Uno no debería asombrarse de que haya gente con conciencia ciudadana, que cumple con sus obligaciones. Pero en este mundo insolidario y caníbal, ver al dueño de un perro recoger las cacas con una bolsa de plástico y tirarlas a la basura sigue siendo un espectáculo de agradecer. Cuando esto ocurre, uno ve lo que debe ver: una persona humana (valga la no sé si redundancia, porque me da que hay personas que no son humanas), paseando a su perro o perra y cuidándolo, o cuidándola, con el amor que debe esperarse de un ser superior hacia su inocente mascota.
Pero, ay, otras veces uno ve, o pisa, que es peor, una repugnante caca de can abandonada enmedio de la acera para disfrute de las suelas de los convencinos. Es curioso que estas mierdecillas, o mierdotas, que de todo hay, nunca se depositan ante el domicilio del dueño, o dueña, del animalito.
Los últimos estudios de eminentes zoologos de gran prestigio aseguran que en estos casos se da una original simbiosis urbana, la llamada SIMBIOSIS CATABÓLICA CÁNIDO-PORCINA, que es cuando un PERRO cagón va acompañado de un CERDO.
No somos nadie.
Pero, ay, otras veces uno ve, o pisa, que es peor, una repugnante caca de can abandonada enmedio de la acera para disfrute de las suelas de los convencinos. Es curioso que estas mierdecillas, o mierdotas, que de todo hay, nunca se depositan ante el domicilio del dueño, o dueña, del animalito.
Los últimos estudios de eminentes zoologos de gran prestigio aseguran que en estos casos se da una original simbiosis urbana, la llamada SIMBIOSIS CATABÓLICA CÁNIDO-PORCINA, que es cuando un PERRO cagón va acompañado de un CERDO.
No somos nadie.