17 marzo 2009

STANBROOK

                                                          
A finales de este mes se cumplirá el 70 aniversario del final de nuestra Guerra Civil, cuyo último episodio ocurrió, precisamente, en el puerto de Alicante. Innumerables personas enfermas de cuerpo y alma, hundidas, derrotadas, habían abandonado los frentes, los pueblos y las ciudades, buscando un camino hacia el exilio, lejos de la crueldad vesánica de los vencedores. En el puerto de Alicante se habían reunido más de 15000 republicanos desesperados. Hubo muchos suicidios mientras se esperaba en vano a unos barcos que debían venir a llevarse a los vencidos, y que nunca llegaron. Solo un pequeño buque carbonero, el Stambrook, de bandera británica, al mando del heroico capitán Archibald Dickson, se atrevió a burlar el bloqueo que ya ejercían los navíos de guerra de Franco. En su afán solidario, el capitán Dickson dejó subir al Stambrook a casi tres mil refugiados que llenaban bodegas, camarotes, cubiertas, puentes… Aquel humilde y magnífico barquito iba escorado y por debajo de su línea de flotación por el peso de tanta gente. Partió a media noche para no ser detectado por los cancerberos de la venganza. Y fue bombardeado por algún aviador inhumano que, afortunadamente, falló en su intento criminal. Dos días después el barco llegaría a Orán, donde las autoridades francesas, cargadas de prejuicios, no querían dejarle atracar. Solo aquel lobo de mar galés, avezado en peligrosas singladuras, estuvo a la altura de las circunstancias y cumplió a rajatabla el código de honor de los marinos decentes, acudiendo en auxilio de los náufragos de la Segunda República.
Un año después, ya en la Segunda Guerra Mundial, un torpedo alemán hundió al Stambrook en las cercanías del puerto de Amberes. El capitán Dickson y todos sus hombres murieron con su barco, y en los campos de refugiados del África Francesa, los españoles se sintieron todavía más huérfanos.
Ni el capitán Dickson ni su barco tienen una calle en Alicante.
Qué vergüenza..

Miguel Ángel Pérez Oca.
(Leído en Radio Alicante el 17-3-2009)

 
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