Mi querido Juan José me insta a escribir un artículo sobre un alicantino ilustre, y debido al ámbito en el que me desenvuelvo, elijo a un brillante escritor alicantino, aunque llamado creador del "madrileñismo".
Interesante paradoja que trataremos de resolver a partir de ahora a lo largo del artículo.
Carlos Arniches nace en nuestra ciudad en octubre de 1866, concretamente en la calle de Golfín. Fue un fecundo autor de más de 300 grandes comedias y sainetes (género éste tan denostado en las páginas de literatura a lo largo de los años...) y libretos de zarzuela; se le recuerda sobre todo como pintor de los ambientes populares de Madrid, cuyo chulesco y castizo lenguaje supo recrear de forma inimitable, inspirándose en el género chico y en el teatro por horas del siglo XIX.
Muy temprano emigró a Madrid, y desde entonces, los peculiares personajes madrileños de su teatro son interpretados siempre hablando de una forma característica muy redicha y con la sílaba recortada, pese a que la intención del autor era caricaturizar ese madrileñismo de baja estofa que sin embargo tan bien supo destilar. Realmente hoy me pregunto si Arniches retrató el habla de Madrid o la gente de Madrid habla como Arniches inventó. Seguramente haya creado un lenguaje madrileño que saltó de la escena a la calle para quedarse para siempre.
La gran creación de Arniches es el nuevo género: la tragedia grotesca (desde que oí por pimera vez este nombre, me quedé embelesado), esperando "estimular las condiciones generosas del pueblo y hacerles odiosos los malos instintos, nada más". Básicamente, se basaba en el juego del ser y del aparentar. En el contraste entre la apariencia social y la persona íntima. Es decir, lo que hizo Carlos Arniches fue rescatar personajes típicos de la clase media para desenmascararlos. Y todo ello a su manera: a medio camino entre la tragedia y el humor.
Entre todas sus obras, destacan especialmente Es mi hombre, sátira del machismo; La señorita de Trevélez, (J. A. Bardem la adaptó a la pantalla en la magistral Calle Mayor), donde se critica a la juventud burguesa, ociosa y desocupada, que ignora los sentimientos de los demás con sus crueles bromas; Don Quintín el Amargao (de la que Luis Buñuel produjo la película del mismo nombre rodada en 1935 y dirigida por Luis Marquina), Casa editorial, El santo de la Isidra, Los aparecidos, El amigo Melquiades, Los Caciques, El pobre Valbuena, La locura de Don Juan, ¡Que viene mi marido! (Tuve la suerte de ver esta representación en Alicante con José Luis López Vázquez y dirigido por José Luis Alonso de Santos. Aunque Alonso me confesó en unas jornadas en Almagro que realizó esta "obrita" por encargo, a mí me satisfizo completamente, Arniches sigue siendo genial)Arniches dominaba la técnica teatral, los recursos cómicos de la acción y sus comedias son ágiles y entretenidas, conjuntando al unísono la tragedia y lo jocoso con su peculiar y criticado uso del lenguaje. Colaboró también como libretista de zarzuelas para los maestros Ruperto Chapí, Federico Chueca y José Serrano, y entró en la Real Academia de la Lengua.
Libreto de zarzuela
En 1907 publica varios libros, como Águilas de blasón, Aromas de leyenda, Versos en loor de un santo ermitaño y El marqués de Bradomín. Coloquios románticos. Por entregas, en el diario El Mundo, publica Romance de Lobos. En 1908 inicia la publicación de su serie de novelas "La guerra carlista". Sus simpatías por el carlismo no fueron sólo literarias: en 1910 se presentó a diputado por el Partido Carlista, pero no obtuvo escaño.Viaja a Argentina en 1910 con la compañía de teatro de F. García Ortega, en la que figuraba Josefina Blanco, y pronuncia algunas conferencias sobre la literatura española. En la misma gira visitan también gran parte de Hispanoamérica. De regreso a España, sigue estrenando obras de teatro: Voces de gesta, en 1912, y La marquesa Rosalinda, en 1913. Su obra El embrujado fue rechazada por el Teatro Español, que dirigía "el garbancero" Benito Pérez Galdós.
En 1916 es nombrado titular de la cátedra de Estética de las Bellas Artes de la Escuela de San Fernando. Ese mismo año publica La lámpara maravillosa, meditación sobre el hecho literario.
Se la ha comparado con Valle-Inclán en su forma esperpéntica de concebir el alma humana, pero ambos autores tuvieron maneras muy diferentes de captar la realidad para trasladarla al teatro. El autor de El santo de Isidra, El puñao de rosas, Las chicas del gato, Mecachis, qué guapo soy, El último mono y el Padre pitillo tiene un sitio asegurado en el panteón dramatúrgico español pese a no haber sido considerado a lo largo de la historia literaria tal y como merecía. Hecho que suele ocurrir a todo aquel que se dedica por entero a la comedia en este país. Afortunadamente el profesor Juan Antonio Ríos de la Universidad de Alicante se ha esforzado siempre por demostrar quién era este genio.
En 1916 es nombrado titular de la cátedra de Estética de las Bellas Artes de la Escuela de San Fernando. Ese mismo año publica La lámpara maravillosa, meditación sobre el hecho literario.
Se la ha comparado con Valle-Inclán en su forma esperpéntica de concebir el alma humana, pero ambos autores tuvieron maneras muy diferentes de captar la realidad para trasladarla al teatro. El autor de El santo de Isidra, El puñao de rosas, Las chicas del gato, Mecachis, qué guapo soy, El último mono y el Padre pitillo tiene un sitio asegurado en el panteón dramatúrgico español pese a no haber sido considerado a lo largo de la historia literaria tal y como merecía. Hecho que suele ocurrir a todo aquel que se dedica por entero a la comedia en este país. Afortunadamente el profesor Juan Antonio Ríos de la Universidad de Alicante se ha esforzado siempre por demostrar quién era este genio.
Imagen del entierro de Carlos Arniches. Arniches murió en Madrid en 1943.
Monumento a Carlos Arniches
Autor: Daniel Bañuls Martínez
Cronología: 1947
Materia: Piedra tallada y mármol blanco.
Medidas: 2,80 x 1,10 x 0,59 m.Descripción: Sobre un pedestal cuadrangular apoyado sobre una base de mayor tamaño, se levanta una figura de tres cuartos que representa a la musa del teatro Talía, semidesnuda. Porta en su mano derecha una flor de loto y su mano izquierda sujeta la doble máscara que simboliza la Comedia y la Tragedia. Debajo de la Musa y esculpido en mármol aparece en bajorrelieve el retrato de perfil de Carlos Arniches. Debajo una inscripción tallada en la piedra recuerda la dedicación del monumento. Observaciones: El Busto de Arniches fue inaugurado en el Castillo de San Fernando el 20 de Julio de 1948 y trasladado posteriormente al lugar donde hoy se encuentra.
La única pega (y es grande) es no haber recuperado ni restaurado la casa donde vivió Arniches en la calle San Francisco.