01 febrero 2009

LA ENCINA: EN EL RECUERDO Y EN LA ACTUALIDAD

La Encina es una pedanía de Villena situada al noroeste de nuestra provincia que limita con las de Albacete y Valencia y sus orígenes tienen relación con la ubicación en el lugar de una venta conocida como “La de La Encina”, alrededor de la cual se fueron estableciendo diversas casas, corrales y huertos, con una economía basada fundamentalmente en la agricultura, pues además de los cultivos de cereales existían parcelas de almendros y olivos.
                   
 
  
  
  
 
Viviendas ferroviarias construídas por MZA
                                  
Contribuye a realzar la importancia del lugar, el hecho de ser un cruce de caminos y veredas ya que por aquí transitan el Camino de la Reina, la Cañada Real de Almansa y el Cordel de Cabrera.
                                                      
Esta posición tan estratégica determinó la construcción de la estación de ferrocarril y el 4 de enero de 1858 pasó por La Encina el primer tren procedente de Madrid con destino a Alicante, que efectuaba un viaje de pruebas. Posteriormente, el 25 de mayo de ese mismo año se inauguraría oficialmente el trazado ferroviario, siendo viajera ilustre del tren inaugural, la reina Isabel II.
                                 
Colegio Público de EGB
                            
Una consecuencia directa de la expansión del ferrocarril fue el establecimiento de los poblados ferroviarios y su creación respondía a las necesidades de proporcionar alojamiento a los trabajadores y sus familias.

Hemos de tener en cuenta que antes de la implantación de las nuevas tecnologías, en nudos ferroviarios de importancia similar a La Encina, (bifurcación Valencia-Alicante) prestaban servicio cientos de agentes dedicados a facilitar las labores de formación, segregación y apartado de trenes, maniobras para el cambio de sentido de las composiciones, transbordos de viajeros y mercancías, talleres, etc. Por ello no es de extrañar que en el década de 1950, La Encina llegara a contar con una población cercana a los 1600 habitantes.
                       
Algibe
                   
 
 
Iglesia Parroquial

Estos asentamientos ferroviarios, como decimos anteriormente, se inician cuando las compañías ferroviarias comienzan su expansión y se ubican preferentemente en los grandes nudos ferroviarios. Los ayuntamientos de poblaciones en las cuales se establecen esos nudos ven con buenos ojos estos asentamientos que, además de los beneficios que el ferrocarril aportaba, era de particular interés fomentar el incremento demográfico. Por otro lado, estos poblados ferroviarios incorporaban una serie de servicios sociales tales como escuelas, servicios médicos, iglesias, economatos y establecimientos comerciales, es decir, que reunían todas las características de un pequeño municipio.

Si en sus inicios fueron las compañías ferroviarias, es a partir de 1920 cuando el Estado participa más activamente en la creación y fomento de estos asentamientos y su declive sobreviene a partir de finales de la década de 1960, con la implantación de nuevas tecnologías, lo que conlleva una disminución progresiva de la mano de obra con el consiguiente despoblamiento y cambio de habitat de los trabajadores y sus familias.
                                  
La Encina a sus ferroviarios

Al día de hoy, muchos de estos poblados se encuentran habitados en gran parte como segunda residencia, por los primitivos trabajadores o sus descendientes.

El municipio de La Encina consta actualmente de una población algo inferior a los 200 habitantes y, que de hecho, la mayoría no reside en el lugar la totalidad de año. De los comercios y servicios sociales de que antaño dispuso, sobreviven un horno de pan, un bar, un centro médico de asistencia primaria dotado de botiquín de farmacia, un colegio público de EGB y la iglesia parroquial.
Viviendas construídas por AVT
                              
A continuación reproducimos unas líneas del inestimable ensayo “Historia de La Encina y su estación” de José Luís Esparcia y Francisco Esteve (Madrid 1991) publicado en la revista Líneas del Tren, número 39, por Gonzalo Garcival:

La llegada del ferrocarril, en el año 1858, supuso una transformación total de la estructura urbanística de la zona. Una de las primeras edificaciones levantadas para viviendas de los empleados ferroviarios fueron las 22 casas de la Compañía de Valencia (1), construidas hacia 1870, y que posteriormente fueron denominadas como “Pabellón Norte”.
Asimismo se levantaron en esa época las “Casicas de Madrid”, propiedad de MZA (2). En total, entre ambas compañías tenían construidas 46 viviendas para sus empleados en 1898. Posteriormente, MZA construyó varias viviendas para sus empleados en terrenos adquiridos a Bernardino Corrales en las proximidades del antiguo camino de Fuente Higuera. En el mismo terreno se construyeron 64 nuevas viviendas en el año 1963, constituyendo el barrio de las “Casas Nuevas”.
                        
 
  
 
Calle

Y sobre un tema, el de la escolaridad en toda la colonia ferroviaria que se preciara, señalan los citados autores:

Respecto a los profesores de la escuela de niños, el primer maestro nombrado por MZA, en 1909, fue don Antonio Barberá, quien fue sustituido a principios de los años 30 por don Julio Montesinos Martínez. Este profesor tuvo como ayudante a don Enrique Juan Parody. Durante la Guerra Civil se hizo cargo de la docencia el ferroviario Antonio Mejías Díaz, secretario de la Agrupación Socialista...

Un detalle pintoresco pero revelador de la buena vecindad de los ferroviarios puede ser este otro, relacionado con la celebración de las primeras comuniones en La Encina:

Parque

Para compensar la posible discriminación entre los niños de las escuelas ferroviarias y los de las nacionales –escriben Esteve y Esparcia-, el encargado de la cantina de la estación, José Lorente, solía efectuar rifas y venta de lotería para conseguir fondos y así poder distribuir juguetes entre los niños de las escuelas nacionales. De mismo modo se conseguía la necesaria dotación para obsequiar a los primocomulgantes de las nacionales, ya que las escuelas  ferroviarias contaban con la ayuda de RENFE.


 
 
Centro de Asistencia Sanitaria

En 1932, los vecinos de La Encina solicitaron la segregación del Ayuntamiento de Villena, para constituir su propio ayuntamiento independiente. Esta iniciativa no prosperó y actualmente se mantiene la dependencia administrativa del M.I. Ayuntamiento de Villena.

Sirva este pequeño artículo para recordar y pasearnos por uno de los pueblos más olvidados de nuestra provincia, que en sus días de esplendor, cuando todos los trenes paraban en su estación con tiempo suficiente para visitar la cantina (en muchas ocasiones hasta se podía dar un paseo), era conocido y nombrado por innumerables viajeros.

Estación en el lado de Valencia

Estación en el lado de Alicante


(1)Sociedad del Ferrocarril Almansa-Valencia-Tarragona (AVT), anexionada por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España.
(2)  Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA)


Fuentes: M.I. Ayuntamiento de Villena
Fotografías: Manolo Serrano (29-01-2009)

MANOLO SERRANO

 
La Asociación Cultural Alicante Vivo se reserva el derecho de moderación, eliminación de comentarios malintencionados, con lenguaje ofensivo o spam. Las opiniones aquí vertidas por terceras personas no representan a la Asociación Cultural Alicante Vivo.