Es curiosa la cantidad de monumentos desconocidos, abandonados, o semi-olvidados que tiene o ha tenido Alicante. La estatua de Muñoz, los bustos de Rubén Dario, Eugenio Barrejón y del Dr. Rico, el monumento a la Natividad o el de Nicolás Peris son algunos de estos ejemplos.
Pero existió uno que ha caido absolutamente en el olvido. Nos referimos al busto del periodista madrileño Félix Lorenzo Díaz (1879 - 1933) que firmaba sus crónicas con el seudónimo de "Heliófilo". Fue redactor-jefe del Imparcial y director de El Sol, ambos en Madrid.
En sus artículos del diario Luz denominados "Charlas al Sol" difundía el clima alicantino, sus gentes y paisajes. Estas charlas serían editadas en 4 volúmenes prologados por su amigo Ramón Gómez de la Serna, el cual visitaría Alicante en 1932 gracias a sus gestiones.
El 3 de diciembre de 1932 el Ayuntamiento presidido por Lorenzo Carbonell, a petición del concejal Vicente Antón, hacía constar la gratitud de Alicante hacia Heliófilo por la difusión de la ciudad, mediante una carta enviada al Hotel Palace, de Alicante (hubiera llegado antes si se la daban en mano) su tradicional residencia durante el periodo invernal. Félix Lorenzo responde con humildad que él no cree merecido este homenaje. Poco tiempo después, en 1933, Heliófilo fallecía.
En 1934, el escultor José Samper, que quedó segundo en el concurso para dotar de fuente a la Plaza de la Independencia, finaliza el busto de Heliófilo el cual es inaugurado el 14 de abril de 1934 en unas escalinatas situadas junto al torreón del Castillo de San Fernando.
La Guerra Civil dejaría los bustos de Arniches y Altamira, obras de Samper, inconclusos.
En un principio pensamos que tras la Guerra Civil el busto había sido desmontado y guardado como le ocurririó al del Doctor Rico, pero como afirma Eusebio, él lo conoció allí instalado hace unos 40 años. A día de hoy no sabemos ni su paradero ni si se conserva todavía.
Curiosamente durante el periodo republicano se edita una postal de Alicante en la que sale el busto (la que vemos arriba) .Pero nadie le llama por su nombre. Unos dice que es el de Gabriel Miró (del mismo autor) que nunca estuvo en el Tossal y otros que es el de Carlos Arniches, que sí que estuvo situado en el Tossal pero que no se parece en nada, como sabemos. También cometen errores en la fecha puesto que la datan algunos en los años 50 cuando ni siquiera se aprecia el edificio de La Unión y el Fénix levantado en los '40.
A día de hoy las escalinatas están totalmente olvidadas y repletas de basura, como se observa en la foto. La postal que se observaba desde el Tossal ha cambiado por completo. Aún así, esa zona convenientemente restaurada y reforestada sería una zona de gran atractivo turístico como lo prueban los cuatro turistas que me he cruzado por la zona y que miraban sorprendidos la degradación de este maravilloso pulmón de Alicante.
¿Dónde estará este monumento? ¿En el limbo de un almacén municipal?
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