Navegar hasta donde se acaba el mar según el mapa, andar hasta donde el camino se acaba según el cartógrafo y saber hasta el límite que dictan los libros ya escritos, son los pilares de una vida sencilla, cómoda y quizás segura. Pero revelarse contra esos límites, agrandar los mares, prolongar los caminos y descubrir sendas más allá es lo que hace de la vida una experiencia apasionante.
Los mares no se descubren, tampoco las tierras de más allá, pero lo habíamos olvidado. Todo estaba allí antes sólo que no alcanzábamos a verlo. Las cosas no se descubren, las cosas se hallan.
Así la frase “Terra Incognita” en un mapa del siglo XVII nos es más que una señal de “Ven y verás” que los más emprendedores, también los buscavidas y muchos ambiciosos siguen hasta el final, si lo hay, sin dudas, sin miedos y las más de las veces sólo por ampliar las fronteras del mundo.
Los tiempos pasados, lo que conocemos de los tiempos pasados, y lo que ya se ha escrito de ellos, son mapas trazados en piel curtida en los que irremediablemente se descubre, en algún cuadrante, en algún rincón, la leyenda “tierra desconocida”. Los archivos, las hemerotecas y las gentes de mayor edad guardan en sus estantes, en sus ejemplares y en sus memorias, mapas que no han sido todavía recordados.
Así en la hemeroteca del diario alicantino más longevo, el Diario Información, aparece como por detrás de los lindes conocidos, las novelas de S. Castleman, publicadas en ese diario durante los años cincuenta. Al margen de derrochar imaginación, destreza de vocabulario e intrigas imaginadas al más puro estilo de la novela negra americana e inglesa, S. Castleman suavizó las tardes de domingos en la Explanada, en el Café del Casino y puede incluso que en algún balnerario del Postiguet.
Son novelas policíacas, alguna de terror, que seguro hicieron imaginar a más de uno de nuestros padres escenas de crímenes, detectives privados con gabardina y sombrero, mujeres escotadas y rubias mientras, quizás esperaban al tranvía número 2 o atravesaban el barranco de San Blas con destino a Benalúa. En alguna tertulia de café alguien hablaría del método que el delincuente amañó para hacerse con la mercancía o jugaban en las sillas de madera de la Explanada a adivinar quién era el asesino.
El delincuente siempre pierde y la justicia siempre gana, pero no siempre. No hay crimen perfecto, ¿o si?, la policía no es tonta, ¿ó ..?. El caso es que el delincuente siempre acaba de una forma no prevista por él. O bien su conciencia le encierra en esa cárcel cruel que es el arrepentimiento, o bien el inspector acaba por esposarle y llevarlo entre rejas. De las ochenta y ocho novelas cortas publicadas y ahora recordadas no hay una sóla que un lector pueda obviar, todas ellas tienen, al margen del encanto de esa literatura de bolsillo, la atracción de una intriga, de una deducción casual, de una confesión. Créanme si les digo que leer a Castleman,, quien quiera que sea quin se oculte detrás de este seudónimo, va a resultarles enriquecedor y amable, divertido en ocasiones y terrorífico en otras.
Al menos a mi me han sacado del hastío de crisis, de las primas de riesgo, de los malvados sin paz que se enriquecen a nuestra costa, de los políticos sin ningún respeto a la polis que lo encumbró y de todo aquello que ennegrece estos tiempos.
Castleman, querido amigo, seas quien seas, gracias.
Espero que la publicación de las ochenta y ocho novelas cortas publicadas en el diario alicantino Información llegue a buen fin, al menos con ese entusiasmo he preparado la recopilación y cuya aceptación por parte del Diario Información, fiel seguidor de las intrigas, sigue siendo un misterio….
Sea cual sea el medio les aseguro que este que escribe publicará esta recopilación para colocar, de una vez por todas, el fin del camino unos palmos más allá.
DANIEL MOYA FUSTER
Nota: Ni que decir tiene que desde Alicante Vivo animamos a nuestro compañero Daniel a que saque a la luz estas novelas cortas. Esperamos que el diario Información apoye esta iniciativa y sea respetuoso con su historia y su pasado , que a fin de cuentas es la historia y el pasado de Alicante