04 diciembre 2007

BREVE NOTICIA DE AQUÍ

Una tarde lluviosa de finales del Marzo de 1939, las tropas italianas de la brigada Littorio al mando de Gambara entraron en Alicante acorralando a los miles de republicanos, de españoles, que ansiaban la llegada de un barco con el que partir hacia el exilio, única huída de una victoria de los sublevados.

Después vino el penoso peregrinar hacia el Campo de los Almendros donde los hacinaron y humillaron.

El Campo de los Almendros fue un campo de concentración al más puro estilo fascista y aunque hoy nos parezca que estuviera más allá de esta tierra, en un lujar ajeno a nosotros, estaba ahí mismo, en la Goteta, nuestra Goteta.

La Comisión cívica de Alicante para la recuperación de la memoria histórica, en estos años de trabajo casi en obligado silencio, ha removido conciencias y levantado orgullos hasta conseguir del Ministerio de Fomento la subvención necesaria para levantar en tal lugar un memorial que, al menos los alicantinos, todos los alicantinos, debemos a aquellas mujeres y hombres que sufrieron allí vejaciones, hambres y horrores de suicidio.

Desde que se consiguiera esta subvención la Comisión Cívica de Alicante ha intentado de mil y una maneras, y siempre dentro del respeto a las instituciones gobernantes de nuestra ciudad, la aceptación del permiso de obras correspondiente para poder comenzar a levantar este memorial.

El hecho tiene en sí mismo el tinte político que debe tener, no cabe duda, pero es que no es una hipótesis histórica, no es un revanchismo, no es interpretar la historia para hacerla coincidir con una ideología. Son los hechos , tal y como ocurrieron.

El Excmo. Ayuntamiento de Alicante, no sabe y no contesta, sino todo lo contrario, estira el tiempo hasta límites insospechados.

Si Alicante, si los alicantinos, dejamos perder esta oportunidad de poder recordar a todas aquellas personas que lucharon por lo que hoy somos, y esto ocurrirá en Marzo de 2008, será para Alicante, para los alicantinos, la mayor vergüenza, no sólo política sino ciudadana, de ti y de mi.

Es decir que ha llegado el momento de hacer algo más que presentar por registro en el Ayuntamiento solicitudes de audiencia y de asumir un vuelva usted otro día.

Nadie hará por Alicante , lo que no hagamos nosotros mismos.

Y me refiero no sólo a escribir en los periódicos, que están en su derecho de publicar o no; digo salir a la calle, de nuevo.
De protestar, de decir bien alto que Alicante está vivo, que quiere no caer en la vergüenza nacional del olvido a estas gentes.

Muévete alicantino o nos quedaremos parados para siempre, viéndolas venir. Aprendamos de todos aquellos que lucharon con la palabra y los actos , digamos que ya basta, dejemos a los políticos y sus alejandrinas discusiones, hagamos algo.

Plantemos almendros donde los hubo y tumbémonos sobre el suelo atados a ellos; hay tantas memorias que nos piden a gritos hacer algo.

Estudiantes ¿sabéis lo que es reclamar una justicia?; obreros ¿sabéis que entre las raíces de los desaparecidos almendros anduvieron nuestros abuelos y nuestros padres?; gentes, ¿creéis que las almas de unos son mejores que las de otros?; Alicantinos ¿dónde está nuestra vergüenza?.

Yo, voy a plantar un almendro como me han obligado a hacerlo, a hurtadillas, con nocturnidad, pero me amarraré a él hasta que me encierren, pero no aguanto más esta injusticia y esta vergüenza, la propia y la ajena.

¿Qué harás tú?

 
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