En los días 18 y 19 de noviembre de 1930, la ciudad se vio paralizada por una huelga general espontánea en protesta por la represión de una manifestación en Madrid que había costado la vida dos obreros. El paro se vio acompañados por fuertes choques entre la fuerza pública y los huelguistas.
Los días 10 y 11 de diciembre, se produjeron paros en importantes sectores de la ciudad en señal de solidaridad, esta vez con los obreros de Valencia.
Ambas movilizaciones serían el preámbulo de la gran huelga del 15 de diciembre.
Declarada en toda España por el Comité Republicano Revolucionario para poner fin a la monarquía, en Alicante y su provincia adquirió grandes proporciones y en algunas ciudades, como Aspe, adquirió visos insurreccionalistas. Prácticamente toda la provincia se mantuvo en huelga durante 5 días. En la capital fue declarado el estado de guerra el mismo día 15, siendo reforzadas las tropas de la guarnición por una Bandera de la Legión y buques de guerra.
La huelga se prolongó hasta el día 20, en que la ciudad, fracasado el llamamiento en toda España, fue volviendo lentamente a la normalidad.
Pero este empuje popular, se mantuvo a lo largo y ancho de la campaña de las elecciones municipales. Lo curioso es que se convirtieron en mucho más, nada menos que en plebiscito: O Monarquía, o República.
Los signos en la ciudad no dejaban lugar a dudas.
El 8 de marzo, la tradicional procesión cívica para honrar a los Mártires de la Libertad, se vio concurrida por miles de ciudadanos, convirtiéndose en una “clamorosa manifestación de fe republicana del pueblo alicantino”.
Los días 25 y 29 de marzo, manifestaciones populares a favor de la libertad de los presos son reprimidas “a sablazos” por las fuerzas del orden.
El 12 de abril de 1931 se celebraron las votaciones. La jornada, ambientada por una suave lluvia, trascurrió tranquila y con una enorme expectación. El 13 la prensa alicantina se hacía eco del rotundo éxito de los republicanos en la ciudad. Nada menos que el 81% de los votos fueron a parar a la Conjunción Republicano-Socialista, y sólo el 18,09% a los monárquicos. El veredicto de las urnas era pues inapelable.
“Ayer, 12 de abril, fue proclamada de hecho en España la II República... Alicante ha puesto fin para siempre al caciquismo monárquico que lo deshonraba”.
Hasta el mediodía del 14 de abril de 1931, no tomaron consistencia en Alicante los rumores del abandono del monarca. Hacia las 3 de la tarde la radio daba la noticia de la proclamación de la República en Barcelona. A esa hora miles de ciudadanos se concentraban ante le Círculo Republicano de la calle de San Fernando donde ondeaba ya la bandera de la república. De allí, hacia las 3,30 de la tarde, partió una gran manifestación en dirección hacia el Ayuntamiento. Poco después, hacia las 4 de la tarde, desde el balcón del Consistorio, se izaba la bandera tricolor entre el entusiasmo desbordante de la gran multitud que invadía la plaza.
Valga un testimonio como reflejo del clima de exaltación que reinó aquel día en Alicante.
“Fue un extraño fenómeno: como por encanto todo el mundo lucía por las calles emblemas republicanos, banderas, escarapelas en los sombreros, cobertores en los balcones y hasta la pequeña fuente luminosa que existía en la Avda. de Zorrilla, frente al Gobierno Militar lucía en sus chorros la enseña tricolor”.
El día 15 (declarado fiesta) continuaron las celebraciones. El 16, por la tarde, se constituyó el nuevo ayuntamiento republicano. En la solemne sesión, presidida por el nuevo gobernador civil Carlos Esplá, se eligió por unanimidad alcalde a Lorenzo Carbonell Santacruz, radical socialista. En sus primeras palabras enunció un noble propósito:
“La República al venir a España traída por los republicanos, con el sacrificio de nuestros muertos, no es una república sólo para los republicanos, es una República para todos los españoles”.
Pero, ¿la realidad acabó siendo como él dijo?
Info:Historia de Alicante
1490-1990
Los días 10 y 11 de diciembre, se produjeron paros en importantes sectores de la ciudad en señal de solidaridad, esta vez con los obreros de Valencia.
Ambas movilizaciones serían el preámbulo de la gran huelga del 15 de diciembre.
Declarada en toda España por el Comité Republicano Revolucionario para poner fin a la monarquía, en Alicante y su provincia adquirió grandes proporciones y en algunas ciudades, como Aspe, adquirió visos insurreccionalistas. Prácticamente toda la provincia se mantuvo en huelga durante 5 días. En la capital fue declarado el estado de guerra el mismo día 15, siendo reforzadas las tropas de la guarnición por una Bandera de la Legión y buques de guerra.
La huelga se prolongó hasta el día 20, en que la ciudad, fracasado el llamamiento en toda España, fue volviendo lentamente a la normalidad.
Pero este empuje popular, se mantuvo a lo largo y ancho de la campaña de las elecciones municipales. Lo curioso es que se convirtieron en mucho más, nada menos que en plebiscito: O Monarquía, o República.
Los signos en la ciudad no dejaban lugar a dudas.
El 8 de marzo, la tradicional procesión cívica para honrar a los Mártires de la Libertad, se vio concurrida por miles de ciudadanos, convirtiéndose en una “clamorosa manifestación de fe republicana del pueblo alicantino”.
Los días 25 y 29 de marzo, manifestaciones populares a favor de la libertad de los presos son reprimidas “a sablazos” por las fuerzas del orden.
El 12 de abril de 1931 se celebraron las votaciones. La jornada, ambientada por una suave lluvia, trascurrió tranquila y con una enorme expectación. El 13 la prensa alicantina se hacía eco del rotundo éxito de los republicanos en la ciudad. Nada menos que el 81% de los votos fueron a parar a la Conjunción Republicano-Socialista, y sólo el 18,09% a los monárquicos. El veredicto de las urnas era pues inapelable.
“Ayer, 12 de abril, fue proclamada de hecho en España la II República... Alicante ha puesto fin para siempre al caciquismo monárquico que lo deshonraba”.
Hasta el mediodía del 14 de abril de 1931, no tomaron consistencia en Alicante los rumores del abandono del monarca. Hacia las 3 de la tarde la radio daba la noticia de la proclamación de la República en Barcelona. A esa hora miles de ciudadanos se concentraban ante le Círculo Republicano de la calle de San Fernando donde ondeaba ya la bandera de la república. De allí, hacia las 3,30 de la tarde, partió una gran manifestación en dirección hacia el Ayuntamiento. Poco después, hacia las 4 de la tarde, desde el balcón del Consistorio, se izaba la bandera tricolor entre el entusiasmo desbordante de la gran multitud que invadía la plaza.
Valga un testimonio como reflejo del clima de exaltación que reinó aquel día en Alicante.
“Fue un extraño fenómeno: como por encanto todo el mundo lucía por las calles emblemas republicanos, banderas, escarapelas en los sombreros, cobertores en los balcones y hasta la pequeña fuente luminosa que existía en la Avda. de Zorrilla, frente al Gobierno Militar lucía en sus chorros la enseña tricolor”.
El día 15 (declarado fiesta) continuaron las celebraciones. El 16, por la tarde, se constituyó el nuevo ayuntamiento republicano. En la solemne sesión, presidida por el nuevo gobernador civil Carlos Esplá, se eligió por unanimidad alcalde a Lorenzo Carbonell Santacruz, radical socialista. En sus primeras palabras enunció un noble propósito:
“La República al venir a España traída por los republicanos, con el sacrificio de nuestros muertos, no es una república sólo para los republicanos, es una República para todos los españoles”.
Pero, ¿la realidad acabó siendo como él dijo?
Info:Historia de Alicante
1490-1990