A raíz del artículo que publiqué con el nombre Edificios Singulares, surgió por parte de algún lector unas dudas sobre determinadas edificaciones, que sobrepasaban la altura de las colindantes y sin motivo aparente, aunque cronológicamente son algo más modernos que los referidos en dicho artículo que eran de los años 60 y se me preguntó porqué no los había incluido en la lista correspondiente ya que al parecer, cumplían todas las condiciones de ilegalidad de aquellos.
Pues bien, la explicación es la siguiente: son edificios totalmente legales y que en el momento de solicitar licencia para levantarlos, cumplían todas las normas vigentes , ya que fueron proyectados al amparo del Plan General de Ordenación Urbana de Alicante de 1975, redactado por el equipo del arquitecto Juan Antonio García Solera.
Este documento que rigió el urbanismo de nuestra ciudad desde 1975 hasta la entrada en vigor del presente PGOU en 1987, entre otras actuaciones bastantes contundentes, preveía la construcción de una red arterial compuesta por varias autopistas urbanas radiales, que desde el centro, comunicaban con las concéntricas Gran Vía, Vía Parque y acababan en la Autopista del Mediterráneo, enlazando con todas ellas mediante nudos a distinto nivel y de gran envergadura.
En ese documento por ejemplo, se contemplaba la continuación mediante un túnel de la Avda de General Marvá, por bajo del Instituto Jorge Juan, hasta alcanzar el Bulevar Teulada (1).
La Gran Vía coincidía sensiblemente en su trazado con la actual, excepto en el tramo norte en que a partir del Hospital General, tomaba el trazado que actualmente tiene el Bulevar del Pla, cruzando la avda de Denia y precipitándose hacia el mar a través de la Serra Grossa hasta alcanzar la carretera de la Cantera, es decir la Avda de Villajoyosa (2).
Pero sin duda lo más llamativo era un vial de 60 metros de anchura, llamado Acceso Norte, que naciendo de la Avenida de Jijona, subía recto hasta la Plaza de América para desviarse en suave curva hasta el nudo de enlace con la Gran Vía, a la altura de lo que hoy es la C/Finestrat, Rodolfo Salazar y General Espartero, para luego continuar en su camino hacia la Vía Parque y la Autopista (3).
Al ser una vía de primera categoría, todas las edificaciones que dieran a ella, podían levantar hasta 7 pisos, que era la máxima altura en manzana cerrada que dicho PGOU permitía. Necesariamente y para llevar a cabo el trazado de esa carretera, había un aspecto muy importante y era el de las expropiaciones, porque en su camino se interponían una gran cantidad de casas de planta baja y muchos edificios de pisos habitados que tendrían que ser expropiados, con los inconvenientes que eso plantea a todos los niveles: social y económico.
Entre los edificios afectados, estaban el Instituto de Higiene de Miguel López, el colegio de monjas colindante, el Hogar Provincial “La beneficencia” ( desaparecido de todas maneras posteriormente) y hasta el jardín Cañaveral.
El caso es que los años pasaron y el gran presupuesto que para tales expropiaciones hubiera hecho falta, frenó la construcción de dicha vía, pero las alineaciones vigentes fueron aprovechadas por varios promotores para levantar los 7 pisos reglamentarios pero el PGOU cambió y se decidió no mantener el trazado del Acceso Norte, rehaciendo las alineaciones y cambiando el trazado final de la Gran Vía, tal como lo conocemos ahora. El tramo del Pla, se convirtió en el Bulevar del Pla, al que se le dotó de un “precioso” e injustificado fondo de saco en la zona de Nou Alacant, roto únicamente por una callecita que se mantuvo porque por su subsuelo había sido construido un enorme colector que desde el Hospital se dirige hasta La Goteta que sirve como alcantarillado para las nuevas zonas urbanas del Garbinet y Benisaudet.
Al eliminar el Acceso Norte, se mantuvieron las anteriores alineaciones, se volvió a las alturas acordes con la anchuras de las calles e incluso para arreglar las diferencias de trazado entre unas y otras, hubo que recurrir a estudios de detalle para adecuar los desencuentros entre fachadas, favoreciendo incluso la creación de una nueva y sinuosa calle entre Doctor Buades y Francisco Giner de los Ríos y un par de pequeñas placitas.
En ese tiempo se dieron dos casos curiosos, ya que por una parte se levantó un edificio por la promotora de José Luis Curt que tiene fachada a la Avda de Jijona, Jaime Segarra y Javier Carratalá pero al hacerse en dos fases, la primera que se solicitó estando vigente el PGOU de García Solera, tiene un tramo de 7 pisos, mientras que la segunda, al edificarse posteriormente y haber cambiado las normas, tiene menos altura.
Y el segundo fue un edificio situado en C/ Francisco Verdú 3 y esquina a General Navarro. En este caso, la fachada correspondiente a esta última calle, se hizo como medianera, ya que el tramo de General Navarro entre Francisco Verdú y Maestro Alonso, desaparecía, para ser edificable. Actualmente la fachada de General Navarro 8, es una bonita medianera la que si quisieran los vecinos podrían abrir ventanas (claro: sino se tratara de un pasillo).
Es sólo un pequeño ejemplo de lo que una parte de un Plan General de edificación, puede suponer para la vida de una ciudad, no solamente estéticamente, sino las consecuencias que hubieran podido repercutir en cientos de familias, que hubieran visto expropiadas sus viviendas.
Y vamos a ver unas fotografías que ilustran todo lo dicho:
Pues bien, la explicación es la siguiente: son edificios totalmente legales y que en el momento de solicitar licencia para levantarlos, cumplían todas las normas vigentes , ya que fueron proyectados al amparo del Plan General de Ordenación Urbana de Alicante de 1975, redactado por el equipo del arquitecto Juan Antonio García Solera.
Este documento que rigió el urbanismo de nuestra ciudad desde 1975 hasta la entrada en vigor del presente PGOU en 1987, entre otras actuaciones bastantes contundentes, preveía la construcción de una red arterial compuesta por varias autopistas urbanas radiales, que desde el centro, comunicaban con las concéntricas Gran Vía, Vía Parque y acababan en la Autopista del Mediterráneo, enlazando con todas ellas mediante nudos a distinto nivel y de gran envergadura.
En ese documento por ejemplo, se contemplaba la continuación mediante un túnel de la Avda de General Marvá, por bajo del Instituto Jorge Juan, hasta alcanzar el Bulevar Teulada (1).
La Gran Vía coincidía sensiblemente en su trazado con la actual, excepto en el tramo norte en que a partir del Hospital General, tomaba el trazado que actualmente tiene el Bulevar del Pla, cruzando la avda de Denia y precipitándose hacia el mar a través de la Serra Grossa hasta alcanzar la carretera de la Cantera, es decir la Avda de Villajoyosa (2).
Pero sin duda lo más llamativo era un vial de 60 metros de anchura, llamado Acceso Norte, que naciendo de la Avenida de Jijona, subía recto hasta la Plaza de América para desviarse en suave curva hasta el nudo de enlace con la Gran Vía, a la altura de lo que hoy es la C/Finestrat, Rodolfo Salazar y General Espartero, para luego continuar en su camino hacia la Vía Parque y la Autopista (3).
Al ser una vía de primera categoría, todas las edificaciones que dieran a ella, podían levantar hasta 7 pisos, que era la máxima altura en manzana cerrada que dicho PGOU permitía. Necesariamente y para llevar a cabo el trazado de esa carretera, había un aspecto muy importante y era el de las expropiaciones, porque en su camino se interponían una gran cantidad de casas de planta baja y muchos edificios de pisos habitados que tendrían que ser expropiados, con los inconvenientes que eso plantea a todos los niveles: social y económico.
Entre los edificios afectados, estaban el Instituto de Higiene de Miguel López, el colegio de monjas colindante, el Hogar Provincial “La beneficencia” ( desaparecido de todas maneras posteriormente) y hasta el jardín Cañaveral.
El caso es que los años pasaron y el gran presupuesto que para tales expropiaciones hubiera hecho falta, frenó la construcción de dicha vía, pero las alineaciones vigentes fueron aprovechadas por varios promotores para levantar los 7 pisos reglamentarios pero el PGOU cambió y se decidió no mantener el trazado del Acceso Norte, rehaciendo las alineaciones y cambiando el trazado final de la Gran Vía, tal como lo conocemos ahora. El tramo del Pla, se convirtió en el Bulevar del Pla, al que se le dotó de un “precioso” e injustificado fondo de saco en la zona de Nou Alacant, roto únicamente por una callecita que se mantuvo porque por su subsuelo había sido construido un enorme colector que desde el Hospital se dirige hasta La Goteta que sirve como alcantarillado para las nuevas zonas urbanas del Garbinet y Benisaudet.
Al eliminar el Acceso Norte, se mantuvieron las anteriores alineaciones, se volvió a las alturas acordes con la anchuras de las calles e incluso para arreglar las diferencias de trazado entre unas y otras, hubo que recurrir a estudios de detalle para adecuar los desencuentros entre fachadas, favoreciendo incluso la creación de una nueva y sinuosa calle entre Doctor Buades y Francisco Giner de los Ríos y un par de pequeñas placitas.
En ese tiempo se dieron dos casos curiosos, ya que por una parte se levantó un edificio por la promotora de José Luis Curt que tiene fachada a la Avda de Jijona, Jaime Segarra y Javier Carratalá pero al hacerse en dos fases, la primera que se solicitó estando vigente el PGOU de García Solera, tiene un tramo de 7 pisos, mientras que la segunda, al edificarse posteriormente y haber cambiado las normas, tiene menos altura.
Y el segundo fue un edificio situado en C/ Francisco Verdú 3 y esquina a General Navarro. En este caso, la fachada correspondiente a esta última calle, se hizo como medianera, ya que el tramo de General Navarro entre Francisco Verdú y Maestro Alonso, desaparecía, para ser edificable. Actualmente la fachada de General Navarro 8, es una bonita medianera la que si quisieran los vecinos podrían abrir ventanas (claro: sino se tratara de un pasillo).
Es sólo un pequeño ejemplo de lo que una parte de un Plan General de edificación, puede suponer para la vida de una ciudad, no solamente estéticamente, sino las consecuencias que hubieran podido repercutir en cientos de familias, que hubieran visto expropiadas sus viviendas.
Y vamos a ver unas fotografías que ilustran todo lo dicho:
Avda Jijona 44 y Crevillente 1 y 3:
Javier Carratalá 6 y 8 y Francisco Carratalá Cernuda 7:
Avda Jijona 49, Jaime Segarra 2-4 y 6, Rafael Asín 30 y Javier carratalá 14:
Ingeniero Sánchez Pujalte 17:
Ingeniero Sánchez Pujalte 19, Rafael Asín 26 y Primitivo Pérez 16:
Ingeniero Sánchez Pujalte 21, Rafael Asín 25 y 27 y Primitivo Pérez 18:
Avda Jijona 57-59, Hermanos Soto Chápuli 1 y 3:
Hermanos Soto Chápuli 4, Francisco Verdú 1:
Devesa 3 y 5 y Francisco Verdú 3:
Medianera vista a la calle General Navarro de Francisco Verdú 36:
Calle de nueva creación formada por los edificios de Doctor Buades 128-130, General Espartero 100 al 115, Antonio Noguera 7 y Finestrat 12 y 14 y Francisco Giner de los Ríos 11:
Edificios Primavera de Francisco Giner de los Ríos 11 y 3 y Finestrat 22:
Edificio Primavera de Rodolfo Salazar 26-28, Alonso Cano 7, Primavera 21.23.25 y Marta Barrié 13. Ligeramente retranqueado respecto al Bulevar por acción de la curva del enlace previsto:
Ejemplo de edificios que hubiera sido necesario expropiar, en las calles Francisco Verdú, General Navarro, Canónigo Genestar, Javier Carratalá, Avda de Jijona Maestro Alonso e Ingeniero Sánchez Pujalte: