31 julio 2007

EL SANATORIO DE FONTILLES Y LA LUCHA CONTRA LA LEPRA

El Sanatorio de Fontilles es un sanatorio para enfermos de lepra, un espacio abierto enclavado en el término municipal de La Vall de Laguar.

Este sanatorio se creó por la iniciativa del jesuita Padre Carlos Ferris y D. Joaquín Ballester en 1909 y está muy favorecido por sus bosques, parques y jardines, sus múltiples fuentes frescas, el aroma de pinos, romero y tomillo, y el canto continuo y variado de los pájaros.
El sanatorio es una obra benéfico-social que se mantiene por las pequeñas y numerosas aportaciones privadas con una capacidad de 300 plazas. Pero no es un hospital cualquiera. Ya desde su apertura en 1909, los trabajadores y voluntarios formaron un gran equipo humano.
Este centro ha ejercido desde siempre una importante labor investigadora y docente en diferentes áreas: Investigación clínica, quimioterapeútica, inmunológica y epidemiológica...
El sanatorio dispone de un laboratorio especializado donde se lleva a cabo sus funciones de investigación. Dispone también de una biblioteca que constituye un importante centro de documentación sobre dermatología y sus avances en el ámbito nacional e internacional.
La actividad sanitaria se centra en el Pabellón de Santa Isabel, totalmente equipado. Al igual que el Pabellón de Matrimonios con capacidad para acoger a 18 matrimonios.
Fontilles se abre ahora a otras necesidades sociales, con su "Residencia Borja" de la Tercera Edad, con preferencia para atender a personas residentes en los pueblos limítrofes. La tendencia cada vez mayor, a marginar nuestros mayores, hace que éstos requieran aquello de lo que carecen: asistencia.
Por tanto el Sanatorio acogerá, con criterio único de justicia social, a las personas más desfavorecidas, con falta de hogar, ayuda, medios económicos y comprensión humana.
J.S., de 80 años, es uno de los 68 pacientes que residen allí desde hace siete años. Contrajo la lepra en Brasil, adonde emigró para trabajar como carnicero y permaneció durante 35 años. En ese tiempo consiguió ahorrar lo suficiente para volver a su tierra, sin saber que ya portaba el bacilo de la lepra. De hecho, comenzó a encontrarse mal después de cinco años de estancia en España."Empecé a notar que se me dormían las piernas y las manos y acudí al médico de cabecera en Zaragoza", relata. Entonces le diagnosticaron la enfermedad y le remitieron al Sanatorio de Fontilles. Al poco tiempo de tomar el tratamiento se sanó, "porque siempre lo he llevado al corriente", asegura. Se encuentra muy bien, pero sigue viviendo en el sanatorio, donde los médicos le examinan con regularidad y donde ya ha hecho su hogar. "Aquí me siento muy a gusto, la convivencia es muy buena, con los médicos, los hermanos, las hermanas y los pacientes", afirma. A su edad y con las dolencias asociadas a ella, piensa permanecer allí, como el resto de los residentes, algo que es posible gracias a los fondos públicos proporcionados por las Comunidades Autónomas y a las donaciones privadas.
El sanatorio de Fontilles atiende al 71% de los casos de lepra de toda España. El centro alberga a 68 residentes, de una media de edad de 68 años, que llevan allí unos 31 años. “Consideran Fontilles su hogar y esperan que les cuidemos hasta el final, como a ‘la niña de nuestros ojos’. Y así lo haremos, cueste lo cueste”, señala Max Ebstein, miembro de la Junta de Gobierno de Fontilles y del Consejo de Dirección de la Federación Internacional de Lucha contra la Lepra (ILEP).
Desde los años noventa, la lepra ya está erradicada en España y el sanatorio de Fontilles ha contribuido a ello en gran medida. Las cifras son mínimas: en el año 2002 sólo hubo 7 nuevos casos, de media se dan de 10 a 13 casos al año, y el total de enfermos registrados en el país asciende a 311.
Además, la aparición de nuevos casos en España, según Fontilles, se debe principalmente a dos razones: la llegada de inmigrantes portadores de la enfermedad y de emigrantes españoles que la contrajeron en el extranjero y la traen consigo a su vuelta.

 
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