Es evidente que los alicantinos estamos muy orgullosos de nuestro primer coliseo: el Teatro Principal. Obra proyectada por el arquitecto Emilio Jover allá por el año 1847, es una verdadera joya alicantina que ya cuenta con 153 añitos. Edificado con piedra arenisca de nuestra Cantera, ha sufrido numerosas transformaciones, reconstrucciones y rehabilitaciones a lo largo de su historia que han alterado bastante su imagen original, finalizando la última en 1991 bajo la dirección de Alfonso Navarro Guzmán.
Desde entonces ha sufrido muchas operaciones de “estética” para tapar agujeros, grietas y desconchados que se han ido produciendo a lo largo de estos 19 años. Siempre se ha parcheado con materiales poco afortunados que tienen otras pigmentaciones y acaban "cantando" a kilómetros, tal y como se aprecia en las fotos.
Respecto a las columnas del pórtico, el mal aspecto estético que presentan es evidente: en sus desportillados, sobre todo de sus bases e incluso en el fuste, vemos esenciales las labores de mantenimiento para que la situación no vaya a más y luego sea más cara la reparación.
En cuanto a las grietas, van saliendo una y otra vez, y lo que se hace es ir tapándolas y punto... algo de lo que muchos profesionales no son muy partidarios, ya que lo sensato sería hacer un control de movimiento con los medios técnicos oportunos y ver por qué se ocasionan (aunque no sean necesariamente peligrosas ni para el edificio ni para sus usuarios).
En todo caso, la presencia de humedades en el techo de esa parte (bien por otras causas o por la grieta en cuestión, porque está junto a ella y podría afectar a las tejas de la cubierta) debería de vigilarse, aunque también existen manchas en el otro extremo del pórtico.
En conclusión, debemos exigir a los responsables que comprueben por sus propios medios lo que decimos y que ACTUEN en consecuencia; no queremos ver una imagen como ésta:
SER ALICANTINO... DUELE