El pasado mes de junio desde Alicante Vivo publicábamos con motivo del retraso sine die de la llegada de la Alta Velocidad a la ciudad un artículo de opinión titulado “Este AVE no aterriza” en el que ya veníamos alertando, en relación al posterior desarrollo urbanístico de la zona una vez liberada de las vías que la atraviesa, de tres cuestiones que a nuestro parecer eran imprescindibles para un desarrollo coherente, sostenible y equilibrado con los distritos que la rodean y el conjunto de la ciudad. Por una parte decíamos que el futuro proyecto debiera propiciar, de acuerdo con su filosofía, la unión de los barrios tradicionalmente separados excluyendo cualquier construcción que pudiese suponer en la práctica cambiar una barrera de acero por otra nueva de asfalto. Hablábamos lógicamente de nuestra oposición al planteamiento de autovías urbanas totalmente incompatibles con un verdadero parque central. En segundo lugar, reclamábamos que la actuación a realizar contemplara el respeto al Patrimonio histórico, cultural y arquitectónico que los usos de la zona han ido propiciando, desde infraestructuras de tipo industrial hasta el popularmente apodado Puente Rojo como respeto y memoria a la actividad que el ferrocarril ha generado en la ciudad, sin olvidar por supuesto la Estación de Renfe y sus tinglados, consiguiendo algo muy complicado aquí: no arrasar con todo a nuestro paso cada vez que construimos cualquier cosa. Por último, considerábamos que dada la magnitud y el impacto del proyecto, el Ayuntamiento debía abrirse no sólo a otras entidades vecinales y asociativas, sino al conjunto de la ciudadanía alicantina, siendo consciente de que la magnitud del resultado final tendrá repercusiones (positivas o negativas) a escala metropolitana y no sólo sobre el vecindario de San Blas, La Florida, Benalúa o Ciudad de Asís.
Ahora que la Gerencia de Urbanismo ha anunciado por fin la apertura del proceso de participación pública previo a la redacción definitiva del Plan Especial de la OI/2, no queremos dejar pasar la oportunidad de aportar nuestra visión sobre el mismo y el primer adjetivo que usamos para definir el planteamiento que nos hace la Alcaldía es el de decepcionante y a continuación explicamos por qué:
El Ayuntamiento de Alicante nos ha dado unas cifras que a nuestro parecer suponen por sí solas la invalidez de todo lo planteado. Afirman que el porcentaje que ocupará el parque sobre el total de los terrenos afectados será del 33%. El resto, dos tercios, se los comerá una gran “avenida” que uniría Rabassa con el centro desembocando en las inmediaciones del futuro Centro Comercial, también llamado Estación Intermodal. El resto del espacio liberado, será destinado básicamente a uso residencial. Nos llama poderosamente la atención que cuando estamos sufriendo como pocos el estallido de la burbuja inmobiliaria, alguien decida que lo que hace falta para financiar la obra son viviendas (cuando nuestro término municipal viene concentrando el 40% de todas las desocupadas en el País Valenciano). La explicación es, o bien que se piensa más con el bolsillo que con la cabeza, o bien que quieren seguir los pasos del modelo de quiebra social, institucional y económica conocido de sobra en este país: hipotecar el patrimonio del suelo público que constituirá la pieza más importante del urbanismo y las infraestructuras de la ciudad en los próximos 100 años, entregando su éxito a un negocio privado especulador.
Tampoco deja de llamarnos la atención el nexo existente entre el Plan Rabassa (aprobado fuera del PGOU) y el soterramiento de las vías, ¿pretende la Alcaldesa que el soterramiento sea la primera piedra del Plan Rabassa? No podemos obviar que en este negocio se oculta una operación de gentrificación planificada en la que se generará una nueva línea de edificación construida frente a los barrios actuales, ocultándolos y negándoles a sus habitantes tradicionales una significativa mejora de su calidad de vida y la revalorización de sus viviendas, que han sufrido durante décadas los inconvenientes de vivir pegados a las vías del ferrocarril, aguantando todas las inclemencias que se derivan de la construcción del túnel, sin que ninguna Administración de las presentes en AVANT se rasgase nunca las vestiduras.
A esto, le continúa siguiendo la pretensión de hacer de nuestra Estación un nuevo Centro Comercial. Mientras el resto de los ya en marcha se encuentran bajo mínimos y el comercio local capea la crisis como puede, aumentar la oferta con una demanda por los suelos sólo provocará el traslado de los flujos y de la actividad, no redundará en la creación de empleo –como seguro nos intentarán convencer-, y dará al traste con la tímida pero continua recuperación que están viviendo ciertas zonas en las últimas décadas tradicionalmente deprimidas después de mucha inversión y esfuerzo tanto de la Administración como de vecinos y empresarios.
La propuesta de Alicante Vivo, a disposición de quien quiera consultarla en nuestra página web aboga por recuperar el edificio original e integrarlo en un edificio que genere un conjunto de interés arquitectónico, dimensionado correctamente para el cumplimiento de su programa de nodo de transportes, pero también el de lugar representativo y generador de vida urbana, rechazando por tanto la sobresaturación de grandes superficies. Apoyamos que este espacio aporte a la ciudad a algo más que un lugar para el tránsito de viajeros: ¿no sería idóneo para construir esa gran biblioteca-sala de estudios de la que Alicante carece? ¿Apostar por la Cultura y el Conocimiento? Por supuesto nos mantenemos en nuestra postura de conservar los restos de tinglados que no han sido demolidos para construir una estación provisional del AVE y en mantener el Puente Rojo, ya no sólo por nuestra argumentación sobre su valor de identidad, ni por el coste que supone desmontarlo (¿cuántos pisos vamos a tener que vender para pagarlo?), ni porque creamos que los problemas que genera al vecindario son por su falta de mantenimiento por parte del Consistorio, sino principalmente porque pensamos que es fundamental para entender la idea que tenemos de Gran Parque Central libre de tráfico que hace que si el puente no existiera estuviésemos hablando ahora de inventarlo.
Por último debemos expresar nuestra perplejidad ante lo que se va a llamar “proceso de participación pública”. El Ayuntamiento continua entendiendo la participación con un esquema de arriba hacia abajo, algo que le resulta cómodo puesto que la ciudadanía nunca decide, sólo opina y porque es la propia Alcaldía la que discrecionalmente se reúne siempre con Asociaciones seleccionadas, entre las que esperamos estar, no estableciendo cauces para hacerlo con los alicantinos y alicantinas que quedan fuera y que son mayoría, guardándose de posibles críticas y ejerciendo por tanto un férreo control sobre todo el proceso que no beneficia en absoluto la mejora de un proyecto que como hemos expuesto, creemos tiene graves deficiencias desde la misma base.
Debemos pues invitar a la Alcaldesa Sonia Castedo a una reflexión profunda sobre la propuesta presentada, más teniendo en cuenta que hay alternativas como la del arquitecto Iván Valero que en los últimos días ha levantado muchas más simpatías que la redacción municipal y de la que Alicante Vivo y otras entidades nos encontramos mucho más cerca. Es la oportunidad para gestionar bien algo histórico, pero nuestro Ayuntamiento va a tener que poner mucho más de su parte si quiere de verdad que esto salga bien.
Y como tememos que lo que va a suceder algunos ya lo tienen escrito desde hace mucho tiempo, invitamos a todos los alicantinos a levantarse, escuchar, opinar, debatir y participar, con el objetivo de que entre todos luchemos por ser nosotros los que decidamos cómo debe ser este parque que nos quieren arrebatar unos pocos. Esta es nuestra última gran oportunidad, Alicante debe despertar.
XAVIER LÓPEZ DÍEZ