Noticia, tal y como aparece en el Diario 20 Minutos
Noticia tal y como aparece en el Diario La Verdad
Que las pintadas, firmas o falsos grafitis invaden la ciudad como si de una plaga se tratara, ya no resulta una noticia para nadie. Por el contrario y a nuestro hondo pesar, el alicantino está tan acostumbrado a ellas que ya casi ni se percata ni se preocupa de los nuevos actos vandálicos que aparecen día a día por nuestras calles... aunque se trate, como en esta ocasión, de la ladera del Castillo de Santa Bárbara.
Pintar el patrimonio o mobiliario público es una "moda" con difícil (si no imposible) solución; intentamos autoengañarnos anunciando que una correcta educación, un intenso respeto hacia lo ajeno o, en su defecto, unas duras sanciones económicas o laborales, pueden paliar el problema. Pero no es así; a lo máximo que podemos aspirar en esta tierra es a concienciar de la urgente necesidad de querer lo ajeno como si fuera nuestro, ya que desgraciadamente en Alicante sólo se cuida lo que consideramos propio.
Como se puede observar en las imágenes (de una forma tan visible que incluso desde la Playa del Postiguet nuestros turistas lo ven en primer plano sobre sus cabezas), en un contrafuerte situado entre la muralla que desciende hacia La Medina y el Raval Roig, y entre La Ereta , justo encima de las calles San Pedro y San Juan, campan a sus anchas estas hermosas pintadas.
Y lo más peligroso no radica en la estética para la ciudad o en su limpieza (que estamos seguros procederán a llevar a cabo inmediatamente), sino que estas cosas tienen un efecto "llamada" entre la gentuza y los salvajes que se creen artistas por el hecho de empuñar unos sprays. Nos consta que el "pique" entre unos y otros, para ver quien puede más, quien es más chulo, quien desafía al peligro (que ellos mismos corren al encaramarse a lugares realmente arriesgados) o a la autoridad, podría acabar con las murallas del Castillo totalmente anegadas de firmas y pintadas en un futuro no muy lejano.
Parece casi una locura... pero en Alicante ya tenemos muchos ejemplos de lo que podría suceder. Sin ir más lejos, aún se conservan fotografías de apenas unas décadas en las que San Fernando estaba reluciente y hermoso. ¿Cuánto tiempo separa lo decente de lo infame? ¿Un lustro? ¿Una década? ¿Dos, a lo sumo? Por eso mismo, desde Alicante Vivo pedimos de nuevo mano dura con los responsables y una urgente reparación del daño causado. Sólo con el esfuerzo de todos podemos conseguir una ciudad "guapa, guapa y guapa"
ASOCIACIÓN CULTURAL ALICANTE VIVO