Atrapada y maldita está la mujer encantada de Rojales. Y cada 100 años, siempre el día justo y a la hora justa, se despierta esta durmiente de su letargo y vaga sin descanso...
Así es nuestra leyenda.
Una de tantas historias de amor y muerte que nos apasiona a los alicantinos.
Medido con el exacto cronómetro de la historia, sale de las entrañas del monte Cabezo Soler una hermosa joven de triste leyenda.
¿Quién es esa bella princesa?
Comencemos la narración por el principio:
Un rey morisco sorprendió a su hija, una princesa de ojos azules y rubia cabellera, escapada del fantástico castillo de Cabezo Soler, en el río Segura, entregándose a los placeres del amor con un joven (moro o cristiano), ni se sabe.
Tras una pelea, el rey moro cayó herido.
En su agonía, maldijo a su hija y por arte de encantamiento hizo desaparecer el castillo y todos sus moradores.
¿Cómo se podría deshacer el terrible maleficio?
La princesa debería despertar, salir de ultratumba y ser llevada en brazos hasta el río, mojar sus pies e inmediatamente un nuevo encantamiento haría aparecer el castillo.
Por desgracia, este juego tenía que realizarse en la Noche de San Juan... una vez cada 100 años.
Y por desgracia, el espiritu del mal haría lo posible para que la doncella no llegara al río.
El hombre que ha de portar en brazos a la princesa, asustado y agotado, nunca consigue llegar a su destino, por lo es maldecido : "morirás con la lengua fuera al amanecer".
Y los habitantes de Rojales, incluso los más osados , la Noche de San Juan que cumple 100 años, tiemblan y no se atreven a ir al Cabezo Soler.
Y aunque la tradición dice que esa noche hay que ir al monte a encender hogueras y saltar sobre ellas, muy pocos se atreven.
E incluso los más viejos de Rojales les aconsejan que no vayan, narrándoles espantosas experiencias.
Así es nuestra leyenda.
Una de tantas historias de amor y muerte que nos apasiona a los alicantinos.
Medido con el exacto cronómetro de la historia, sale de las entrañas del monte Cabezo Soler una hermosa joven de triste leyenda.
¿Quién es esa bella princesa?
Comencemos la narración por el principio:
Un rey morisco sorprendió a su hija, una princesa de ojos azules y rubia cabellera, escapada del fantástico castillo de Cabezo Soler, en el río Segura, entregándose a los placeres del amor con un joven (moro o cristiano), ni se sabe.
Tras una pelea, el rey moro cayó herido.
En su agonía, maldijo a su hija y por arte de encantamiento hizo desaparecer el castillo y todos sus moradores.
¿Cómo se podría deshacer el terrible maleficio?
La princesa debería despertar, salir de ultratumba y ser llevada en brazos hasta el río, mojar sus pies e inmediatamente un nuevo encantamiento haría aparecer el castillo.
Por desgracia, este juego tenía que realizarse en la Noche de San Juan... una vez cada 100 años.
Y por desgracia, el espiritu del mal haría lo posible para que la doncella no llegara al río.
El hombre que ha de portar en brazos a la princesa, asustado y agotado, nunca consigue llegar a su destino, por lo es maldecido : "morirás con la lengua fuera al amanecer".
Y los habitantes de Rojales, incluso los más osados , la Noche de San Juan que cumple 100 años, tiemblan y no se atreven a ir al Cabezo Soler.
Y aunque la tradición dice que esa noche hay que ir al monte a encender hogueras y saltar sobre ellas, muy pocos se atreven.
E incluso los más viejos de Rojales les aconsejan que no vayan, narrándoles espantosas experiencias.