El Teatro Principal en 1900. El arquitecto Jover fue su constructor, utilizando una elegante factura neoclásica, en sustitución de los antiguos teatros. El nuevo colise colmaba las aspiraciones culturales de la ciudad en el inicio de la expansión moderna
Construcción del Mercado Central de Alicante. En otro orden, el crecimiento de la ciudad hizo necesaria la construcción de un moderno mercado en la calle de Alfonso X El Sabio, en el Ensanche, para el que se utilizaron los nuevos materiales constructivos de la época.
En la antigua Plaza de las Barcas, arrabal de San Francisco, fue construído en tiempos de Felipe II la Casa del Rey o Alfolí de la Sal. Más tarde, fue utilizada como prisión de la ciudad, como recoge esta fotografía de 1900. Las lamentables condiciones de insalubridad, higiene y humedad, motivaron su clausura, construyéndose posteriormente en su solar el actual edificio de Correos y Telégrafos.
Alegoría gráfica aparecida en el periódico "Mundo Obrero" con motivo de la celebración del primero de mayo de 1902. La clase obrera alicantina se unía a las reivindicaciones del proletariado europeo, entre las que destacaban la jornada de 8 horas de trabajo y la aspiración a repartir el tiempo de ocio entre el descanso y la instrucción. La dificil coyuntura económica del momento explica el auge de este tipo de manifestaciones que fueron acompañadas de huelgas de toneleros, obreros portuarios, cabreros, etc..., en fechas próximas a 1900 y 1901. La prensa alicantina de estos años tomaba partido desde distintos ángulos en tan candentes cuestiones.
Las representaciones teatrales y líricas, las procesiones y funciones religiosas, los actos literarios o deportivos no eran las únicas manifestaciones capaces de llenar el tiempo libre de los alicantinos. Cualquier otro pretexto, incapaz hoy día de lograr expectación, despertaba en aquella época la curiosidad y era capaz de dar un ambiente festivo a las calles y plazas de la ciudad. En 1903, el oso que acompaña la primera al titiritero en la primera foto, hacía las delicias de niños y mayores, al igual que un modesto "tiovivo", o los siempre estimulantes sones de la "dolçaina i el tabalet".
La llegada de la fiesta del Corpus era la señal indicada para el comienzo de la estación estival. Entonces, a los establecimientos permanentes durante todo el año ("Alhambra", "Alianza" y "Diana") se unían los balnearios de "quita y pon", bautizados con los nombres de "Esperanza", "Aguila", "Madrid", "Estrella", "Leon", "Confianza", "Delicias", "Florida", "Rosa", "Guillermo" y "Almirante", algunos de los cuales ofrecían sus servicios a los bañistas desde 1851.
Uno de los más elegantes y sofisticados era el balneario "Diana", que incluía además de las dependencias propias para el baño, un puesto de periódicos y restaurante, así como un servicio de galera para recoger a ciertos clientes a domicilio
Uno de los más elegantes y sofisticados era el balneario "Diana", que incluía además de las dependencias propias para el baño, un puesto de periódicos y restaurante, así como un servicio de galera para recoger a ciertos clientes a domicilio
Varias panorámicas de la actividad portuaria durante la primera década del siglo XX. La primera foto muestra un aspecto del mismo en 1900, con las reatas de mulas dispuestas para la trajineria en desfavorable competencia con el ferrocarril. La acumulación de veleros en la dársena y de tinglados y almacenes señala el punto de partida del puerto moderno a pesar de la disminución del tráfico portuario operada durante estos años.
Primera visita de SM Alfonso XIII a Alicante. La mañana del 14 de abril de 1905, tras desembarcar del yate Giralda, Don Alfonso pisó por primera vez suelo alicantino. Tras rendir homenaje a la Santa Faz y hacer un recorrido protocolario por la ciudad, acompañado de su alcalde Alfonso de Rojas, marchó a Madrid por ferrocarril el dia siguiente.
En la fotografía aparece el Real Club de regatas engalanado con motivo de la efeméride.
En la fotografía aparece el Real Club de regatas engalanado con motivo de la efeméride.
info: Alicante 1881-1980
Juan Luis Román del Cerro