Contemplar las cosas desde otro punto de vista, nos ayuda a comprender y ver detalles que normalmente pasan desapercibidos.
Es otra forma de sentir y conocer el lugar donde te encuentras, tiene otra perspectiva de tu entorno.
Por otro lado, también nos ayuda a darnos cuenta de lo realmente pequeños que somos y ver ese mundo que se mueve agitadamente allí abajo como un sub-mundo que parece llevar otro ritmo, otra velocidad, todo parece más pequeño y más grande.
Esta serie ha sido toda una experiencia, y verdaderamente me siento privilegiado por haber conseguido ver y capturar estas vistas tan llamativas y especiales.
Alicante parece ganar con las alturas. Y en ellas, se puede contemplar una ciudad con muchos matices, en los que queda cierto sabor agridulce en esa mezcla de belleza y cierto caos urbano. A pesar de todo, intentando comprender ese extraño crecimiento urbanístico y arquitectónico.
Quizás una de las cosas que más me ha llamado la atención y podría decir que gustado, es el poder encontrarme y contemplar áticos – tejados que aún en nuestros días, conservan la esencia de antaño, que te dejan viajar por el tiempo, con sus tejas, sus ropas tendidas al sol y brisa del mediterráneo, sus patios interiores.
Espero que esta serie sea del agrado de todas las personas, especialmente a todos los Alicantinos ya sean de origen o adopción que quieren a esta ciudad.
Agradezco por ello, muy sinceramente a todas aquellas personas que me han facilitado esta oportunidad de poder realizar toda esta serie de fotos, sin estas personas, este trabajo no hubiese sido posible. Gracias. Gracias a ese gato pardo, por guiarme en este camino.
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