¿Nunca os habéis preguntado qué son los apellidos?
¿Sabéis qué los motiva y cuál es su origen?
Por regla general, la respuesta es muy simple: es el nombre con el que se distinguen las familias.
Ahora bien, dado que todo en esta vida tiene un principio, vamos a ser un poco más explícitos.
Retrocedamos unos cuantos añitos.... exactamente a la época del imperio romano. Siempre se ha dicho que Roma fue la cuna de la civilización. Y también fue la de los apellidos.
Anteriormente, las personas se diferenciaban unas de otras por sus nombres y, como mucho, por sus motes. Así pues, al que le faltaba un ojo se le llamaba, por ejemplo, Juanjo “el tuerto”; el que tenía el pelo rojo, se le llamaba Juanjo “el rojo” (con perdón y sin bromas); etc...
Así se llegó hasta Roma, donde comenzó la costumbre de añadir al nombre el título de su tribu o familia. Como ejemplo, el del propio Tito, que pertenecía a la familia de los Livios. De ahí su nombre completo: Tito Livio.
Sin embargo, esta costumbre romana quedó limitada a sus dominios, por lo que el resto de Europa continuó con el nombre y el apodo hasta bien entrada la Edad Media.
Empezaron a usarla los nobles feudales que añadían a su nombre el correspondiente a la población que habían conquistado. Por ejemplo, el famoso noble Hernán, al conquistar la población de Almeida, pasó a llamarse Hernán de Almeida.
Naturalmente, esto no ocurría en el pueblo llano. Para ellos, el origen de sus apellidos surgía del lugar donde habían nacido o, en ocasiones, del oficio que desempeñaban. Y no pocos se derivaron de los nombres de sus padres y abuelos. Citando dos ejemplos, el apellido Hernandez significaba “hijo de Hernando”, o Gonzalez “hijo de Gonzalo”.
El actual procedimiento de nombres y apellidos es sobradamente conocido: se basa en un primero paterno y un segundo materno. Pero tampoco esta norma es general, pues en Estados Unidos se invierten los nombres en algunos casos, siendo el apellido materno el que se coloca en primer lugar.Existe algo común en todos. El origen del apellido siempre ha tenido el mismo nacimiento aunque, con posteridad, se haya dividido en distintas ramas. La vida moderna es la culpable de que las personas no sintamos curiosidad por conocer los orígenes de nuestros apellidos. O más propiamente expresado, esa curiosidad existe pero pocos decidimos interesarnos.
Veamos, por ejemplo, mi apellido:
El principal asentamiento de esta familia en el Nuevo Mundo estuvo radicado en Tapachuela, Chiapas (Méjico). Don Nicolás de Amores Bueno, fue nombrado Gentilhombre por la reina Isabel II. El rey Felipe V otorgó el título de Conde Navas de Amores para él y sus descendientes a don Pedro García Amores y Angulo, natural de Elche de la Sierra (Albacete).
ARMAS: En plata, una encina de sinople con dos lobos de sable atravesados a su tronco.
En España : 1 810 personas comparten el apellido Amores según nuestras estimaciones
El apellido Amores es el 2 897° apellido más común en España.
Armas: En campo de gules con un brazo armado de plata moviente del flanco siniestro y con una espada desnuda en la mano, con hoja de plata y empuñadura de oro. En campo de gules, tres fajas vibradas de oro.
En España : 988 personas comparten el apellido Forner según nuestras estimaciones
El apellido Forner es el 6 782° apellido más común en España.
info: Mis Apellidos
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