Finestrat es el Puig Campana.
Y el Puig Campana es Finestrat.
Resulta impensable hablar de alguno de ellos sin nombrar al segundo.
Ambos conviven en un maravilloso equilibrio, frecuentemente visto en nuestra provincia: beben de sus mismas aguas, dormitan uno junto al otro, se aprovechan de los mismos rayos de sol en invierno y de sus sombras en verano.
Y es que en Finestrat, mires donde mires, siempre está presente el Puig.
Grandioso.
Rudo.
Imponente.
Misterioso.
La población ha acogido numerosas culturas a lo largo de su historia. Su cercanía a la costa y a las vías de comunicación del litoral, le ha proporcionado ser asentamiento de las distintas culturas del mediterráneo que han pasado por esta zona.
Todas las civilizaciones antiguas han dejado su aroma en este pueblo que crece mirando al mediterráneo y por ello, a cada paso, en cada rincón, se puede observar la huella de sus antepasados.
Hacia el año 1797 el municipio fue visitado por el maestro Antonio Josef Cavanilles, y en su obra “Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reyno de Valencia” destaca la manufactura del esparto de una población de 476 almas. Posteriormente, ya en el siglo XIX y principios del XX fue importante la industria del yeso. No hay que olvidar que el pueblo se asienta sobre un cerro yesífero, y en su ladera todavía se encuentran restos de hornos dedicados a esta industria.
Sin embargo, la historia de este pequeño municipio, ni muy turístico ni muy tranquilo, es tan amplia y maravillosa que necesitaríamos un árticulo íntegro para ella.
¡Todo se andará en Alicante Vivo!
Por ahora, nos vamos a conformar con visitar sus calles, sus gentes, sus monumentos...
Acompañadme en un pequeño viaje por Finestrat.
Y por el Puig, claro.
Recordad que nunca camináis solos.
La montaña nos persiguen por cada una de sus callejuelas.
Y el Puig Campana es Finestrat.
Resulta impensable hablar de alguno de ellos sin nombrar al segundo.
Ambos conviven en un maravilloso equilibrio, frecuentemente visto en nuestra provincia: beben de sus mismas aguas, dormitan uno junto al otro, se aprovechan de los mismos rayos de sol en invierno y de sus sombras en verano.
Y es que en Finestrat, mires donde mires, siempre está presente el Puig.
Grandioso.
Rudo.
Imponente.
Misterioso.
La población ha acogido numerosas culturas a lo largo de su historia. Su cercanía a la costa y a las vías de comunicación del litoral, le ha proporcionado ser asentamiento de las distintas culturas del mediterráneo que han pasado por esta zona.
Todas las civilizaciones antiguas han dejado su aroma en este pueblo que crece mirando al mediterráneo y por ello, a cada paso, en cada rincón, se puede observar la huella de sus antepasados.
Hacia el año 1797 el municipio fue visitado por el maestro Antonio Josef Cavanilles, y en su obra “Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reyno de Valencia” destaca la manufactura del esparto de una población de 476 almas. Posteriormente, ya en el siglo XIX y principios del XX fue importante la industria del yeso. No hay que olvidar que el pueblo se asienta sobre un cerro yesífero, y en su ladera todavía se encuentran restos de hornos dedicados a esta industria.
Sin embargo, la historia de este pequeño municipio, ni muy turístico ni muy tranquilo, es tan amplia y maravillosa que necesitaríamos un árticulo íntegro para ella.
¡Todo se andará en Alicante Vivo!
Por ahora, nos vamos a conformar con visitar sus calles, sus gentes, sus monumentos...
Acompañadme en un pequeño viaje por Finestrat.
Y por el Puig, claro.
Recordad que nunca camináis solos.
La montaña nos persiguen por cada una de sus callejuelas.

La gente que ha estado arriba, dice que te sientes libre...; libre, insignificante y efímero.















Magia en estado puro.
Casas abiertas de par en par, mujeres hablando de ventana en ventana...
Todo como antaño...
En ocasiones, no hay que pedirle nada más a la vida para ser plenamente feliz
















Es entre las numerosas fuentes del término de Finestrat, la más importante. Las primeras ordenanzas que se conocen para la regulación de sus aguas datan de 1851, aunque hoy en día se rigen por las ordenanzas establecidas en 1926.
La Font del Molí tiene 15 caños siendo el central mayor que el resto y proporciona un caudal de 20 litros por segundo, media establecida en los últimos años. Su construcción incluye un acueducto subterráneo, galería o cavón que parte desde el manantial donde fluyen las aguas en dirección lateral al Barranc del puerto o Barranquet del Molí, y otro acueducto subterráneo, que partiendo del mismo barranco, en dirección transversal del mismo, termina en la parte lateral izquierda donde se encuentra una galería subterránea de 300 metros.
De época islámica todavía se conservan dos tramos de acueducto que alimentaban los molinos que todavía se pueden observar en sus inmediaciones.
info: Parte de la información de Finestrat ha sido extraída de la web de su Ayuntamiento. Muchas gracias por la colaboración prestada. Esperamos que les guste el resultado.