26 junio 2010

HACE 1 AÑO HABLAMOS DE... "LA ERMITA DE SANTA ANA"

        
Estamos en 1841. Un grupo de obreros se acercan a la ruinosa Ermita de Santa Ana, situada frente a la playa del mismo nombre, para comenzar su demolición. El derribo tiene lugar el 26 de julio de ese año, curiosamente festividad de Santa Ana (mira que tiene días el año...) El ayuntamiento lo comunica el día antes al concejal Luis Morata que dirigirá las obras del derribo. Hace saber al clero de Santa María el inicio de las obras para que ya no queden altares ni nada de valor en el interior.
           
El clero ha de hacerse cargo del coste del derribo y si es necesario, podrán satisfacer el pago con los terrenos. Los altares, imagen de la Santa y cuadros de gran valor son trasladados a Santa María.
           
Y ahora damos un gran salto hacia atrás, con cuidado de no caernos, y nos vamos al 5 de enero de 1427. El Consell de la ciudad da orden "per a fer la Ermita de Santa Ana". Lo firman el Justicia del Consell, Jaume Franch; los jurados Lope Ferrández de Mesa y Bernat Bonivern. En esa misma sesión se da permiso para iniciar las obra de la Lonja de Caballeros.
             
El edificio se alza en lo alto de la hoy medio comida Sierra del Molinet (o de Santa Ana desde entonces) cerca del manantial de la Goteta. La población alicantina (poco más de 2.000 personas) subía cada 26 de julio en romería a la ermita a escuchar la Misa Solemne y el Sermón del cura. La Santa Faz llegó a detenerse en su interior en sus romerías. Además, en Semana Santa se realizaba el viacrucis en el Molinet.
           
       
Llegamos a la Guerra de Sucesión. En 1706 los ingleses bombardean Alicante y la dejan prácticamente en ruinas. La ermita de Santa Ana era un blanco fácil y sucumbe al bombardeo. Los alicantinos entristecidos se ponen manos al a obra y buscan una nueva ubicación para la ermita. La sitúan entre el Cerro del Molinet y el Monte Benacantil en un llano menos vendido a los ataques (donde se alza aproximadamente el Scalextric) Tras varias décadas en obras por falta de dinero, se supone que a mediados del siglo XVIII se acaba la nueva ermita.
           
Por lo visto la ermita no se respetaba demasiado pese a estar cuidada por un ermitaño. Poco a poco se fue deteriorando. Al parecer, la primera ermita era municipal por lo que se cuidaba más. La nueva al pertenecer a la iglesia de Santa María y no disponer de fondos fue deteriorándose rápidamente. En 1841 se informa de lo siguiente: "leída la denuncia que el arquitecto titular hacía de la hermita de Santana por hallarse en estado ruinoso, fue acordado oficiar al Clero de Santa María para que procediese a su reedificación o derribo a la mayor brevedad".
     
Como ya sabemos Santa María tiró por lo fácil y dejó que el Ayuntamiento derribase la ermita. Años después aquella zona comienza a quedar engullida por el Raval Roig y en 1851 todavía se conoce la zona como "ermita de Santa Ana".
       
Esta es la historia de la histórica ermita de Santa Ana que como buen monumento alicantino acabó derribada.
           
Fuente:
Artículo de Fernando Gil (años 80) y Alicante Ilustrado de Fco. G. Seijóo Alonso

 
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