24 noviembre 2008

BENIFALLÍM: MUERTES EN LA MASÍA

Benifallim es un pueblo tranquilo. Sus casas, blancas y pequeñas, trepan por la ladera de la montaña, refulgíendo bajo el sol abrasador del verano o escondidas en la penumbra fría del invierno.
Ya hablamos de él en ESTE artículo de Alicante Vivo.
Sin embargo, en el año 1999, ocurrió un terrible incidente, espantoso y atípico en nuestras tierras. Dicho incidente ha sido una de las pistas que hemos utilizado en nuestra primera edición de "CONOCE (Y VISITA) NUESTRA PROVINCIA"
¿Les apetece hablar de ello?
Hacia el mediodía del 20 de agosto, los agentes forestales se alarmaron. En medio del campo, en la masía conocida como Les Vaquerises, se había producido un incendio. Las llamas podían  extenderse en una zona tan seca como aquella. Al llegar, quedaron horrorizados. tres personas, totalmente carbonizada,s se hallaban entre los restos. Todos los indicios señalaban a  un triple crimen.
Muy pronto llegó la Guardia Civil y comenzaron las indagaciones.


Tres muertes llamaron el interés de los medios de comunicación. Circulaban noticias de que la dueña guardaba en la finca 400 millones de pesetas, fruto de la venta de unas tierras. La mirada de España se posó sobre aquel apartado rincón, donde el olivo, la vid y el almendro modulaban el paisaje mediterráneo. La somnolienta tranquilidad del pueblo desapareció de la noche a la mañana.
Pasaron los días y las investigaciones policiales se centraron en un sospechoso. Se trataba de Francisco Gómez, un joven residente en Alcoy que acudía a trabajar a la masía. 
La Guardia Civil lo detuvo y lo sometió a interrogatorios. 
Francisco se autoinculpó.
El viernes, 20 de agosto, se dirigía, como otras veces lo había hecho, hacia la masía Les Vaquerises. Allí había mucho que hacer y podía ganarse un dinerillo. En el camino, ya dentro de las tierras pertenecientes a la finca, le entraron ganas de orinar. Sin dudarlo, se puso a ello. Cerca, percatándose de lo que hacía, se encontraba Elvira Monllor, la dueña de Les Vaquerises, que había salido con los animales de la granja para que se alimentaran de forma natural. No le pareció bien que aquel muchacho hiciera sus pequeñas necesidades a su vista. Se lo recriminó. Él contestó. La discusión se elevó de tono. Entonces, Francisco se apoderó de un rastrillo y golpeó a la dueña en la cabeza hasta que la dejó sin vida. 
Era su primera víctima.


En la masía trabajaba un empleado que se llamaba Rigoberto Luís Esteve. Era un hombre de 47 años. Había oído los gritos y acudió con prontitud. Francisco Gómez, en un ataque repentino le golpeó en la cabeza hasta acabar con su vida.
Francisco Gómez contempló aquellos dos cadáveres. Su cabeza intentó pensar rápido. Comenzó a arrastrar el cuerpo de sus víctimas hacia la cuadra de la masía. Pero de pronto hizo acto de presencia Francisco Miró, tío de la dueña de Les Vaquerises. El asesino, al verse sorprendido, se aprestó a seguir matando. La pelea terminó como era de suponer: Francisco Miró fue la tercera víctima. Su cabeza también había recibido unos fortísimos golpes de rastrillo.
Ahora eran tres las víctimas que había que arrastrar al interior de la cuadra.
Y allí dentro, les prendió fuego
De los 400 millones... nunca se supo nada. 
La policía no los encontró.
 Foto de Paskki en su web: MUNDO RURAL - SOSEGADOS

La autoinculpación de Francisco Gómez simplificó las cosas. El juez instructor ordenó su ingreso en la prisión de Fontcalent, a la espera del juicio.Pero sorprendentemente, pocos días después, Francisco Gómez manifestó: “ los guardias me metieron en un cuarto y me empezaron a agobiar. Yo no he sido. Yo no sé nada.”
Según la legislación vigente, un acusado no puede permanecer en prisión más de cuatro años sin que se celebre su juicio. El 26 de marzo del 2003 se cumplió el periodo máximo de prisión preventiva. Y Francisco, acusado de dos homicidios y de un asesinato, fue excarcelado. El escándalo estalló en toda España. El Consejo General del Poder Judicial, ante una falta tan grave, abrió expedientes disciplinarios a la jueza instructora del caso y a dos fiscales, también vinculados.
Finalmente, Francisco Gómez se sentó ante un juez. Era principios del año 2004. A Francisco Gómez se le impuso una condena de  24 años de prisión. 
Él sigue proclamando su inocencia. “Yo tengo la conciencia tranquila. Yo soy incapaz de hacer eso.”
Pero Benifallím, uno de los pueblos más bonitos y arbolados de la provincia de Alicante, nunca olvidó lo sucedido.
Sus habitantes aún lo recuerdan con dolor y tristeza.

 
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