17 julio 2007

EDUARDO DE GUZMAN: LA MUERTE DE LA ESPERANZA

Eduardo de Guzmán Espinosa nació en Villada (Palencia) en 1908. Cuando contaba con diez años de edad se trasladó con su familia al madrileño barrio de Atocha. Allí llevó a cabo estudios provechosos que compatibilizaba con colaboraciones en diversos periódicos como “El Diario del Pueblo”.
Fue redactor y director de algunos de los periódicos más significativos de la Segunda República, siempre dentro de la corriente anarquista libertaria. Desempeñó el cargo de redactor jefe de “La Tierra” (1930), para el que realizó dos famosos reportajes (sobre Casas Viejas y el asesinato de Hildegart), durante cinco años.
En 1935 pasó a la redacción de “La Libertad” hasta comienzos de la guerra en que marchó a la dirección del CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y a la de Frente Libertario.
En enero de 1937 asumió la dirección de “Castilla Libre”, portavoz de la CNT de Centro, que mantuvo hasta el fin de la contienda.
El 1 de abril de 1939 fue capturado, junto con los últimos elementos republicanos, en el puerto de Alicante, de donde pasó al famoso Campo de los Almendros que describiera Max Aub, y de ahí al campo de concentración de Albatera.
En enero de 1940 fue condenado a muerte, pero fue indultado en mayo del 41.
En 1948, después de ser conmutada la pena de muerte a la que había sido condenado, y pasar sus correspondientes años en la cárcel, Eduardo fue liberado y desde entonces se ganó la vida como traductor y escribiendo novelas del oeste y policíacas de bolsillo.
Tras una tímida apertura del Estado franquista, el ya exdirector de “Castilla Libre” pudo salir de su particular ostracismo. Desde finales de la década de los 60 consiguió colaborar en la agencia de noticias mexicana “Amex”, o en revistas como “Índice”, “Triunfo” y “Tiempo de Historia”, y, al mismo tiempo, dio salida a una serie de obras que, pacientemente, había elaborado durante su época de exclusión social.
“La muerte de la esperanza” cuenta los sucesos vividos en los primeros días de la guerra civil y de los cinco últimos. Los primeros transcurren en Madrid. Narran la situación de la ciudad durante las jornadas del 17 al 20 de julio de 1936. Nos informan de lo ocurrido en los centros oficiales, en los periódicos, en los sindicatos, y, sobre todo, lo que aconteció en las calles, donde miles de personas se disponían a defender sus ideales. Sobre los últimos días relata la entrada de las tropas fascistas en Madrid y su salida hacia Valencia, en primer lugar, y, posteriormente, al puerto de Alicante.
Tras su puesta en libertad se ganó la vida como autor de novelas de género y traductor. “El año de la victoria” es su testimonio del campo de concentración franquista de Albatera. En 1975 le fue concedido el Premio Internacional de Prensa por esta obra.
Este destacado periodista republicano, que salvó la vida a duras penas, escribió un artículo extraordinario en 1978 en el que desmonta toda la serie de mentiras de los historiadores franquistas.
En el artículo titulado “Mi condena a muerte”, que se publicó en 1976, relata cómo en 90 minutos y en un juicio de urgencia, 29 republicanos fueron condenados, la mayoría, a muerte.
A Eduardo de Guzmán le guiaba su compromiso con los ideales libertarios de toda su vida. Avanzados los 70, el viejo libertario se sumó con mucho ánimo a la reconstrucción de la CNT, participando tras el franquismo en la fundación del primer sindicato de prensa y artes gráficas confederal. Fue un personaje clave de ese fecundo tiempo.
Según el periodista Rafael Cid, que conoció íntimamente a Guzmán, afirma que ni el sufrimiento de los muchos años que pasó en las cárceles franquistas, ni el olvido de los historiadores de cabecera de sistema, ni las penurias de aquellos años de exilio interior, convirtieron a este escritor en un persona vengativa, sino que vivió siempre sin odio ni rencor.
Falleció en Madrid el 24 de junio de 1991.

INFO: Elecohernandiano
FOTOS: Memoria Republicana

 
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