07 junio 2008

LA REGENERACIÓN DE LAS PLAYAS DE SAN JUAN Y MUCHAVISTA EN 1991

Seguramente muchos recordaréis cómo en los años 90, la Playa de San Juan perdió gran parte de su arena, y fue necesario realizar unas costosas obras de regeneración. Desde entonces, amplió su anchura, creando un área más elevada (y poco frecuentada por las sombrillas y toallas) más cercana a la Avenida de Niza, donde se fueron ubicando pistas de Voley Playa, servicios... y ya, en los metros finales, una zona en pendiente suave, donde verano tras verano, los bañistas desean lograr la primera línea para tostarse al sol.

El entorno de esta playa fue un antiguo vergel alejado de la ciudad, con cañaverales, dunas... y saladares más cercanos a la orilla. Fue colonizado a mitad del Siglo XX, y tuvo una rápida explosión. Su crecimiento urbano se vinculó al disfrute de esta kilométrica y emblemática playa, y sus visitantes desaparecerían si desaparecía su dorada arena. Hoy contaremos la historia de una obra vital para el futuro del turismo de la ciudad de Alicante, con unas fotos sorprendentes de cómo llegó a estar la playa.


La zona situada entre el Cabo de las Huertas y el Cabo Azul, denominada Playa de San Juan o Playa de Muchavista según pertenezca a Alicante o Campello, es desde el punto de vista físico, una sola playa de tipo encajado. A finales de los años 80 y principios de los 90, sufrió un fuerte proceso de erosión generalizada, pudiéndose afirmar, sin que sea una exageración, que estaba en peligro de desaparecer, especialmente después de los fuertes temporales que azotaron nuestra costa en invierno de 1989-1990.

La situación de este tramo de costa ofrecía en la primavera de 1991 la siguiente perspectiva:

- Un tramo de unos 800 metros de longitud a partir del Cabo de las Huertas en el que no existía playa.
- Un tramo de unos 2.600 metros de longitud, correspondiente a la zona con paseo marítimo, con una anchura de arena variable entre los 15 metros en los extremos y unos 60 metros en el centro.
- Un tramo final, de unos 3.200 metros de longitud correspondiente a la zona de playa sin paseo marítimo con un ancho de playa regular que variaba entre 6 y 10 metros.
La calidad de la arena y situaciones en estos tres tramos era la siguiente:
- En el tramo primero no se disponía de arena, sino que el agua batía contra la escollera de defensa y su utilización era prácticamente nula. El entorno urbanístico estaba constituido por edificaciones aisladas y una zona aún sin edificar, siendo en conjunto muy baja la densidad de población que sobre él gravitaba.
- El tramo intermedio presentaba una playa de aproximadamente 95.000 m2 de superficie, constituida por arena de tamaño fino, de origen calcáreo, color amarillento oscuro y pendiente suave. Este tramo de playa era, sin ninguna duda, de muy buena calidad, con paseo marítimo, accesos, servicios de hostelería y duchas. Su entorno urbanístico totalmente urbanizado estaba constituido por grandes masas de edificios de apartamentos, teniendo una utilización masiva, especialmente en la punta estacional.
-El tramo final de playa entre el fin del paseo marítimo y el Cabo Azul, de aproximadamente 30.000 m2 presentaba unas características totalmente diferentes del tramo anterior, ya que, salvo pequeñas zonas con arena, en general la playa era de gravilla, grava e incluso cantos rodados, muy probablemente procedentes del Río Seco. El entorno de esta zona estaba conformado por bloques de apartamentos, chalets adosados y alguna zona de cultivo, pudiendo su uso catalogarse como medio-bajo.
Perspectiva general antes de la regeneración. Abril 1991.
Aportación de arena en zona central. Julio 1991.Playa regenerada. Junio 1992.

La desestabilización:
En síntesis, podemos afirmar que sólo el tramo central de la playa presentaba unas condiciones de uso adecuadas y que en conjunto toda la playa, sufría un fuerte proceso de degradación cuyas causas más importantes hay que buscarlas en:
-La ocupación de todo el sistema dunar que respaldaba la playa y que constituía su reserva de arena. La total urbanización de la zona la privó de esta necesaria reserva.
- La regulación del Río Seco que dejó de aportar sedimentos útiles a la playa.
- La excesiva proximidad del agua al paseo marítimo y a la carretera, ya que cuando el oleaje se refleja contra ellos, la dinámica de los movimientos de las partículas de agua es diferente a cuando las olas desaparecen sobre la arena. En esta circunstancia, la playa no se recupera porque el oleaje reflejado no contribuye a acercar la arena a la playa sino por el contrario, la aleja de ella. Así pues, en donde las olas batían contra el paseo marítimo la playa corría serio peligro de desaparecer, y con ello, el proceso de erosión se aceleraba ya que además el batir del agua podía descalzar el muro del paseo, con riesgo de arruinarlo.
- La progresiva elevación del nivel medio del mar, debido, entre otras causas al efecto invernadero, aumento de gases en la atmósfera, fusión de los casquetes polares y dilatación de las masas de agua.
Todo lo expuesto se traducía en una progresiva pérdida de arena de la playa que la conduciría irremediablemente hacia su desaparición.

La regeneración:
El proyecto fue llevado a cabo por el Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, D. Carlos Peña Martínez, y su presupuesto fue de 1.700 millones de pesetas. La dirección de obra la llevó Ángel Muñoz, también Ingeniero de Caminos, y la empresa constructora fue la UTE Dragados-Sato. La solución adoptada por el MOPT para la regeneración de estas playas fue la de reponer con creces las pérdidas de arena sufridas.
Para estudiar su viabilidad, se realizaron una serie de estudios encaminados al conocimiento de las características específicas del tramo de costa y del material de aportación que constituyó el elemento básico del proyecto. Se estudió el clima marítimo, los planos de oleaje con el modelo parabólico para tres direcciones distintas (Sureste, Este y Nordeste-, considerándose periódos diferentes de 6 y 9 segundos. En cada uno de estos casos se obtuvieron las líneas de fase y las líneas de isoagitación.
También se tuvo en cuenta la dinámica litoral de la zona, concluyéndose que la Playa de San Juan y Muchavista tienen un encaje entre el Cabo de las Huertas y el delta del Río Seco, que hace que en su conjunto esté equilibrada.


Entre Junio y Octubre de 1991, se volcaron 2.176.000 m3 de arena procedentes de Sierra Helada, con lo que se aumentó en 900 metros la longitud de la playa con la aportación de arena al tramo cercano al Cabo de las Huertas, alcanzando en conjunto 6.600 metros de longitud.
Se incrementó también la superficie de la playa, con 510.000 m2 nuevos de un total de 640.000 m2, quintuplicando la superficie de arena. También se homogeneizó el ancho de la costa, siendo prácticamente una amplitud constante de 90 m.


Gracias a esta operación, se consolidó su perfil, permaneciendo prácticamente estable desde entonces, salvo en contadas excepciones de grandes temporales.
Desde entonces, esta playa ha sido objeto de una nueva mejora: la peatonalización de la Avenida de Niza, para dotarla de un importante paseo litoral. Pero esta historia os la contaremos otro día.

Fuente:
Artículo de Lázaro López Andrés en la Revista Festa 1993

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