Coincidiendo con la 29ª edición de Fitur en Madrid (la Feria Internacional del Turismo) y como decían en aquella película (de cuya calidad no quiero acordarme y que sólo se veía salvada por la actuación tanto de Margot Cottens como de Maria Luisa Ponte, que por sí solas ya valían un Potosí…): “El turismo es un gran invento” y como tal hemos tratado de aprovecharlo en Alicante, desde hace más de 100 años.
No voy a entrar en si el modelo turístico que se explota es el óptimo o no, simplemente es el que tenemos. Siempre se ha tenido claro de que las playas y el sol se han vendido muy bien a ciudadanos de otras latitudes que carecían de él. Pero está claro que todo se agota y hay que evolucionar, porque los medios de comunicación son cada vez más baratos, más rápidos y más económicos y lo que antes ofrecíamos nosotros a un precio competitivo, ahora (aunque algo más lejos), lo ofrecen otros.
En fin, ni quiero, ni sé, ni voy a hacer ningún análisis sobre el turismo ni su evolución, simplemente, os voy a presentar una pequeña joya que ha llegado a mí: Un folleto turístico de 1957, cuando aún el turismo de masas aún no era una realidad.
El folleto, es tanto un reflejo de las costumbres, como de la ciudad y de la forma de hacer las cosas de hace 52 años. Al ser bastante extenso, lo voy a hacer en dos partes, la primera sobre las páginas interiores y la segunda, estará formada por la portada y contraportada y el plano de la ciudad en el interior.
Puerto, con barca y señorita.
El edificio Atalaya de Virgen del Socorro (el primero que aumentó desmesuradamente las alturas de Virgen del Socorro y propiedad del Conde de Casa Rojas), está sin concluir. Se hace mención a la antigüedad de la ciudad y las excavaciones del Tossal de Manises.
Entre los monumentos, se hace mención a la Casa-prisión de Jose Antonio, Colegio Menor del frente de Juventudes y lugar de muerte del profeta de la Nueva España.
Se habla de los dos castillos, aún no se menciona el ascensor y en el caso del de San Fernando, se describe como con “frondosos pinares, bellos paseos, hipódromo…”.
Aún sin el pavimento de teselas de mármol. Se habla del barrio de Santa Cruz y de los de Vistahermosa y Ciudad Jardín “cuajados de chalets de recreo”. Las playas, concluyen el comentario.
Curiosamente se habla de la plaza de la Reina Victoria y no de la de Calvo Sotelo. En el apartado de deportes, se mencionan los recintos de La Viña, Bardín, Montemar, Hipódromo , Puerto y el Frente de Juventudes.Se observa que aún no había desaparecido la barandilla modernista de piedra artificial, que rodeaba a la plaza y bajaba por las antiguas escaleras de pendiente más suave que las existentes, hasta la C/Jorge Juan. Entre las actividades culturales, se menciona los Seminarios de las F.E.T. y de las J.O.N.S.
Turno de las muchas fiestas y de la gastronomía provincial, entre ellos el ALLIOLI, a la que se califica como “salsa fuerte para el aliño de pescados y carnes asadas”.
Excursiones a varios puntos de la provincia, entre ellos a Denia, con una imponente pinada en La Granadella, “semejante a las pintorescas calas mallorquinas”.
En su lugar, hoy está el Edificio Alicante y con el Aula de Cultura y Biblioteca de la CAM. Texto dedicado a las comunicaciones, curiosamente sorprendentes en todos los casos, incluso teníamos, micro-taxis y gran turismo y una línea marítima con Fernando Poo (entre otras)…
Mi agradecimiento a Mª del Carmen Herencia Álvarez y a Carles Vela, gracias a los cuales he tenido acceso a este singular documento.