Con todo, se conservan en el Archivo Municipal de Alicante 53 expedientes que contienen un total de 81 bocetos, 18 de ellos en formato de fotografías autorizadas, y que documentan a su vez 55 monumentos repartidos en 36 fogueres, 5 barraques, 12 fogueres infantils y 2 grupos de ninots. Hay 2 expedientes de fogueres que no contienen boceto alguno.
Fogueres Infantils CALLE SAN VICENTE hubo dos, cuyos autores, Mataix Monllor y V. Moreno, plantaron respectivamente “A moneta, a moneta...” y “La elaborasió del tabaco” o “Lo que se fuma”. Fueron plantadas, la primera en el cruce de la calle San Vicente con la calle Vicente Inglada, y la segunda frente al número 9 de la calle San Vicente. Probablemente ambas fueron iniciativas privadas.
La portada de la Barraca PEÑA “ELS TRENTA Ú”, de autoría desconocida, tenía unas dimensiones de 8 metros de base y 4,5 metros de altura, siendo plantada entre los números 2 y 6 de la calle San Vicente, una de las vías más festeras de la ciudad a la vista del número de monumentos que en ella se plantaron.
Muy cerca, en el cruce de calles Díaz Moréu y Empecinado, Esteve Hermanos plantaron la Foguera CALLE DÍAZ MORÉU, de título “Anguileta amagá” según el expediente, o “¿Ahón estará la anguileta?”, de acuerdo con el boceto. Medía 6 x 3 metros de base y 5 metros de altura.
En cuanto a la Foguera CALDERÓN DE LA BARCA, hoy también Plaza de España, plantó el monumento de Francisco Muñoz Gosálbez titulado “El ensomit de un alicantí”, de Categoría B, acreedor de las 100 pesetas del Premio Cámara de Comercio. Medía 4 x 7 metros de base y 8 metros de altura, y fue situada en la desembocadura de la calle Manuel Antón en Calderón de la Barca.
Con una denominación que abarcaba la práctica totalidad de las calles que componían su distrito, la hoy desaparecida Foguera PASCUAL PÉREZ, TORRIJOS, BAZÁN Y NAVAS ALTAS fue obra de los artistas Fernando Guillot Bulls y Rafael Peral, que la titularon “Les vagues de Alacant”. Medía 6 x 6 metros de base y 7,65 metros de altura, y se plantó en el cruce de las calles Pascual Pérez y Torrijos (hoy César Elguezábal). Este distrito pertenece hoy día en su mayor parte a la Foguera Hernán Cortés.
Cerca de la anterior plantaría la Foguera Infantil GENERAL SERRANO, obra de Julio Calero Pérez, que tituló “Al que li pique que s’rasque” el pequeño monumento de 2 x 2 metros de base que plantaría en el cruce de la calle General Serrano con la Avenida de la Libertad (hoy Poeta Zorrilla), en la actual demarcación de la Foguera Plaza de Pío XII.
Junto a la anterior, en la misma Plaza de la República, los miembros de la recién constituida Barraca PEÑA “ALICÁNTARA” financiaron la construcción una portada de medidas considerables: 12 x 4 metros de base y 4 metros de altura.
La Foguera BARRIO SANTA ISABEL, hoy Santa Isabel, plantó “El triunfo del amor”, obra de Esteve Hermanos, en la Plaza de San Antonio. Medía 7 x 4 metros de base y 8 metros de altura, y le fue censurada la figura de un sátiro, que hubo que retirar del monumento.
Debutaba también en la Fiesta el Barrio del Altozano, con la Foguereta LOS ÁNGELES-ALTO SANO, de autor desconocido, titulada “Todo a media luz”. Sus 2 x 2,7 metros de base y sus considerables 8 metros de altura se plantaron en la plazoleta situada en la parte alta de la calle Roselló, y tenía una escena censurada en uno de los laterales de la base.
Se plantó un año más a cargo de Mariano Mingot Martínez el Grupo de ninots BENITO PÉREZ GALDÓS, frente al número 40 de esta calle, domicilio de su autor, titulado “Per no durla a Les Fogueres, carabasa li ha donat”. Medía 2,7 x 1,85 metros de base y 2,35 metros de altura.
Se plantó una Foguera Infantil PADRE MARIANA-TAQUÍGRAFO MARTÍ, en la confluencia de estas dos calles del actual distrito Santa Isabel, cuyo autor, Fernando Aracil, tituló “Puede el baile continuar”. Medía 1,7 x 1,7 metros de base y 3 metros de altura.
La Foguera PLAZA DE JUAN POVEDA Y 1º DE MAYO, hoy desaparecida y cuya denominación actual equivalente sería Plaça Sant Cristófol y Primo de Rivera, fue construida por los miembros de Unión Arte: Chuliá, Llopis y Pérez. “Els que s’aprofiten del aigua”, según el llibret, obtuvo el Segundo Premio de su categoría, dotado con 500 pesetas. Tenía 30 m2 de base y 9 metros de altura, con un coste de 2.200 pesetas. Se plantó en la calle 1º de Mayo, frente al número 8.
La Foguera SANTA CRUZ, que años más tarde se uniría a la anteriormente mencionada San Agustín y Carmen para formar la recientemente desaparecida Foguera Carmen-San Agustín-Santa Cruz, optó por el trabajo de Manuel Mora Penalva, de Categoría B, que llevaba por lema “El progrés de Alacant” o “Alacant prospera”. Se plantaría en la calle San Rafael, y sería censurado un ninot que asomaba de forma un tanto descarada por la ventanilla del tren. Obtuvo el Premio Diputación Provincial, de 100 pesetas.
Los vecinos de la calle Nueva Baja, perteneciente al actual distrito de San Antón Bajo, formaron una comisión para plantar la Foguereta CALLE NUEVA BAJA en la vía de la que toma su nombre. El “Monument als martirs del treball” también sufriría censura en la escena superior izquierda del frontal de la foguereta.
La Foguera CALLE GENERAL VILLACAMPA, una aportación más a la Fiesta del tándem Fernando Guillot Bulls y Rafael Peral, plantaba en la esquina formada por las calles General Villacampa (hoy Pozo) y Empecinado, en el actual territorio de San Antón Bajo, zona muy festera en la época como podemos observar, el monumento con lema “Honor á Villacampa”, si bien es también muy curioso el que aparece en el llibret, que aparentemente no tiene nada que ver, “Una essena de sainét en la font del cantonét”.
De manera independiente del monumento adulto, se plantaba la Foguera Infantil BARRIO DE BENALÚA, de autoría desconocida, a la altura del número 24 de la calle Pérez Medina. Era su lema “Españolismo”.
Una de las características de Les Fogueres 1933 fue sin duda la aparición de curiosos colectivos, incluso en ocasiones ajenos a la Fiesta, que quisieron dejar su grano de arena foguerer en las calles de nuestra ciudad. Probablemente el más anecdótico fuera la Foguereta CLUB ATLÉTICO MONTEMAR, financiada por los socios del mismo y de autoría desconocida, cuya estética era tan extraña y abstracta como su lema: “La vida insupéctica”. Medía 2 x 3 metros de base y 4 metros de altura, y se plantó junto a la sede de dicho club, entonces situada dentro de la actual demarcación de Benito Pérez Galdós, en el tramo de la calle Manuel Antón comprendido entre la calle Doctor Rico (hoy García Morato) y la Plaza de Castellón (Hermanos Pascual).
En el distrito Carolinas Bajas, un grupo de vecinos capitaneados por Miguel Molina plantaba, a la altura del número 17 de esa calle, la Foguereta CALLE PELAYO, dándole el lema “Les aspirasions del Carrer Pelayo”, probablemente de índole reivindicativa.
Sin prisa pero sin pausa, se iban incorporando barracas a la Fiesta. Vicente Olcina fue autor de la portada de la Barraca PEÑA “ELS PAELLERS”, de 6 x 3,5 metros de base y 3,5 metros de altura, que se instaló entre los números de la calle San Vicente, atestada de Fiesta como hemos podido comprobar.
Aparece también la Barraca PLAZA DE HERNÁN CORTÉS, de autor desconocido y ubicación en la hoy Plaza Nueva. “Barraca valenciana” tenía una portada de 5 x 2 metros de base, y reiteraba así una estética ya presente en el monumento foguerer del ejercicio anterior.
Les Fogueres iban apostando claramente por los pequeños de la Fiesta, y así la Foguera Infantil CALLE CASTAÑOS hacía su aparición en dicha vía del distrito Plaza de Ruperto Chapí. De autor desconocido, tenía unas dimensiones de 1,85 x 1,42 metros de base y 2,25 metros de altura.
Hay un expediente de la Foguera Infantil MAESTRO GAZTAMBIDE, meramente testimonial, pues carece de más información. Se desconoce la autoría, previsiblemente vecinos de dicha calle, en la es obvio se plantaría la pequeña foguera, dentro del distrito Benito Pérez Galdós.
Se conserva más información de la Foguera Infantil CALDERÓN DE LA BARCA, y aunque no se conoce autor, si bien es muy probable que fueran vecinos de esa calle o componentes de la comisión de la Foguera, sí se sabe su lema, “Tot son Bellées”, sus dimensiones de 1,9 x 1,9 metros de base y 2,6 metros de altura, y que plantó a la altura del número 7 de la calle Calderón de la Barca.
Probablemente por obra de la censura, tan protagonista este ejercicio, fue denegada la Foguera Infantil del Pasaje de la Fonda “La Unión”, que solicitaba plantar en el distrito Plaza de Ruperto Chapí, frente a la entrada al desaparecido pasaje en la calle Bailén. No se conoce ni su autoría ni el motivo de haber sido denegada, pero sí su lema: “Entre la creu i la fals”.
Y para terminar, la Foguera Infantil PABLO IGLESIAS-QUINTANA, plantada probablemente por miembros de la comisión Alfonso el Sabio, o tal vez Benito Pérez Galdós, pues se instaló en la encrucijada de las calles que le dan nombre, a caballo entre dichos distritos. Su lema fue “Lo que defenem”.
Pues bien, resumiendo este prolífico ejercicio, vemos que mientras Gastón Castelló es triunfador absoluto, logrando los dos primeros premios de la Categoría A en las dos únicas fogueres que plantó, sin embargo los autores que más representación tuvieron en 1933 fueron Juan Esteve, a partir de entonces conjuntamente con su hermano Gaspar, y el grupo “Unión Arte”, en especial el tándem Fernando Guillot y Rafael Peral. Otra pareja debutante, Antonio Marco y Domingo Tafalla, se distingue por sus magníficos bocetos en tinta sobre papel vegetal, de gran tamaño y muy meticulosos y detallados, que incluyen la explicación del monumento. E igualmente hacían su aparición dos firmas, Agustín Pantoja y Manuel Baeza, que darían mucho que hablar en años sucesivos, tanto de forma individual como formando pareja artística.
En los bocetos predominan las tintas, destacando especialmente los de los reaparecidos Francisco Muñoz y Paco Hernández, así como los de Gastón Castelló, y entre las acuarelas son dignas de mención las de “Unión Arte”.
Podemos observar la proliferación de barraques y fogueres infantils, lamentablemente poco documentadas en su mayoría, el contenido cada vez más politizado de los monumentos fogueriles, la mano de la censura cada vez más presente, y el despunte en altura de algunos monumentos, sobre todo de Categoría A, que llegan hasta los 12 y 15 metros. En el terreno de la anécdota, la originalidad de la foguereta plantada por el Club Atlético Montemar, rompiendo con las líneas estéticas y dialécticas de la época, y la primera foguera fuera de las lindes alicantinas, la Foguera Orán, a la que le seguirían en breve Madrid (1934) y Argel (1935).
Desde estas líneas, por último, mi más sincero agradecimiento al Archivo Municipal de Alicante, en especial a Agustín, Santi y Susana, por facilitarme sin cortapisas la consulta de cuanta documentación he precisado para este, anteriores y próximos artículos, así como por el material gráfico proporcionado. Muchas gracias.