Como os habréis dado cuenta, se trata de la misma foto publicada en dos fragmentos diferentes por cuestiones de espacio.
Esta preciosa panorámica del puerto de principios de siglo muestra la actividad laboral y mercantil del que sería (y es) el centro neurálgico y funcional de la ciudad.
Para los pobres alicantinos que vivimos en el siglo XXI no nos cuadra esta instantánea con la imágen que tenemos del Puerto de Alicante: bares de ocio, zonas de paseo, yates de lujo...
Hubo una época en la que nada de esto existía.
El Puerto era simple y llanamente el lugar de trabajo de miles de alicantinos. Un lugar dónde la vida y las diferentes culturas se daban cita con una normalidad pasmosa.
La historia del Puerto comienza en 1271, con la declaración de Alicante (ciudad) como Puerto Público del Mediterráneo, según el privilegio otorgado por Alfonso X el Sabio.
El puerto como obra de ingeniería (un espigón de piedra entrado en el mar), no empezará a construirse hasta 1476 durante el reinado de Juan II.
Históricamente, el puerto ha tenido un papel decisivo en el comercio de la ciudad de Alicante.
A lo largo de la Edad Media y la Edad Moderna, las exportaciones estaban constituidas por productos propios del transpaís del puerto, sobre todo pasas y frutos secos, esparto, sal y vinos de la región.
En el siglo XVIII, la barrilla (planta usada antiguamente para producir la sosa) y la sosa, en un 80%, constituían las principales exportaciones del puerto, seguido muy por detrás de las exportaciones de frutos secos; mientras que las principales importaciones eran de trigo y salazones.
En 1778, se permitió al puerto de Alicante comerciar directamente con América.
En 1810 se descubrió la sosa artificial, dando lugar a una grave crisis comercial en la ciudad. Pero en la segunda mitad del siglo XIX, se produjo una auténtica revitalización del comercio portuario. Alicante, gracias a la línea de ferrocarril Madrid-Alicante (que entró en servicio en 1858), se convirtió en la primera salida por ferrocarril de la capital de España al mar. Un tratado con Francia para la exportación de vinos permitió dar rápida salida a grandes cantidades de vino de las tierras productoras del interior, como La Mancha y el valle del Vinalopó, contribuyendo a una expansión del viñedo en estas regiones; las exportaciones experimentaron un espectacular aumento desde 1854 hasta la última década del siglo XIX, cuando los vinos españoles comenzaron a ser reemplazados por los de las colonias francesas del norte de África.
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Puedes localizar el Puerto de Alicante en nuestro Mapa de Panoramio
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