultura de la Aguadora rodeada de un marco incomparable gracias a las frondosas copas de los olmos. Fotografías de José Cremades.
Prueba de la belleza de estos árboles es el registro fotográfico que podéis encontrar en el blog Time Flies, donde periódicamente José Cremades realiza un reportaje a la evolución de colores y frondosidad de los árboles de la plaza.
Plaza de Correos, 2013. Fotografía de José Cremades.
Este patrimonio natural y vivo de los alicantinos es más que un elemento ornamental o paisajístico, pues los olmos se han convertido en un símbolo del espacio público, y por tanto son un bien cultural y social.

Fotografías de la parte superior de los troncos vaciada para evitar que acumulen agua. Se aprecia cómo el árbol sigue vivo y en perfecto estado de salud. El hueco está cicatrizado y las ramas siguen brotando cada primavera. Fotos de José Cremades.

Hueco preventivo practicado en la base de un olmo de la plaza de Gabriel Miró.
El proyecto (que conocemos sólo por la prensa) planea eliminar estos ejemplares para sustituirlos por otros jóvenes, que tardarán décadas en alcanzar un porte similar (si es que no los vuelven a talar), y desde Alicante Vivo hemos contactado con varios profesionales (Ingenieros Forestales, Agrícolas y Agrónomos) para que nos den su opinión técnica respecto a si estos árboles pueden ser salvados, y todos coinciden en que estos árboles no presentan ningún riesgo de caída, y en caso de que en el futuro hubiera algún riesgo, existen suficientes técnicas y ayudas para mantenerlos en su lugar sin riesgo.

Estos árboles se encuentran ahora mismo huecos en su base precisamente porque su madera absorbe la lluvia, y con la edad, empiezan a convertirse en grandes "depósitos" naturales de agua, lo que puede provocar que se pudra su tronco y entonces sí que exista riesgo de caída.
Es por ello que de modo preventivo, se vaciaron en su base hace años, para salvarlos y garantizar su supervivencia en el futuro, de modo que el tronco desaloja el agua que acumula cada vez que llueve, y vuelve a secarse.
Esta operación se realizó por profesionales, sin poner en riesgo la estabilidad de los árboles, y prueba de ello es el magnífico estado en que se encuentran.
Sin embargo, es el argumento que esgrime el Ayuntamiento para justificar el coste de las obras que va a realizar en la plaza, que pueden ser muy necesarias de cara a su mejora, pero que no deberían incluir la eliminación de un tesoro natural como son estos olmos:
“Ademas, de acuerdo al proyecto, se eliminará algún olmo “que entendemos es muy peligroso por riesgo de caída al estar huecos“, que se replantarán “para perpetuar la imagen de la plaza”.

Ni la Grafiosis, famosa enfermedad de los olmos, que acabó con tantos ejemplares monumentales en la Montaña de Alicante, pudo acabar con ellos, pues nunca llegó a esta ciudad y permitió que hoy podamos disfrutar todavía de los ejemplares que quedan en plazas como Gabriel Miró o el Panteón de Quijano. Sin embargo, un nuevo atentado programado a nuestro patrimonio parece ser que sí terminará con su historia.

Nuestra compañera Anna Dèlia Taes, Ingeniera Agrónoma, nos ha aportado unas soluciones convencionales para asegurar partes en peligro en árboles, totalmente eficaces y seguras, que supondrían la salvación de estos árboles (si es que se encuentran en riesgo):



Del mismo modo, en el blog de Time Flies, de José Cremades, podemos ver una selección de apoyos y refuerzos a árboles que ya se aplican en la ciudad de Alicante (la mayoría en el propio entorno de la plaza):




El mismo Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de la Provincia de Alicante nos ha remitido esta nota en la que aportan su visión profesional acerca de esta situación:


En este escrito, se asegura que "no se encuentra oportuna la eliminación de ningún olmo", puesto que desde el punto de vista estructural son totalmente estables, y que su aspecto es el propio de ejemplares de su edad.
Proponen su estabilización, y la realización de informes más exhaustivos que no estén basados sólo en inspecciones oculares, sino también en un informe fisiológico de los mismos.
Del mismo modo, se cita al recientemente publicado (e insuficiente) Catálogo de Árboles Monumentales de Interés Local (CAMIL) aprobado el 30 de enero de 2013 (descargar aquí [PDF, 0.4 mb]) del Ayuntamiento de Alicante, en el que se incluyen estos olmos y se les dota de medidas protectoras para preservar su estado y prolongar su vida el mayor tiempo posible. 
De hecho, en el Capítulo II, se cita claramente que "la descatalogación se producirá por la muerte o desaparición del ejemplar". Es decir, es el propio Ayuntamiento de Alicante el que está incumpliendo su normativa y destruyendo el patrimonio arbóreo que ellos mismos han catalogado.
Si de esto sirven los catálogos de protección y así se escucha a los profesionales y a los ciudadanos, ¿qué nos queda esperar?




En el catálogo, se describen con la siguiente reseña en la ficha dedicada a la arboleda de la plaza: "Junto a ellos (los ficus) existen 5 olmos viejos, que si bien no llegan a alcanzar la categoría de árbol monumental a que se refiere la ley (de Patrimonio Arbóreo Monumental), destacan por alcanzar portes muy superiores a los habituales de la especie. En conjunto (ficus y olmos) forman una arboleda de importante valor recreativo, ambiental y también cultural, puesto que su antigüedad (alrededor de 120 años) lo hacen ya parte integrante de la ciudad. Por ese motivo, todos son merecedores de medidas de protección y conservación específicas".

Cada uno de los cinco olmos posee en dicho catálogo una ficha específica con datos como su altura (entre 9 y 14 metros), perímetro de tronco (entre 250 y 365 cm), diámetro de copa (entre 8 y 15 metros) o edad estimada (100 años). También se hace constar en las cinco fichas como amenaza la enfermedad de la grafiosis, que ha arrasado buena parte de la población de esta especie de árbol en España en las últimas décadas, destacando la ausencia de esta enfermedad en parte de la provincia de Alicante, incluyendo a la ciudad de Alicante, por lo que cobra aún mayor interés su estricta protección y conservación en la ciudad.

Desde la Asociación Cultural Alicante Vivo vamos a presentar una petición por escrito a la concejalía de Atención Urbana del Ayuntamiento de Alicante para atender al informe técnico del COITAPA, instando a conservar en todo caso los ejemplares de los olmos centenarios, realizando un examen exhaustivo técnico de su estado, y procediendo a estabilizarlos si se considera necesario, con tal de preservar la identidad y el ambiente de este jardín histórico y el tesoro natural de este conjunto de árboles.
En caso de que no recibamos una rápida respuesta, iniciaremos una campaña ciudadana de recogida de firmas y de actos reivindicativos en la plaza, para la que contamos con todos vosotros.






La plaza de Correos en verano, todo un paraíso de copas frondosas, sombra y fresco protegiendo al paseante del excesivo calor. Fotografías de José Cremades.
Esperamos que nuestra petición sea atendida, y que no recurran a sus conocidas estrategias de destrucción del patrimonio, pues cualquier día la plaza puede amanecer con el sonido de las motosierras que nos han robado a los olmos para siempre.

Esta fotografía puede ser una premonición de lo que va a suceder si no lo evitamos: en primer plano, un árbol joven , dispuesto para ser plantado. De fondo, uno de los olmos centenarios. Fotografía de José Cremades.
Nuestro más sincero agradecimiento a Anna Dèlia Taes, José Cremades, Hugo Riquelme Ortega y al COITAPA por su colaboración para realizar este escrito y luchar por conservar estos magníficos olmos. 

 
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