10 julio 2009

LA CRUZ DEL PUIG CAMPANA.


Si eres montañero, sabrás que las cumbres hoy son objeto de visita deportiva casi multitudinaria.

Del miedo a las alturas se ha pasado al afán por ascenderlas, que no conquistarlas. Una montaña no se conquista, se acaricia, se visita, se disfruta... Pero núnca se posee. Ni con escritura de propiedad. Nosotros pasamos y ellas siguen, cambian, suben, se desgastan...


LOS SÍMBOLOS
Escudo-Alfile


Es natural que cada pueblo identifique los lugares sagrados con sus símbolos. Es normal que al llegar a un pico, un montón de piedras, una cruz o un simple tronco, destaque el hito de la cumbre. Ya en 1700, en Orihuela, se colocó cerca de la Muela una primitiva cruz para santificar aquellos picos donde podían habitar seres malignos. Con el tiempo se cambió la ubicación y la calidad del símbolo cristiano. En el siglo XX este símbolo paso avatares diversos, algunos terribles. Pero ya hablaremos de ellos otro día.

En otros lugares son figuras de vírgenes o santos, pequeños altares, buzones o... simplemente nada. El hielo y los cambio de tiempo hacen imposible la permanencia de nada sobre estos picos. Edmund Hilary y Tensing colocaron una pequeña cruz y algunos alimentos sobre el hielo. El viento o el propio hielo hicieron desaparecer dichos objetos en poco tiempo.

Está claro que no todas las cumbres pueden albergar estos elementos colocados por el hombre.


La Virgen de las Nieves colocada sobre el Veleta, era repuesta año tras año hasta que se colocó a los 2700 metros, es decir 700 metros más abajo. La cruz del Mulhacen desaparece casi todos los años. La tengo fotografiada entera, partida, torcida, desparecida bajo metros de hielo.


Pero en Alicante, sobre el Puig Campana y durante 30 años, hemos tenido un poste de dos metros y medio coronado por un rectángulo acostado de 50*150 cm. Todo esto sobre una plataforma de piedra y cemento de metro y medio.


UN POCO DE HISTORIA


El 6 de diciembre de 1940 se unifico a los diversos grupos juveniles del bando ganador de la Guerra Civil. Se juntó a nivel juvenil a los Pelayos y a las Juventudes Carlistas con la Organización de Juventudes Falangistas. Se les conoció como Frente de Juventudes.


Pasados los años, el fin político de dicha organización se diluyó con la entrada al poder de grupos no Falangistas ni Tradicionalistas. Fue en 1960 cuando se creo la OJE. Era una organización menos politizada y menos fascistoide. Recordar que el Frente de Juventudes fue una copia de la Juventudes Fascistas italianas, portuguesas o Hitlerianas.

Había que soltar lastre.


La OJE, tenía un lema: "VALE QUIEN SIRVE". Nunca he sabido si el "sirve" hace referencia a ser útil o servil. Su escudo era la cruz de San Fernando. Este rey fue al igual que su primo hermano Luis de Francia, santo. Les venia de familia. Se ve. Como militar fue invicto y tras la incorporación de León, emprendió la guerra contra los españoles del sur. Campaña tras campaña, sometía los reinos "sarracenos". El primo Luis, emprendió una Cruzada contra el infiel y allí en Palestina, dejo la piel. La avaricia rompe el saco.

Fernando, tras llegar al Atlántico, cruzo y llevó a cabo la primera incursión en el norte de África. Medio monje, medio soldado, fue un ejemplo tanto militar como político. Pues al igual que era benevolente con los que se rendían y convertían, era cruel con los que se resistian. No sé de que enchufe se valió para ser santo, pero bueno eso es cosa de ellos.


LA CRUZ DE SAN FERNANDO

Tras la creación de la OJE y ya que la Aitana estaba ocupada militarmente por el Ejercito Americano, se decidió colocar la cruz de tamaño singular sobre el Puig Campana.


El transporte se hizo a hombros de miembros de este colectivo y mientas se pudo, de monturas de diversos tipos.

La construcción era sencilla e ingeniosa. Una serie de piezas de hierro angulado con base a un lado de 50 cm. y determinadas perforaciones que permitían su unión, facilitaba su transporte y su montaje. Cada plancha estaba perforada de forma regular con el fin de evitar al máximo la resistencia al viento. La unión se hacía con gruesos tornillos y tuercas reforzadas con piezas que reforzaban su efecto. Tres tornillos por unión.

El resultado fue una cruz de tres metros de lado, aproximadamente. Este monumento estaba rematado en el centro con una figura recortada en chapa gruesa y moldeada a martillo con la forma del león rampante símbolo del reino leonés.

Toda esta estructura se soportaba sobre un poste de hierro de tres metros en tramos de 150 cm. unidos entre sí y con la cruz mediante un foro cuadrado que cubría sobradamente las juntas. Terminaba el conjunto una chapa ligera que hacia de pedestal entre la cruz y la base de piedra donde el poste se hundía medio metro o un poco más.

Todos estos datos provienen de las fotos que poseo y del recuerdo de alguna revista de los 60 en que se veía el artilugio terminado.
Se inauguró con la pompa acostumbrada, brazo en alto, misa de campaña, cánticos alemanes con letra española y visita de autoridades, desde lejos, claro. Subir cuesta mucho.


LA MONTAÑA ES CRUEL

Tanto esfuerzo e ilusión de los jóvenes y no tan jóvenes se vio truncado en breves semanas. Al subir a la cumbre un grupo de miembros de la OJE, encontraron la enorme cruz partida, tronchada y dispersa. Bajaron a toda prisa y dieron parte a la Guardia Civil. ¡Los rojos han roto la cruz! Se repasó la gente que había visitado la montaña. Entonces pasaban meses sin que nadie llegara a la cumbre. Era fácil. Se culpó a los rojos del CEA.

Una foto salvó de la sospecha a los casi infortunados alicantinos. La foto la tenemos aquí. Desde un joven Pérez Oca a Pacheco, delegado de la Federación Valenciana de Montañismo, exdivisionario Azul y una de las personas mas justas, buenas, serias, deportistas y trabajadoras que he conocido. Junto a ellos la flor y nata del montañismo alicantino, Salvador Bou, Ramón Casal, etc.

La palabra de Don Carlos Pacheco bastó para disipar sospechas. Fue una tormenta según los lugareños. Un rayo, el viento, la enorme pantalla de la cruz, la endeble base que la sustentaba... Todo jugó contra el monumento.


Con la ayuda de montañeros y miembros de la OJE se reconstruyó una "T", la que vemos en las fotos antiguas. Al pie, el león rampante estuvo hasta que el viento o algún desaprensivo lo hizo desaparecer. Las piezas se oxidaron, la piedra se rajó y poco a poco la cumbre quedó despejada.

El esfuerzo de aquellos jóvenes ha pasado desapercibido. Pero yo tengo muchos amigos, compañeros que fueron de la OJE. Algunos, entrañables. A ellos, a la ilusión que pusieron va dedicado este trabajo de arqueología aficionada que con ayuda de mi hija, papel cuadriculado, ordenador y calculadora, me ha servido para determinar la forma y tamaño de la efímera Cruz de San Fernando.


Solo una petición.

La historia es la historia.

No soy nostálgico de nada salvo la hermosa juventud que he vivido en las hermosas montañas alicantinas. En ellas he pasado momentos inimaginables. Muchos en compañía de mis "ojetes". Ellos nos llamaban de todo, pero es normal, ellos disciplinados y nosotros anárquicos, pero compañeros.

Por ellos.

Solo espero que alguien que lea esta historia pueda aportar datos sobre aquella experiencia, actos, modos de subir las piezas, fotos, etc...

Gracias amigos.

 
La Asociación Cultural Alicante Vivo se reserva el derecho de moderación, eliminación de comentarios malintencionados, con lenguaje ofensivo o spam. Las opiniones aquí vertidas por terceras personas no representan a la Asociación Cultural Alicante Vivo.