“El cielo ha sido y es una inspiración para toda la humanidad. Sin embargo, su contemplación se hace cada vez más difícil e, incluso, para las jóvenes generaciones empieza a resultar desconocido. Un elemento esencial de nuestra civilización y cultura se está perdiendo rápidamente, y esta pérdida afectará a todos los países de la tierra."(Extraido de la Declaración de la IAU/ICSU/UNESCO sobre la Reducción de los Impactos Medioambientales Adversos para la Astronomía. París, 2 de Julio de 1992).
Espectacular fotografía de Poldarn3, tomada desde el Maigmó. Podemos apreciar el alarmante hongo lumínico de la ciudad de Alicante y su área metropolitana, apreciándose desde la excesiva iluminación del Monte Benacantil (situado a más de 20km de la toma de la foto) hasta las luces de las poblaciones de Sant Joan y Sant Vicent del Raspeig, así como los tramos iluminados de carreteras. En primer plano, la luz de algunos vehículos se adentra en la oscuridad de la naturaleza del Maigmó, dejando intuir el trazado de la carretera y permitiendo contrastar la auténtica oscuridad del campo con el derroche de iluminación de ciudades y pueblos.
Se conoce el concepto de "contaminación lumínica" como la emisión de flujo luminoso provocado mediante fuentes artificiales nocturnas en intensidades, direcciones, rangos espectrales u horarios innecesarios para la realización de las actividades previstas en la zona en la que se instalan las luces.
A los que nos gusta que nos cuenten historias de tiempos pasados, nos gustará saber que hace sólo 50 años, en los pueblos y ciudades de alicante las noches eran oscuras, y en esta tierra de luz y sol, de noche nos visitaban miles de estrellas en un espectáculo incomparable, que hoy está a punto de desaparecer, del mismo modo que han desaparecido otros testimonios de nuestro patrimonio y nuestra cultura. En una noche despejada se podían observar más de 7.000 estrellas, que hoy están ocultas tras un velo amarillento o blanquecino, que en ciudades como Alicante reduce las estrellas visibles a apenas unas decenas. Lluvias de polvo estelar como las Perseidas o las Leónidas son prácticamente invisibles desde los grandes núcleos urbanos.
Aún así, y con sólo mirar hacia arriba y acostumbrar los ojos durante unos minutos, desde la periferia de una ciudad en un lugar medianamente oscuro, cualquier persona puede llegar a ver a lo largo de toda una noche unas 300 estrellas diferentes. En este cielo de invierno, se perfilan la Osa Mayor, las inconfundibles tres marías del cinturón de Orión, Casiopea, Sirio, Sagitario o la constelación de Andrómeda... Y, además de la Luna, también los planetas más brillantes como Júpiter, Venus, Marte o Saturno pueden observarse a simple vista cuando hacen su aparición. Poca cosa, sin embargo, para los tesoros que encierra el cielo.
Noche en el Maigmó. El horizonte brilla con un extraño color rosado, fruto de la reflexión de la luz de las poblaciones próximas. Fotografía de Óscar Martín Grande.
Exceso de iluminación en la Playa de San Juan visto desde el Cabo de las Huertas. Fotografía de Elías Gomis.
Hoy en día, el 99% de la población de España vive en áreas donde el cielo nocturno ha dejado de ser puro según los estándares autonómicos y supera en un 10% la luminosidad natural. El 67% de los españoles hemos perdido ya la posibilidad de ver la Vía Láctea y el 37% somos incapaces de ver el cielo nocturno.
En España hay 4,5 millones de luminarias de gestión pública. Sólo el 27% se gestionan con criterios de eficiencia energética. El alumbrado público supone cerca del 2% del consumo eléctrico total.
Mapa de Contaminación Lumínica de la Península Ibérica. Las zonas más afectadas son las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, así como las grandes capitales de provincia. El globo de luz que desprende Madrid, de 20 kilómetros de altura, es visible, a 300 kilómetros de distancia. Un barco podría navegar de noche entre Mallorca y Barcelona guiándose sólo por el resplandor de la Ciudad Condal. El alarmante hongo lumínico de la costa mediterránea es visible desde más de 150 kilómetros de distancia incluso con noches despejadas.
Composición realizada por la NASA de fotografías nocturnas que muestra de la contaminación lumínica en la Tierra.
Para medir la calidad del cielo, se utiliza la escala de cielo oscuro de Bortle, que evalúa la visibilidad de los cuerpos celestes en función del color y brillo del cielo nocturno.
La contaminación lumínica (el llamado cáncer del cielo)es la causante de que los que vivimos en las ciudades veamos de noche el cielo amarillento y que incluso los que viven alejados en el entorno rural, siempre vean en el horizonte un resplandor anaranjado en la dirección en la que hay una ciudad incluso a cientos de kilómetros de distancia. Este característico brillo nocturno del cielo al que ya estamos acostumbrados es debido a la reflexión y difusión de la luz en las partículas de polvo, agua y gases suspendidas en el aire.
En la provincia de Alicante, destaca la dispersión de la contaminación lumínica,no concentrándose principalmente en la capital, sino configurando toda una franja luminosa en la costa, especialmente en las comarcas de La Marina Alta y la marina Baixa.
En la provincia de Alicante sufrimos los efectos de esta contaminación de diferentes modos. En el entorno rural y natural del gran llano de las comarcas de L´Alacantí, el Baix Vinalopó y la Vega Baja es permanente el resplandor lejano de las ciudades de Alicante y Elche. Asímismo, en La Marina Baixa y La Marina Alta sucede un fenómeno similar, pero desde el entorno natural de las montañas próximas al mar, que sufren la iluminación de las poblaciones turísticas litorales. Sólo se salva de este exceso de luz nocturna el interior de la provincia en L´Alcoià, el Vinalopó Mitjà y El Comtat, gracias a un relieve más escarpado y también debido a una menor población, repartida en pequeños núcleos rurales con menor grado de urbanización e impacto en el territorio.
Vista nocturna de la Torre de Reixes, alejada de los núcleos urbanos, y cuyo entorno está gravemente afectado por la contaminación lumínica lejana. Fotografía de Elías Gomis.
Gracias al Mapa Interactivo de AVEX, podemos navegar por el mapa de cálculo de contaminación lumínica de la provincia de Alicante. Las zonas marcadas en blanco, el magenta y el rojo representan una elevada contaminación lumínica, en las que se pueden apreciar de 0 a 150 estrellas en una noche sin nubes. Por el contrario, el azul oscuro y el negro indican lugares donde es posible observar la Vía Láctea y entre 1.500 y más de 3.000 estrellas.
Principal hongo luminoso de la provincia: área metropolitana de Alicante, conformada por esta ciudad y San Vicente del Raspeig, San Juan y Campello.
Espectacular vista de la conurbación de Alicante desde la Torre de Reixes en Campello. El resplandor luminoso es visible desde más de 20 kilómetros mar adentro. Fotografía de Elías Gomis.
Espectacular vista de la conurbación de Alicante desde la Torre de Reixes en Campello. El resplandor luminoso es visible desde más de 20 kilómetros mar adentro. Fotografía de Elías Gomis.
Agrupación de núcleos luminosos en el sur de la provincia: entre Orihuela y Torrevieja se concentran muchos núcleos de escasa población pero muy dispersa por la gran cantidad de urbanizaciones de chalets y bungalows. El uso disperso del territorio se refleja en su emisión lumínica. Además, la zona está muy afectada por el hongo luminoso de Murcia.
Concentración de contaminación luminica en Las Marinas: Villajoyosa, Benidorm, Altea, Calpe, Jávea, Denia... conforman una línea casi contínua de edificación y urbanizaciones cuya alta emisión de luz altera gravemente el paisaje litoral nocturno. Tras la barrera montañosa y la construcción turística del litoral, aparecen los valles del interior (Vall de Laguar, Vall de la Gallinera, Valle de Guadalest...) como lugares de baja contaminación, ideales para observar las estrellas.
Cumbre del Puig Campana de noche. La luz de fondo es la iluminación proveniente de la ciudad de Benidorm. Fotografía de Óscar Martín Grande.
Área de baja contaminación lumínica en el Oeste de la provincia: paisaje agrícola correspondiente a pequeños núcleos rurales como Pinoso, Hondón de los Frailes, Hondón de las Nieves y La Romana. El bajo grado de urbanización y la inexistencia de grandes vías de comunicación, permite un cielo oscuro que favorece la visión de las estrellas.
Áreas de baja contaminación lumínica en el norte de la provincia en torno a Villena.
La contaminación lumínica es fruto de malas decisiones a la hora de planificar el alumbrado urbano, así como de excesos innecesarios comerciales o turísticos (que además generan un elevado consumo energético). La ubicación, orientación y diseño del alumbrado exterior, la utilización de proyectores y cañones láser, rótulos excesivamente luminosos, iluminación de fachadas e hitos urbanos mediante focos, la inexistente regulación del horario de apagado de iluminaciones publicitarias, monumentales u ornamentales, etc., generan este problema cada vez más extendido.
Conceptos para la buena colocación y orientación del alumbrado exterior.
Modelos de alumbrado exterior que respetan la protección del cielo (fila de arriba) y otros altamente contaminantes (abajo).
Las bondades del alumbrado exterior son innumerables: crean bellas estampas urbanas, nos permiten circular con más visibilidad, hacer uso del espacio público durante más horas que las que permite el sol, aumentan la sensación de seguridad en las calles, favorecen el comercio... pero es imprescindible no confundir el deslumbramiento con la buena luz y debemos encontrar un equilibrio con nuestro entorno, que permita que el desarrollo urbano y económico no supongan un conflicto con la naturaleza. El exceso de iluminación nocturna genera un alto consumo energético, altera los ciclos vitales de ecosistemas nocturnos perjudicando a las especies animales de las ciudades y sus periferias, modifica permanentemente el paisaje nocturno, e incluso llega a afectar a la vida vegetal al alterar sus ciclos de fotorecepción.
En el aspecto psicológico, incluso llega a influir en nuestra mente y nuestro descanso, provocando también la pérdida de sensación de privacidad por intrusismo lumínico en los domicilios.
Además, se dificulta el tráfico aéreo y marítimo; y se crean problemas para la investigación científica y la observación astronómica.
El cielo de la ciudad de Alicante reflejando la luz de la ciudad. Destaca el exceso de iluminación del monte Benacantil y el Castillo de Santa Bárbara, visible desde decenas de kilómetros de distancia. Fotografía de Óscar Martín Grande.
Sólo en la ciudad de Alicante, a lo que alumbrado público se refiere, estamos despilfarrando en luz que no va a ninguna parte ni tiene ninguna función más de 500.000€ al año.
Sin embargo, la administración no actúa en consecuencia, y sigue sin tener normativas o criterios estrictos y unificados para la elección y uso del alumbrado público. Las sanciones son poco frecuentes, así como las denuncias de los vecinos que protestan contra el exceso lumínico y el derroche. Recientemente se sancionó con 1.500€ al ayuntamiento de Polop por iluminar el monte de Ponoig, paraje protegido por su valor natural y paisajístico. Semejantes sanciones deberían repetirse sistemáticamente por todo nuestro territorio persiguiendo actitudes megalomaníacas de nuestros gobernantes, carentes de todo conocimiento en este aspecto, y que tanto aman los focos luminosos ya sea en fachadas, castillos, montañas, playas, puertos o paseos.
Para poder iluminar de forma adecuada deberíamos escoger modelos de alumbrado que no apunten directamente al cielo ni por encima de la horizontal del foco emisor. Se debe emplear la cantidad de luz estrictamente necesaria allí donde necesitamos ver, y orientar la fuente lumínica hacia los espacios donde se requiere. Además, se deberían corregir actitudes nefastas como iluminar fachadas monumentales durante todas las horas de la noche, ya que esto tiene sentido para activar el comercio, el turismo y la circulación de viandantes, pero está comprobado que es efectivo hasta ciertas horas cercanas a la medianoche (especialmente entre semana).
Fotografía tomada en la Playa de la Almadraba en Alicante, esperando al disparo del castillo de fuegos artificiales de "la Palmera" en hogueras. Toda la bahía de Alicante está incorrectamente iluminada sin medidas de protección para evitar la proyección de luz hacia el cielo. Esto se da con agravantes en la iluminación de hitos como el Castillo de Santa Bárbara o el tramo o de Sangueta de la Serra Grossa. Fotografía de Elías Gomis.
La noche en el Maigmó, ya no es oscura y estrellada, sino brillante como si en lugar de árboles hubiera farolas. Fotografía de Óscar Martín Grande.
Imagen del "día artificial" surgido en el área metropolitana de Alicante, visto desde la localidad de Aigües. Fotografía de Elías Gomis.
De este modo evitaremos un despilfarro de gasto energético (y económico), y permitiremos reducir los efectos de la contaminación lumínica, reduciendo nuestra huella ecológica en el entorno, puesto que debemospreservar la oscuridad del cielo y el paisaje nocturno del mismo modo que se valora la limpieza de un río o la pureza del aire.
Y algo que es imposible de cuantificar numéricamente, pero no por ello menos importante, es evitar la pérdida cultural, recuperando uno de los mayores tesoros que el ser humano desde ha tenido desde sus inicios: poder mirar a las estrellas.
Según el Centro de Investigación Astronómica de Alicante, la contaminación lumínica de las ciudades impide que los ojos del hombre vean las 7.646 estrellas que pueden apreciarse a simple vista en condiciones de oscuridad plena. En la ciudad de Alicante, una noche normal es difícil ver más de 70 estrellas.
No dejéis que las luces os roben el cielo.
No dejéis que desaparezca la noche en Alicante.
Constelación de la Osa Mayor vista desde el Maigmó. El resplandor de las nubes refleja las luces de Ibi. Fotografía de Elías Gomis.
Fuentes:
Declaración de la Palma, promulgada en 2007 por la UNESCO mediante la que se establece el derecho a observar las estrellas en un cielo nocturno libre de polución lumínica.
Grupo Urania - Protección del cielo de Alicante
Informe sobre contaminación lumínica en Alicante de Miguel Ángel Pérez Oca
EcoMicrosiervos
Deslumbrando. España lidera la iniciativa Starlight en defensa del cielo nocturno (PDF, 545 KB, revista Entrelíneas.)
Wikipedia
Campaña Cielo Oscuro
Recursos web contra la contaminación lumínica
¿Dónde están las estrellas? - El País
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