Las cuatro filas de palmeras de las que se compone la Explanada han constituido un verdadero problema para su conservación desde sus orígenes. Las grandes y robustas raíces curvan en forma de auténticos badenes el pavimento tricolor y, si se les deja algo más de tiempo, lo acaban quebrando ineludiblemente. Esto llegó a crear un absurdo debate de si debería probar otro tipo de decoración vegetal, para eludir el trastorno que ejercen las palmeras a la Explanada, pero creo que aún hoy hay gente que se sigue riendo de la descabellada propuesta…¡entre ellos un servidor!
¿El más importante paseo alicantino sin palmeras?
Como quitarlas no es una opción, cada cierto número de años se debe cerrar la Explanada a los peatones, quitar las teselas estropeadas, recortar y pavimentar de nuevo.
No hay más remedio.
Nuestro gran paseo requiere lavadas de cara para seguir luciendo con esplendor.
La Explanada mide alrededor de medio kilómetro de longitud, que parece alargarse medio más a través del Parque de Canalejas. El verdadero punto fuerte de este paseo no son sus palmeras, ni su cercanía al puerto, ni sus vistas, ni los peculiares edificios que la acompañan, ni terrazas…
No.
Lo que verdaderamente hace especial este paseo, es su suelo. Un maravilloso mosaico de alrededor de 6 millones y medio de teselas cuadradas de una medida aproximada de 4 x 4 centímetros y de tres colores: Rojo Alicante (grana apagado, manchado en suaves blancos). Crema marfil y Negro Marquina (negro azulado). Este mosaico imita las olas del Mar Mediterráneo, tan unido a Alicante en absolutamente todo.
Lo que verdaderamente hace especial este paseo, es su suelo. Un maravilloso mosaico de alrededor de 6 millones y medio de teselas cuadradas de una medida aproximada de 4 x 4 centímetros y de tres colores: Rojo Alicante (grana apagado, manchado en suaves blancos). Crema marfil y Negro Marquina (negro azulado). Este mosaico imita las olas del Mar Mediterráneo, tan unido a Alicante en absolutamente todo.
Sus vistas son impresionantes, únicas y espectaculares: al norte el Castillo Santa Bárbara, al este el Puerto Deportivo y el Puerto Mercante de Alicante, al sur el Parque Canalejas (un paseo en donde apenas entra el sol, gracias a los enormes ficus centenarios) y al oeste la Casa Carbonell (motivo de adoración por sus cúpulas apuntando al cielo).
Cuando en 1830 hubo que poner un poquito de orden en Alicante, las autoridades se encontraron que al nivelar los terrenos del muelle de carga quedaba un espacio junto al puerto que no iba a ser utilizado por este. Por ello, decidieron dejar ese espacio como simple paseo.
En enero de 1844 se produjo el levantamiento de Pantaleón Boné y los suyos que tomaron el control de la ciudad hasta marzo. El día 8 de marzo de 1844 Boné y los suyos fueron fusilados en el Malecón. Desde entonces fueron conocidos como "los Mártires de la Libertad".
El hecho relatado anteriormente, no sentó nada bien a los alicantinos y por extensión al resto de España que ansiaba libertad. Así cada 8 de marzo, conmemorando los fusilamientos de 1844, se recordaba a los 24 muertos, llamados mártires…de ahí surgió la iniciativa de llamar al antiguo malecón, Paseo de los Mártires, nombre que siguió recibiendo hasta el final de la guerra civil española en 1939, cuando pasó a llamarse, Explanada de España.
La verdad es que los alicantinos no concibimos la ciudad sin ella, si sus puestos, sus sillas, y su mosaico que enamora. Es necesaria, al mismo tiempo que original, genuina, espectacular, admirable, vistosa, brillante y sencilla.
Ni más ni menos que como somos nosotros.