22 marzo 2009

LA COSTA BLANCA A VISTA DE PÁJARO X: FINESTRAT Y BENIDORM

Continuamos con nuestro privilegiado vuelo sobre la costa alicantina, deteniéndonos esta vez en la costa de dos municipios de la Marina Baixa que han cambiado drásticamente su morfología y territorio en apenas 50 años de desarrollo turístico, pasando de ser poblaciones vinculadas con la pesca y la agricultura, a epicentros turísticos de la Costa Blanca, y en el caso especial de Benidorm, el paradigma de los municipios costeros turísticos de España y un referente a escala mundial.

Finestrat apenas alcanza los 5.000 habitantes censados, y pese a estar ubicada al interior, esta población posee una estrecha pero valiosa franja de 2 kilómetros de costa, que le aporta grandes riquezas, puesto que está junto al núcleo de Benidorm.



De su orografía podemos destacar que en su término municipal se encuentra el mítico Puig Campana, cuya cima alcanza los 1.410 metros, y que conforma el telón de fondo del paisaje en cualquier punto de la costa de Benidorm. Otro lugar relevante es el parque temático de Terra Mítica y los desarrollos urbanísticos extensivos, resorts, campos de golf y demás ofertas de ocio que han arrasado un territorio natural privilegiado para siempre.

Cala de Finestrat, un desarrollo urbanístico muy reciente que se ha vinculado a la ciudad de Benidorm, y se encuentra muy alejado e inconexo del núcleo tradicional de Finestrat en el interior.


Benidorm es la ciudad del turismo, el "Manhattan" español, ejemplo de urbanismo inteligente y ejemplar, y una población capaz de reinventarse continuamente para seguir atrayendo al turista, que sigue llenando sus hoteles año tras año, con sus magníficas playas, su clima y su ambiente festivo como principal reclamo. Su población fija de 70.000 habitantes se multiplica en verano hasta alcanzar las 400.000 almas.


Esta ciudad se encuentra confinada entre varios conjuntos montañososo: el Parque Natural de la Sierra Helada, por el Este; Sierra Cortina y el Puig Campana por el Norte y el Tossal de la Cala por el Oeste, que la protegen de los vientos y le confieren un paisaje digno de postal.

Comparativa de Benidorm en los años 50 y en la actualidad elaborada por Greenpeace. El pueblo de pescadores se ha convertido en la ciudad más vertical de Europa con más rascacielos por habitante.

El éxito de su bahía se debe a su singular configuración, con dos grandes playas lisas (Poniente y Levante) partidas en dos por la punta rocosa del antiguo castillo y con una orientación hacia el sur, mientras por el resto de los puntos cardinales encuentra la protección de otras tantas cadenas montañosas que la protegen de los vientos dominantes de Levante o de los fríos del Norte, con lo que el microclima que se disfruta, sobre todo en primavera, invierno y otoño, es sumamente benigno, con temperaturas sensiblemente más altas que en el resto del litoral y con el agua del mar dentro de unos límites que permiten el baño en todo el tiempo. A estas dos playas hay que sumar las del Mal Pas y la cala del Tío Chimo.
También hay que añadir la singular isla de Benidorm, denominada Isla de los periodistas, que enmarca la bahía en el horizonte y constituye un lugar de gran interés natural. A esta isla la acompaña un pequeño islote junto a los impresionantes acantilados de la Sierra Helada, denominada Isla Mitjana.

Playa de Poniente, con el edificio del Hotel Gran Bali como protagonista de la escena (en el momento de tomar la fotografía era el edificio más alto de España y el hotel más alto de Europa).
La densidad y la edificación vertical han creado una ciudad compacta que se pelea por captar la visión del mar.



Cala del Mal Pas, con el pequeño puerto deportivo de Benidorm y la punta rocosa del castillo, que actualmente alberga su famoso mirador sobre el mar, al que se accede por el casco antiguo de la ciudad.

Playa de Levante, con una altura más reducida que la de Poniente, en la que las construcciones comienzan a trepar por la montaña de la Sierra Helada.


La Isla de Benidorm o Isla de los Periodistas es una isla rocosa deshabitada, que posee un elevado interés ecológico, paisajístico y medioambiental. Se encuentra a unas dos millas náuticas del puerto de Benidorm. En el año 1834 la isla servía como refugio a varias familias de Benidorm y Villajoyosa, huidas de sus poblaciones ante una epidemia de cólera. Siglos antes, los piratas la utilizaban como base para sus ataques a poblaciones costeras. La Isla siempre ha tenido una gran riqueza piscícola y un fondo submarino muy codiciado por buceadores y submarinistas. La explotación de sus aguas siempre estuvo reservada a Benidorm hasta el año 1506, cuando el Rey Fernando hizo extensivo este privilegio también al pueblo de Villajoyosa. Es inevitable hacer referencia a la leyenda de su procedencia y su vinculación con el Tajo de Roldán del Puig Campana.


La Cala del Tío Ximo y Rincón de Loix dan paso a un espectacular acantilado que separa Benidorm de Alfaz del Pí, y que pertenece a la Sierra Helada.


Isla Mitjana, un pequeño islote rocoso muy desconocido, situado frente al acantilado de la Sierra Helada.




Fuente:
Fotografías realizadas en 2003 por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino

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