La Puerta del Mar era la entrada a la ciudad desde el muelle, también conocida como puerta del Muelle, se construyó en 1544 por el Duque de Calabria.
Se situaba en línea con la desaparecida calle de Cervantes y era de vital importancia para el abastecimiento de la ciudad amurallada. Se situaría próxima a la puerta o en su mismo vano la aduana para gestionar los impuestos del género y el paso de mercaderias que por el puerto entraba o salía de la ciudad.
La puerta tendría puestos de guardia y algún paso levadizo ya que en el frente de la muralla se construyó un foso y estaba guardada por dos torreones cilíndricos encomendados a nuestra señora de Montserrat, de ahí que también sea conocida como puerta de Montserrat.
En 1535 comienza la construcción de la muralla del frente del Mar con los Torreones de San Bartolomé y San Sebastián. El autor de las obras fue el ingeniero militar Joan Cervelló. También en este momento debió construirse el Torreón de San Francisco, nueve años más tarde se abriría la puerta del Muelle y sus dos Torreones. Los Torreones se construyeron de planta circular, con un encintado en la parte superior con moldura en saliente a medio bocel. La coronación se terminó con un almenado, parecidos a la Torre de la Illeta del Campello.
Según palabras de Jacobo Fratin en 1580:
«y en dicha ciudad no se puede entrar sin bateria porque ella esta cercada de buena muralla toda por la mar y por la tierra aunque no lo esta a la muderna (excepto los arrabales de San Francisco y San Antón) y si en algunas partes ouiere algunos pedaços de muralla de la ciudad para rreparar se podran reparar (...) la ciudad tiene abaxo sobre la puerta de la aduana(Puerta del Mar) muy buena plaça para Artilleria y a las dos esquinas de la ciudad a la mano esquierda y a la de derecha de la dicha puerta de la aduana buenos torriones que todos limpian la playa y puerto con los tiros por el llano»
En 1765 el Conde de Aranda, Capitán Gral. del Reino, ordena - aunque no se llevará a cabo - el derribo de la muralla del Vall, pero propone se conserven los torreones de San Bartolomé y San Francisco "para memoria de su antiguedad". En la zona liberada por las murallas propondrá que se "formase un passeo con arboles y bancos que sirviendo al propio tiempo para el tráfico y transporte, porporcione un paraje interior de concurrencia para pasear a pie, y tratarse las gentes decentes de la Ciudad". Se estaba adelantando a lo que más tarde sería el Paseo de la Reina.
A partir de 1810 comienza el paulatino desmonte de las murallas de la Rambla con cuyos escombros se irían rellenando los fosos
Isabel II llegó a Alicante el 26 de mayo de 1858 y en una Real Orden transmitida por el ministro de la Guerra, haciéndose constar que "atendiendo la Reina (q.D.g.) a la conveniencia y necesidad de dar mas extendidos limites a la ciudad de Alicante, ceñida hoy por un recinto que impide su crecimiento y deseosa de proporcionar el bienestar y el progresivo desarrollo que la industria y comercio experimentan con motivo de hallarse ya en explotación el ferrocarril que la une con la capital de la Corte, he tenido a bien y tomándose en cuenta lo expuesto por el Ayuntamiento y Junta de Comercio, autorizar el derribo de sus murallas determinando que Alicante deje de ser plaza de guerra. Aunque no fue tarea fácil conseguir los propósitos de Alicante, tan justamente concedidos por la Reina; ya que la interpretación de la Real Orden resultaba confusa o muy clara, según quién la interpretara y así pues no quedo en pie ni una sola de las puertas ni torres ni baluartes que hubieran honrado la Historia de esta noble y siempre fiel ciudad de Alicante
Y es que ya lo dice la canción… que desde el matxo del Castell, mires i dius: qu'encant! (“o quin error mes gran”) no es ja este el poble vell, qu'es un altre Alacant! Visca Alacant! Visca Alacant!! Visca Alacant! ...
Puedes ver dónde estuvo la Puerta del Mar en nuestro Mapa de Panoramio
La puerta tendría puestos de guardia y algún paso levadizo ya que en el frente de la muralla se construyó un foso y estaba guardada por dos torreones cilíndricos encomendados a nuestra señora de Montserrat, de ahí que también sea conocida como puerta de Montserrat.
En 1535 comienza la construcción de la muralla del frente del Mar con los Torreones de San Bartolomé y San Sebastián. El autor de las obras fue el ingeniero militar Joan Cervelló. También en este momento debió construirse el Torreón de San Francisco, nueve años más tarde se abriría la puerta del Muelle y sus dos Torreones. Los Torreones se construyeron de planta circular, con un encintado en la parte superior con moldura en saliente a medio bocel. La coronación se terminó con un almenado, parecidos a la Torre de la Illeta del Campello.
Según palabras de Jacobo Fratin en 1580:
«y en dicha ciudad no se puede entrar sin bateria porque ella esta cercada de buena muralla toda por la mar y por la tierra aunque no lo esta a la muderna (excepto los arrabales de San Francisco y San Antón) y si en algunas partes ouiere algunos pedaços de muralla de la ciudad para rreparar se podran reparar (...) la ciudad tiene abaxo sobre la puerta de la aduana(Puerta del Mar) muy buena plaça para Artilleria y a las dos esquinas de la ciudad a la mano esquierda y a la de derecha de la dicha puerta de la aduana buenos torriones que todos limpian la playa y puerto con los tiros por el llano»
En 1765 el Conde de Aranda, Capitán Gral. del Reino, ordena - aunque no se llevará a cabo - el derribo de la muralla del Vall, pero propone se conserven los torreones de San Bartolomé y San Francisco "para memoria de su antiguedad". En la zona liberada por las murallas propondrá que se "formase un passeo con arboles y bancos que sirviendo al propio tiempo para el tráfico y transporte, porporcione un paraje interior de concurrencia para pasear a pie, y tratarse las gentes decentes de la Ciudad". Se estaba adelantando a lo que más tarde sería el Paseo de la Reina.
A partir de 1810 comienza el paulatino desmonte de las murallas de la Rambla con cuyos escombros se irían rellenando los fosos
Isabel II llegó a Alicante el 26 de mayo de 1858 y en una Real Orden transmitida por el ministro de la Guerra, haciéndose constar que "atendiendo la Reina (q.D.g.) a la conveniencia y necesidad de dar mas extendidos limites a la ciudad de Alicante, ceñida hoy por un recinto que impide su crecimiento y deseosa de proporcionar el bienestar y el progresivo desarrollo que la industria y comercio experimentan con motivo de hallarse ya en explotación el ferrocarril que la une con la capital de la Corte, he tenido a bien y tomándose en cuenta lo expuesto por el Ayuntamiento y Junta de Comercio, autorizar el derribo de sus murallas determinando que Alicante deje de ser plaza de guerra. Aunque no fue tarea fácil conseguir los propósitos de Alicante, tan justamente concedidos por la Reina; ya que la interpretación de la Real Orden resultaba confusa o muy clara, según quién la interpretara y así pues no quedo en pie ni una sola de las puertas ni torres ni baluartes que hubieran honrado la Historia de esta noble y siempre fiel ciudad de Alicante
Y es que ya lo dice la canción… que desde el matxo del Castell, mires i dius: qu'encant! (“o quin error mes gran”) no es ja este el poble vell, qu'es un altre Alacant! Visca Alacant! Visca Alacant!! Visca Alacant! ...
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