Durante varios años, el equipo formado por Manuel Uñac, Vicente Borderá y el que suscribe el artículo, hemos participado en los cursos de Formación impartidos por la Dipu. Nuestra especialidad era la jardinería en diversas variantes. Manuel es un jardinero magistral y Vicente un ingeniero experimentador y formadísimo. Sus clases han sido siempre un éxito. Como complemento de estas clases, se aplicó un horario en el que yo, como prevencionista, explicaba las Leyes, Normas, etc... que sobre la Salud Laboral pueden afectar a los diversos tipos de jardineros que trabajan para las Administraciones Municipales y la Diputación. Estos cursos son supervisados por los expertos de nuestra Dipu. Una vez aprobados y según las solicitudes, eran impartidos en el Hogar provincial o el algún jardín de Alcoi, Guardamar, La Nucia, Denia, etc.
Un compañero, jardinero, aprende a trepar a un árbol con el fin de actuar en la zona de la copa. El acceso lo hacemos con escalera o por medios de autoelevación, siempre homologados. No utilizamos en estos primeros contactos medios de protección anticorte, pues solo estamos practicando la colocación de lineas de vida y el montaje de "nidos" en las zonas del eje del árbol con el fin de avanzar después por las ramas donde se ha de actuar. En este caso y una vez constituido el "nido", se asciende hasta la cinta anaranjada donde se asegura el podador. Allí cambiamos los medios de ascenso por otros de descenso. El descenso tiene dos posiblidades. Una es la de regresar al suelo y otra la de operar en un punto determinado del árbol en el camino de descenso.
Podemos ver como el compañero ha cambiado de instrumento y ahora utiliza no un Jumar de ascenso, sino un sistema de descenso conocido como ID. El arnés es un arnés profesional de alta gama que nos garantiza la seguridad y la comodidad a la hora de trabajar incluso durante horas en situaciones "poco comunes".
Observemos el fin del descenso y como Manuel Uñac dirige la operación desde abajo. Tras él, un casco, OBLIGATORIO, y un arnés completo (Asiento y tirantes).
En los primeros momentos y tras colocar la linea de vida, el monitor, es decir, yo, realiza diversas maniobras de ascenso y descenso así como de anclaje de la linea de vida en el eje del árbol con el fin de garantizar la mayor protección posible. El trabajo se realiza tras la inspección de árbol a trabajar, en este caso de forma supuesta aunque con maniobras reales. Obsérvese el arnés de cinta ancha, el casco, el ID y las botas anticorte con su escudo de homologación. Curiosamente y sin ánimos de presumir, es en nuestra provincia, concretamente en Callosa del Segura donde se fabrican esta botas de una calidad extraordinaria. Es verdad. Con el fin de completar el anclaje y las zonas de aseguramiento de los que suban al "nido" llevo diversas cintas de escalada y mosquetones.
Este es el nido que estoy montando en la cruz del árbol. Primero me anclo, anclo la cuerda (linea de vida) y después procedo a dirigirme a la zona del árbol a tratar. Ya sea desde arriba y rapelando, o simplemente alcanzando la zona. Hay veces en que estas más tiempo montando el sistema de seguridad que trabajando. Pero es necesario e incluso cómodo trabajar con una instalación correcta. Llevamos varios años en que han disminuido los accidentes graves por caída.
La casi totalidad de las fotos de este artículo se han tomado durante la realización de estos cursos o forman parte de la teoría de los mismos. En estas, estoy ascendiendo a la copa en la que trabajaré, casi siempre, en situación de colgado. Con perdón.
En la foto podemos ver el jumar y la cuerda salvaramas que nos servirá para acceder a toda la copa del árbol. Así como los estribos de escalada utilizados tanto en el ascenso como en las situaciones de trabajo.
En los trabajos de menor envergadura, actuación sobre ramas finas, de hasta 10 o 12 cm, se puede utilizar la sierra curva, llamada también sierra griega.
Esta sierra puede usarse a mano o en la punta de pertigas de hasta 5 metros. Es decir, con un poco de practica podemos alcanzar hasta casi 7 metros. Tengamos en cuenta que desde esa altura podemos ser alcanzados por la rama que pretendemos apear. No está de más el uso de un casco de arborista. Más adelante lo veremos mejor.
Esta pértiga puede utilizarse también con unas tijeras tronzadoras que mediante el uso de un cable, bien visible en la foto, nos permite descargar ramas de hasta seis cm.
El material a utilizar en estos trabajos de altura es, en este caso, de mi propiedad. Lo utilizo en los cursos a impartir, pero también y sobre todo en mi pequeña parcela. Podemos ver el casco de arborista, con su visera corta y su protector facial así como auditivo. La motosierra de poda con una espada de 35 cm. y a su lado las pequeñas herramientas de afilado y otra espada con su cadena de 30 cm. A su lado unos guantes de podador hechos de material resistente y varias capas de kevlar. Son guantes anticorte. Del mismo material debemos utilizar pantalones o zahones, chaquetas o mangas, etc. así como calzado especifico. Siempre homologado con las letras CE.
El sistema de trabajo con pertiga y varios de los utensilios. Sierra y tijeras dotadas de cuerda para cortar desde abajo.
LAS PROCESIONARIAS
Con nieve o lluvia, las bolsas de las procesionarias sobreviven. Apretadas en su interior las orugas se mantienen por muy adverso que sea el tiempo. Una noche, solas y a la intemperie, no podrían superarla.
El caso es que un buen día deciden bajar del árbol y comienzan la búsqueda de un lugar donde enterrarse y tras pasar por el estado de crisálida, se convierten en humildes mariposas que buscan a su pareja para reproducirse.
Aquí las vemos camino de su destino. Estas fueron suprimidas con un insecticida antiorugas. En las tiendas de jardinería, viveros, etc se pueden encontrar. Cuidad que sean productos ecológicos. Es mejor, por supuesto.
Estas bolsas son de un aspecto un tanto repelente. La parte inferior que vemos formada por unas bolitas verdes, son ni más ni menos que los excrementos de dichas orugas. El grave problema de las procesionarias es el de sus pelillos urticantes y su voracidad. Creo que su estética la asociamos a estas circunstancias.
Durante varios años he potenciado la existencia de pequeños pajarillos insectívoros con la ubicación de casitas de madera en varios de los veinte pinos adultos de que dispongo. Otros tantos están creciendo de forma natural en su alrededor. Algunas veces y tras las ventoleras que asolan periódicamente las alturas de nuestra provincia, me encuentro con el anterior caso. Un nido caído que curiosamente ha sido hecho con todo tipo de fibra, incluido plástico procedente de las lonas que se utilizan para cubrir leña, material de trabajo, etc.
El caso es que en los últimos años se han multiplicado las bolsas de procesionaria y han disminuido algunas especies de la zona. Han desaparecido las liebres y los pequeños insectívoros. Mientras hacia estas fotos, aún sonaba el picoteo de un herrerillo cerca de mí. Durante este año pretendo instalar nuevas cajas para ayudar a su nidificación. Quizás no consiga casi nada, pero creo que debo hacerlo. Por supuesto me informaré de donde puedo conseguir estos nidos o como hacerlos y donde colocarlos. Si algún lector sabe, no estaría de más su aportación de información. Esto es un blog más abierto de lo que parece.
Las tijeras en la punta de la pértiga me han servido para eliminar una gran cantidad de bolsas.
No es necesario ser muy experto para hacerlo bien. Me sirvo del material antes citado.
Las bolsas cortadas las acumulo en zona de suelo enladrillado. Es por una razón muy sencilla. No permito de esta forma que durante el tiempo del corte se escape un solo ejemplar al enterrarse en el suelo. Despues las bolsas van a parar a un bidón con agua. Prefiero eso a quemarlas. El fuego y el campo son malos compañeros.
Al comienzo de la temporada, las bolsas se encuentran en zonas más bajas y son más fáciles de cortar. Aún así siempre e escapa alguna que no podemos alcanzar con la pértiga y que no vale la pena alcanzar con técnicas de trepa. Pero hay otros medios.
Hay formas de evitar que las procesionarias lleguen al suelo. Me sirvo de pocos elementos. Una maceta vieja procedente de un arbusto plantado. No debemos tirar por tirar. En este caso, reciclamos.
Desculamos y cortamos la maceta y con ella rodeamos el tronco en que una bolsa se escapa a nuestro alcance. Con la grapadora volvemos a unir las dos partes.
Aqui vemos las grapas y la cinta americana o cinta de embalar con que unimos la maceta al tronco. En la última foto vemos como hacemos pequeños cortes que permitan la salida del agua que en caso de lluvia se pueda amontonar en el interior. Las orugas al bajar de la copa llegan al fondo del cono invertido y no pueden retroceder. Allí moriran de inanición y de frio. No olvidemos al retirar la maceta y las orugas muertas el usar guantes y las mangas bajas. Aún me pican los brazos del polvillo prcedente de las bolsas.
A partir de abril comenzaré a impartir una nueva serie de clases sobre tecnicas de prevención de riesgos laborales en jardineria. El punto fuerte dependerá de mis compañeros. Ellos son unos expertos en este mundo del arte de la jardineria. Recordad que un jardinero es un artista que embellece día a día nuestra ciudad haciendola más habitable, más bella. Si con mi experiencia como Tecnico en Prevención de Riesgos Laborales puedo aportar algo, estupendo.
Y sobre las procesionarias, todo comentario sobre donde encontrar esta casitas-nido, como, donde y cuando colocar las bolsas trampa para capturar machos salidos (una por cada 10.000 metros cuadrados, es decir 100 m por 100 m) o cualquier otra información al respecto, será bien recibida. Hoy 22 febrero vengo de Castalla. Por el camino he visto zonas totalmente infectadas de procesionaria. Mas de lo normal. Que pena.