05 mayo 2008

FINCA LACY Y LAS CAÑADAS

Hablando con Rubén el otro día por Messenger sobre las fotos de los lugares abandonados que habíamos visitado, le dije que había que aprovechar ahora que aun existen. Un día de estos, lo más probable, es que desaparezcan todos para dejar paso a un Polaris World cualquiera.
Dije que éramos “abogados de causas imposibles”, y es que así veo la situación: al “progreso” le importa bien poco nuestro pasado, y solo nos queda a gente como nosotros dejar constancia de él antes de que haya que lamentarse.
Hacía ya tiempo que me había planteado ir visitando lugares cercanos a Elda para ir fotografiándolos. Y es que con los años que vivo aquí, las afueras aun me son bastante desconocidas.
Gracias al libro “Elda: una mirada desde el cielo”, un libro de fotografías aéreas muy recomendable, he conocido algunos puntos de interés (en la página del CEFIRE están las fotos).
Así que esta semana he visitado dos lugares de las afueras:

LA FINCA LACY

Situado a orillas del Vinalopó, en la partida de La Jaud, este caserón se remonta al menos al siglo XVII. Ahora se halla cercado por el polígono industrial, que ha tomado de la hacienda su nombre.
El nombre de la Finca, según el número de la revista “Alborada” correspondiente a 1993:

Aspecto del caserón anterior a la construcción del polígono (“Alborada”, 1993)

[...] “En ese momento (1856), aparece en esta historia quien posteriormente daría nombre a la hacienda, sería su propietario y, con el tiempo, llegaría a ser el I Marqués de Lacy. D. Salvador de Lacy y Pascual de Bonanza, que así se llamaba, accedió a la propiedad al estar casado con Manuela Reig, una de las sobrinas, heredera parcial de la hacienda.”

En 1972, Doña Luisa Gómez-Tortosa Navarro, última propietaria de la finca, la aporta como capital (junto con otras dos fincas) a “la Sociedad Mercantil "La Jaud" S.A., empresa que se encargaría de vender la finca en su totalidad al Ayuntamiento en el año 1986, para la creación de un polígono industrial. El proyecto, actualmente en desarrollo, dio lugar al desmantelamiento
de la estructura agrícola, con el arranque de más de 6.000 olivos y al deterioro y desaparición de los rasgos arquitectónicos de la casona, cuyos elementos de valor han sido esquilmados por desaprensivos, como consecuencia del abandono.
El caserón (vallado por la Escuela Taller, pero con las vallas por los suelos) se encuentra en un lamentable estado de ruina, tanto que apenas me atreví a traspasar sus puertas para hacer fotos del interior. Cerca existen (o existían, no conozco su estado actual) los restos de una zanja para conservar hielo (para la próxima visita).

El Grupo Mosaico emprendió acciones para evitar su derribo, y el Ayuntamiento tiene el compromiso de su consolidación, pero del dicho al hecho hay un trecho.

Situación de la casa:


LA ERMITA DE LAS CAÑADAS


Se encuentra en el paraje casi desértico de Las Cañadas, al que se accede a través del Polígono Industrial Campo Alto primero, y luego rodeando el nuevo Cementerio Virgen de los Dolores.
El pequeño templo está dedicado a la advocación de Nuestra Señora de los Dolores. Se trata de poco más que una capillita de construcción rudimentaria donde antaño acudían a recibir los servicios religiosos las familias que habitaron la partida rural. Según la revista “Alborada” de 1984, en 1816 ya aparece mencionada en un acta del Obispado.
A unos pocos metros se encuentran las ruinas de un caserío, que conserva un reloj de sol en su fachada.

Interior de la Ermita
La ermita está abierta siempre, solo cerrada por una barra de hierro que atranca sus viejas puertas, y por eso me extraña que no haya sido dañada por el vandalismo. Por la comparativa con fotos antiguas, ha sido reparada, pero de todas formas tiene multitud de grietas. Y si lo unimos a que el entorno ya ha sido amenazado por el vertedero y el paso del AVE, y en la anterior legislatura con el PSOE se planteó la construcción de un campo de golf y una urbanización (incluso los del CQC se presentaron ante el alcalde), el futuro de la ermita no lo tengo muy claro.
Situación de la Ermita:


José Rafael Navarro Algarra
Tobarra


 
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