El cementerio de Sant Antoni Abat, conocido popularmente como Cantagallet, fue habilitado de forma provisional en el año 1885 para hacer frente al aumento de la mortandad debido a la epidemia de cólera que asolaba Alicante. Poco tiempo después se procedió a la adquisición de nuevas parcelas y ya en 1889 salió a concurso el proyecto de construcción del nuevo cementerio que sustituiría al de 1812. Resultó ganador el ingeniero Enrique Vilaplana Juliá.
El arquitecto concibió el nuevo cementerio no como un simple lugar de "almacenamiento" de cuerpos, sino como una ciudad de los muertos que seguía los criterios academicistas del XIX. La burguesía industrial y comercial de Alcoy no sólo plasmaría sus gustos estilísticos en sus viviendas, símbolo de su poderío, sino que convertiría también sus panteones del cementerio en pequeñas joyas de la micro-arquitectura. En estas pequeñas obras de arte es posible contemplar la evolución de los gustos y tendencias arquitectónicas desde finales del siglo XIX hasta nuestros días.
Habilitado en 1909. Destaca por su sencillez en comparación con los panteones suntuosos de la parte religiosa. Encontramos entre frondosa vegetación sencillos panteones carentes en su mayoría de simbología religiosa. Sus epitafios no tienen desperdicio, encontramos desde poemas , frases repetidas en muchas tumbas relativas a la subida al espacio del finado hasta inscripciones que relatan la creencia del fallecido en la vida fuera de nuestro planeta.
Este cementerio civil se encontraba separado por una tapia del religioso. Su acceso se realizaba desde el exterior por una pequeña puerta si bien durante algún tiempo tuvo una puerta de acceso desde el interior del cementerio religioso que aún se conserva semitapiada. En la actualidad hay un nuevo acceso en forma de escalinata.
El arquitecto concibió el nuevo cementerio no como un simple lugar de "almacenamiento" de cuerpos, sino como una ciudad de los muertos que seguía los criterios academicistas del XIX. La burguesía industrial y comercial de Alcoy no sólo plasmaría sus gustos estilísticos en sus viviendas, símbolo de su poderío, sino que convertiría también sus panteones del cementerio en pequeñas joyas de la micro-arquitectura. En estas pequeñas obras de arte es posible contemplar la evolución de los gustos y tendencias arquitectónicas desde finales del siglo XIX hasta nuestros días.
PANTEONES (I)
Situados en la parte más antigua del cementerio, a ambos lados del sendero principal que termina en una gran cruz a cuyos pies se encuentra un altar que hace las funciones de capilla. Dejamos para el final la segunda parte dedicada a los panteones.
Panteón de Enrique Carbonell, propietario de la Casa
Carbonell de Alicante. Año 1941. Vanguardia
(Arq. Tomás Ferrándiz)
Carbonell de Alicante. Año 1941. Vanguardia
(Arq. Tomás Ferrándiz)
Panteón de Vicens (1910). Obra del arquitecto Ramón Lucini
con vidrieras de H&J Maumejean Hermanos.
Eclecticismo historicista.
con vidrieras de H&J Maumejean Hermanos.
Eclecticismo historicista.
Enrique Hernández (1931) obra del arquitecto Lorenzo Ridaura
y el panteón academicista de Gosálbez-Barceló (1838),
trasladado desde el antiguo cementerio
y el panteón academicista de Gosálbez-Barceló (1838),
trasladado desde el antiguo cementerio
PANTEÓN DE ALCOYANOS ILUSTRES
Lindando con los ensanches de 1976 y 1989 se encuentra el singular panteón de alcoyanos ilustres levantado en 1990 inspirándose en la Capilla Woodland de Estocolmo. Es sin duda alguna una de las edificaciones más destacadas del cementerio alcoyano, si bien su interior está en un estado de conservación tal que tememos en cualquier momento se pueda proceder a su clausura temporal por motivos de seguridad.
CEMENTERIO MILITAR
Este pequeño cementerio fue crado a partir de 1910 puesto que Alcoy tenía un importante destacamento militar. Se accede por una empinada escalera de piedra, si bien su acceso también es posible por la parte trasera, atravesando el ensanche de 1952.
En el centro del cementerio militar se encuentra la tumba de los 12 militares del regimiento de infantería Vizcaya nº51 de Alcoy que fallecieron en el accidente ferroviario que tuvo lugar el 22 de diciembre de 1922 entre las estaciones de Agres y Onteniente cuando regresaban de realizar unas maniobras militares.
En el centro del cementerio militar se encuentra la tumba de los 12 militares del regimiento de infantería Vizcaya nº51 de Alcoy que fallecieron en el accidente ferroviario que tuvo lugar el 22 de diciembre de 1922 entre las estaciones de Agres y Onteniente cuando regresaban de realizar unas maniobras militares.
CEMENTERIO CIVIL
Habilitado en 1909. Destaca por su sencillez en comparación con los panteones suntuosos de la parte religiosa. Encontramos entre frondosa vegetación sencillos panteones carentes en su mayoría de simbología religiosa. Sus epitafios no tienen desperdicio, encontramos desde poemas , frases repetidas en muchas tumbas relativas a la subida al espacio del finado hasta inscripciones que relatan la creencia del fallecido en la vida fuera de nuestro planeta.
Este cementerio civil se encontraba separado por una tapia del religioso. Su acceso se realizaba desde el exterior por una pequeña puerta si bien durante algún tiempo tuvo una puerta de acceso desde el interior del cementerio religioso que aún se conserva semitapiada. En la actualidad hay un nuevo acceso en forma de escalinata.
Antigua puerta de acceso al cementerio civil. Tapiada en 1939.
A la izquierda la nueva escalinata de acceso desde el religioso.
A la izquierda la nueva escalinata de acceso desde el religioso.
Tumba del músico José Seva Cabrera
En la próxima entrega: Visita a las catacumbas
y enlace al folleto turístico
En la próxima entrega: Visita a las catacumbas
y enlace al folleto turístico
Fuentes:
- Catálogo del cementerio municipal de Alcoy. Año 2010
- Catálogo del cementerio municipal de Alcoy. Año 2010