ESCULTURAS DE LA GRAN VÍA DE ALICANTE

En la Gran Vía alicantina proliferan esculturas contemporáneas en las rotondas; esculturas que nos han hecho torcer la vista en alguna ocasión y contemplar (o tal vez cuestionarnos) el arte contemporáneo. Es muy difícil tratar de comprender el significado de una obra escultórica actual si no atendemos a una explicación que nos arroje algo de luz para interiorizar la composición.

Para ello quisiera comenzar con la escultura sobre la rotonda Gran Vía/ Alonso Cano.

Es un monumento dedicado a la paz, obra del escultor argentino afincado en Alicante desde hace muchos años, David Angelini; esta gran obra (por cierto, se inauguró el 28 de enero del año 2005 coincidiendo con el día mundial de la paz) está construida sobre una base de hormigón desnudo; representa una gran jaula en acero corten y dentro, en acero inoxidable, una paloma que gira sobre su eje buscando una salida para liberarse y que rueda 14 revoluciones por minuto representando la hora en que mataron en su día al concejal Miguel Ángel Blanco.

Al comprender esta escultura parece mucho más hermosa que en un primer vistazo, y nos hace reflexionar sobre el hecho de que todas deberían tener una explicación para que pudiéramos conocerlas.

Por otra parte, en la plaza del Alcade Agatángelo Soler, también en Gran Vía, se sitúa la archiconocida Puerta del Milenio, obra de Eduardo Lastres María, compuesta por los esqueletos de cinco estructuras ortoédricas, con tres de ellas situadas a gran altura sobre cuatro pilares de hormigón. Las dos restantes quedan en el suelo. En la composición, los vértices de unos se encuentran sobre las aristas de las otras.
No hemos acertado a identificar estas esculturas con un nombre popular, y significativamente, es la "rotonda deL Gran Vía", porque es la más cercana al centro comercial. Desde aquí quiero reivindicar su nombre original porque me sugiere muchas más sensaciones, es sensacionalmente poético y manifiesta la amplitud y grandiosidad de la obra: La Puerta del Milenio.



Posteriormente, debemos rescatar, de nuevo en Gran Vía, específicamente en la rotonda de la calle Colombia, a nuestros queridos "Cañones de Navarone", de Anzo, resuelta en dos piezas de hierro de color rojizo (aunque las van pintando y repintando de diferentes colores). La obra quiere representar dos brazos que terminan encontrándose en el aire, y realmente se llama "Monumento a la libertad de expresión" porque evoca los cinco artículos que aluden a la misma en la Constitución. En 1985 se instala en el cruce de la Avda. de Salamanca y de la Avda. de la Estación; se retira para su restauración, envuelta en un aura de polémica durante muchos años, pero que hoy hemos hecho nuestra y que ha encontrado su ubicación perfecta en la Gran Vía desde 1998.


Y en último lugar, para cerrar el ciclo (como bien comenta Rubén), tenemos la famosa "rotonda del barco", de Ismael Ferrer, que inicia la Gran Vía y es el punto de acceso (y salida) de San Gabriel y de la Autovía.

Conjunto escultórico compuesto por tubos metálicos pintados y hormigón. En primer término encontramos una semicircunferencia de color naranja constituido por el tubo de mayor diámetro. Detrás de ésta aparecen unos elementos metálicos de forma cilíndrica , colocados de forma vertical desde el suelo, inclinados variando el eje de la vertical sucesivamente y pintados en distintos tonos de la gama del azul. Todos los elementos del conjunto se asientan sobre una base de hormigón blanco que semeja el casco de un barco. Todo ello parece representar un velero atravesando el arcoiris.

Espero haber esclarecido algunas preguntas, o al menos, acompañaros en el recorrido por el arte contemporáneo, que en ocasiones se hace difícil de digerir si no explican o argumentan su significado. Queden estas tres esculturas como muestra del panorama actual alicantino que puedes observar desde tu coche, en cualquier día de atasco (que son los más) en la Gran Vía.