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La expansión urbana de la ciudad se inicia con la construcción de La Plaça. En una primera fase se construyen unos 40 metros y recibe el nombre de Plaza de Alfonso XIII, mientras que el tramo de la carretera Alicante-Játiva situada a sus espaldas, se llamará calle del Casino, debido a que en ese momento la sociedad La Constructora proyectaba edificar allí un nuevo local par el Casino de Jijona.
La Plaça, primeros años del siglo XX. La instalación de una fuente en los terrenos de don Macos Aracil no sentó nada bien a este potentado local, que interpuso una queja ante el Gobernador Civil. Este le dio la razón y obligó a colocarla delante del Ayuntamiento (Fotos Xion)
El edifico será el primero de los construidos con fachada a ambas calles y corresponde a la actual Casa Consistorial. En 1896, el concejal Manuel Sirvent Miralles propone que convendría mucho a los intereses del Municipio la prolongación de la calle Alfonso XIII, hasta encontrarla con la calle de Loreto en el punto donde se encuentra el Convento de San Francisco. Pero esta ampliación se hará poco a poco y a lo largo de las primeras décadas del siglo XX.
La Plaça en los inicios de la II República. A la derecha vemos el edificio del Casino, y a continuación el edificio de la Sociedad de Socorros Mutuos El Trabajo (Fotos Xion)
Durante la década de los años veinte será una entidad particular, la Sociedad Cultural El Trabajo quien impulse la urbanización de la Plaça, desde su sede hasta el convento de Ntra. Señora de Loreto, sustituyendo así, en esta labor, al Ayuntamiento de Xixona.
Con el paso del tiempo esta nueva calle se convertirá en el centro neurálgico de la ciudad al instalarse en ella el poder económico, representado por las casas de los potentados turronero –casa de Monerris Planelles- y las primeras sucursales bancarias –Banco Español de Crédito-, el poder político –el ayuntamiento-, el poder cultural –la Sociedad Cultural La Amistad, la Sociedad de Socorros Mutuos El Trabajo, la Sociedad El Casino- y el primer edificio construido para albergar un centro de enseñanza-el colegio Eloy Coloma-, que ejercería de límite y punto final de la expansión de esta calle.
La Plaça, en los inicios de la II República. Vemos la calle desde el Ayuntamiento hasta el Colegio Eloy Coloma. A la izquierda aparece el Banco Español de Crédito y la Caja de Crédito Agrícola (Fotos Xion)
Con la llegada del nuevo siglo, se dota a la ciudad de nuevos servicios: agua potable y una nueva red de alcantarillado (1896), la instalación de la luz eléctrico (1900), y un nuevo cementerio municipal en la partida de Cañabate, alejado del casco urbano.
El campanario de la iglesia en la década de 1950. La construcción del edificio Gran Sol obligó a derribar el Ayuntamiento y la cárcel. Este "rascacielos" privó a los vecinos de la visión de su querido campanario (Fotos Xion)
Durante el siglo XIX, la elaboración del turrón se podría realizar en las propias casas. Sin embargo, las necesidades de aumentar la producción y la introducción primero del vapor y después de la electricidad, en la década de los veinte, harán que los incipientes empresarios turroneros decidan construirse nuevas fábrica, que se edificarán bordeando la carretera Alicante-Játiva y por lo tanto expandiendo la Ciudad hacia el Este.
El Casino, 1960.
La Guerra Civil y los primeros años de la posguerra supusieron un freno para el crecimiento de la industria turronera y por lo tanto de la ciudad. Pero, a finales de los cuarenta y sobre todo en los cincuenta, este frenito despareció y empezó a crecer muy rápidamente. Ello supuso la necesidad de dotar a esta industria de una gran mano de obra, que en la mayoría de los casos procedía de un incesante torrente de inmigrantes, por lo que fue necesario la construcción de nuevas viviendas. Así nació el barrio de San Sebastián y la calle doctor Ayela, caracterizados por sus edificios de viviendas unifamiliares.
Calle de la Industria. 1900. Su creación marcó el inicio de la expansión hacia el este. En ella se instalaron las primeras fábricas de turrón. (Fotos Xion)
Con la década de los sesenta se produce la auténtica expansión urbana: hacia el Sureste y rodeando el antiguo convento de Santa Ana y buscando el cauce del río Coscó se construye el barrio de María Verdú; al noreste y encima del barrio de san Sebastián se construye el barrio La Paz; y al Sur, pero alejado un kilómetro y medio del casco urbano, al calor del nuevo polígono industrial nace el barrio de la Sagrada Familia.
Escuelas Muinicipales Eloy Coloma. Inicios de la II República. (Fotos Xion)
La década de los setenta marcará la última expansión urbana marcada por la construcción hacia el Noreste con la creación e las calles Alicante, Valencia, y Madrid y hace el Este, por el otro lado del río, con la construcción del barrio del Través.
Calle Alcoi. Inicios de la II República (Fotos Xion) Dos panorámicas de la ciudad en 1930. Vemos la construcción de nuevas naves industriales en la Carretera Alicante-Alcoi (Colección Mercedes Mira) Barrio de La Sagrada Familia. Agosto de 1963. Panorámica de la ciudad en 1940. Algunas industrias turroneras se instalan muy cerca del Puente de Alcoi El Doctor Ricardo Ayela entregó en 1950 las viviendas que llevan su nombre. Panorámica de la ciudad en 1960. Se comienza la construcción de edificios alrededor del Convento de Santa Ana (Eugenio Bañón) Entrada norte de la ciudad en 1970. Allí están las empresas turroneras más importantes (Antonio Monerris Hernandez) Entrada sur de la ciudad en 1972. "El Almendro" ha contribuido a formar una de las estampas más conocidas de Xixona (Antonio Monerris Hernandez) Cine de Baix. 1970. Nacido para albergar teatro y cine, fue el primer edificio público construído para el disfrute de los ciudadanos. Fuente: Bernando Garrigós Sirvent. "Memoria Gráfica de Alicante y Comarca"