18 noviembre 2007

LA "CASETA DE LA LEPRA" DE GATA DE GORGOS

Su construcción fue impulsada por el “cura leproso”, Don Juan Martínez Blasco.

La población de Gata de Gorgos conserva en uno de sus montículos cercanos (el vial que une la calle Sant Josep con el nuevo puente urbano), una construcción centenaria que se denominó popularmente “la caseta de la lepra”.

Fue fundada en 1892 por Don Juan Martínez Blasco, quien llevó una vida paralela al Padre Damián o el Padre Ferrís (Fontilles).
La “caseta” de Gata fue un precedente del sanatorio de Fontilles, que se abrió en 1909. Fue uno de tantos lazaretos que a finales del siglo XIX e inicios del XX, poblaban las dos Marinas y daban cobijo a los pobres leprosos de los distintos pueblos.
Un testigo que visitó Gata y el lazareto, descubrió a los ocho años de estar en Gata, al “cura leproso”, como también se le denominó a Martínez Blasco.
Aquel testigo iba relatando como era el lazareto: “levantado en la pendiente del vecino monte separado de la población por una rambla. La puerta guarnecida y chapeada de hoja de lata. El corredorcillo, el huertecito que hay detrás y aquellos aposentos, a la sazón vacíos y desmueblados”.

Otro testigo, hoy ya fallecido, más recientemente, me indicó: “Cada finestreta era una habitació”.
En la “caseta” quedan hoy restos de una chimenea, la pared principal y una hornacina exterior. “Hi havia un Sant Llàtzer, de rajoletes”. Con el paso del tiempo y al caer la techumbre, numerosos restos han quedado sepultados.

Según varios testimonios, la “caseta” quedó destruída en 1918, “ya que puede contribuir a las amenazas de la salud del vecindario, al haber habilitado leprosos, y así evitar que se habite la casa”, decían en uno de los plenos, los políticos de aquellos días.
El equipo de gobierno actual tiene entre sus proyectos el poder restaurarla y acondicionarla para poder ser un cobijo, un albergue natural,…además de poder ser un recuerdo histórico de la población.
"El cura leproso”, Don Juan Martínez Blasco

Foto extraída del libro Caridad Heroica de la Colonia-Sanatorio Nacional "San Francisco de Borja" de Fontilles.

En el mes de noviembre de 1884, el cura Juan Martínez Blasco “amante de los pobres y leprosos”, tomó posesión del curato de Gata.
Contaba entonces con 53 años de edad. En esta población habría de “contraer la enfermedad precursora de su muerte”, “fuera herpes o verdadera lepra”.
El capítulo III del libro “Caridad Heroica” de la Colonia-Sanatorio Nacional “San Francisco de Borja” de Fontilles (Vall de Laguar), está dedicado a “D. JUAN MARTÍNEZ BLASCO, CURA PÁRROCO DE GATA (1900)”. El libro está datado en 1904.
El Archivo Parroquial de San Miguel Arcángel de Gata cuenta brevemente su vida.
Cura destacado en la parroquia, nació en Cerdá (València). Inició su estancia en la parroquia el 6 de diciembre de 1884. Se le conoció como el “cura leproso”. En Gata, permaneció durante 14 años.


Durante su regencia, se realizó la primera reforma importante del templo parroquial (1884) y se construyó la ya mencionada Casa Lazareto para los leprosos, conocida más tarde como “Caseta de la lepra”.
Adquirió una nueva custodia dorada para la iglesia, que aún se conserva (1885) y bendijo el nuevo cementerio parroquial (1886), hoy ya desaparecido y convertido en un parque infantil, también abandonado. En este año, también se amplió y hermoseó, por primera vez, la ermita del Cristo del Calvario.
El cura Don Juan Martínez “nunca tuvo el menor asco en visitar a los pobres leprosos de esta localidad, consolándolos y socrriéndolos copiosamente, según sus fuerzas”. La idea fija, hasta la muerte, de este cura fue “la de su amada Gata”.
Cuando vino a tomar posesión de la feligresía de Gata “se encontró con una iglesia abandonada, pobre y completamente destartalada” y fue cuando, entre otras obras, derribó altares viejos y construyó otros nuevos, de estilo moderno; hermoseo el altar mayor con su titular, san Miguel; realizó un coro de gran capacidad; agrandó la sacristía y el altar-sagrario y construyó una abadía magnífica, edificada de planta, que es la que hoy existe.

Este personaje clave en la historia religiosa de la población “era de estatura alto, fornido, salud fuerte y robusta, trato distinguido, exquisita educación, sencillo y candoroso, noble y generoso, afable, bondadoso y risueño. Consagrado a su ministerio, le gustaba el esplendor y magnificiencia del culto. Tuvo renombre de orador, predicó miles de sermones y varias cuaresmas en distintos pueblos de la diócesis”. Entre “el socorro de los pobres y en las obras del culto, no sólo consumió todos los emolumentos de su trabajo ministerial, sino también el patrimonio que heredó de sus padres. La enfermedad le hizo dejar la parroquia en mayo de 1898 y de aquí marchó al Hospital Provincial de Valencia y después al Asilo de San Juan de Dios, en Barcelona. El 21 de enero de 1900 “entregó plácidamente su espíritu…”.
Una gran manifestación de duelo constituyó el oficio en la iglesia parroquial de Gata, el 29 de enero de 1900, a los ocho días de su merte, en la Misa de “requiem” celebrada a las siete de la tarde. El pueblo de Gata tenía, por aquel entonces, 3.967 almas.
Con los cantos del maestro organista Gaspar Rosello, presidieron el duelo el cura-regente, José García; el alcalde-presidente de Gata, José Signes Diego; los ediles del Ayuntamiento, el juez municipal y “demás notabilidades del pueblo”.
Dicen las crónicas que “las campanas no dejaron de doblar un momento por su alma”.
DATOS Y DOCUMENTACIÓN:
Artículo: “Juan Martínez Blasco “El cura leproso”.
Miguel Vives Signes. Programa Libro de fiestas 1995. Gata de Gorgos.

Libro “Caridad Heroica”, Colonia-Sanatorio Nacional “San Francisco de Borja” de Fontilles (1904).
Archivo Parroquial de Gata. Cuadro de curas-regentes.
Testimonios orales.

MIGUEL VIVES SIGNES

 
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