Tuvo que ser la época más floreciente del turismo en Alicante.
Durante la primera mitad del siglo XX, existió una clara vinculación del veraneo con la balnetoterapia, favorecida extraordinariamente por la mejora de la red de comunicaciones.
Junto a ello se desarrolló la idea del descanso invernal, manifestada por la preocupación científica de prodigar la excelencias del agua de Alicante.
Ante la necesidad de dar a conocer las excelencias de nuestra ciudad y su clima, se realizó un gran esfuerzo en la construcción de restaurantes, hoteles, comunicaciones y, por supuesto, balnearios en las mismas playas.
Junto a ello se desarrolló la idea del descanso invernal, manifestada por la preocupación científica de prodigar la excelencias del agua de Alicante.
Ante la necesidad de dar a conocer las excelencias de nuestra ciudad y su clima, se realizó un gran esfuerzo en la construcción de restaurantes, hoteles, comunicaciones y, por supuesto, balnearios en las mismas playas.
Pero, ¿cómo eran estos balnearios? ¿Cómo se construían?
Estas 4 fotos (de enorme valor) muestran de cerca el aspecto que tenía uno de ellos, concretamente el "Diana". Vemos su enorme tamaño, sus detalles decorativos, su lujo, su bar al aire libre.... Una realidad social muy diferente de la imágen que teníamos del Alicante de primeros de siglo.
Los balnearios eran un prodigio de técnica y construcción. Se levantaban sobre columnas de hierro, hincadas en la arena y empotradas en un cimiento de mampostería hidráulica para otorgarles seguridad. Constaban de dos partes esenciales:
1) La entrada, a modo de puente sobre pilastras, que salvaba la primera zona de arena y algas de la playa (entonces no existían tractores limpiadores como hoy). Este puente se adentraba bastante en el mar, ya que el escaso oleaje de la Playa del Postiguet así lo permitía.
2) La plataforma, que solía ser rectangular, con un salón central que recibía el sol por todos sus frentes y tragaluces.
Las formas arquitectónicas de los balnearios conjugaban las funciones higiénicas y de ocio, con unas connotaciones diferentes de las formas tradicionales. En algunos casos estos edificios participaban y se impregnaban de los valores estéticos imperantes en el momento, pero es sin duda en sus fachadas donde mejor se plasmaba el caracter de esparcimiento y donde se pretendía representar artificiosamente unas estructuras fastuosas.
¡Qué envidia!
¿Quién de nosotros no desea volver al pasado y visitar uno de esos balnearios?
¿Os imagináis las maravillosas vistas de nuestra ciudad, vírgen de grandes edificios y contaminación?
¿Os imagináis un aperitivo en sus terrazas al aire libre, cualquier domingo de primavera?
Tuvo que ser la envidia del país... y, por supuesto, el comienzo del turismo interior hacia nuestras tierras.
Puedes conocer su historia completa en esta serie de artículos:
Los Balnearios del Postiguet I, II y III
También puedes conocer la curiosa historia de Doña Violante y los Baños del Postiguet
Y también puedes ver dónde estuvieron localizados en nuestro Mapa de Panoramio
Estas 4 fotos (de enorme valor) muestran de cerca el aspecto que tenía uno de ellos, concretamente el "Diana". Vemos su enorme tamaño, sus detalles decorativos, su lujo, su bar al aire libre.... Una realidad social muy diferente de la imágen que teníamos del Alicante de primeros de siglo.
Los balnearios eran un prodigio de técnica y construcción. Se levantaban sobre columnas de hierro, hincadas en la arena y empotradas en un cimiento de mampostería hidráulica para otorgarles seguridad. Constaban de dos partes esenciales:
1) La entrada, a modo de puente sobre pilastras, que salvaba la primera zona de arena y algas de la playa (entonces no existían tractores limpiadores como hoy). Este puente se adentraba bastante en el mar, ya que el escaso oleaje de la Playa del Postiguet así lo permitía.
2) La plataforma, que solía ser rectangular, con un salón central que recibía el sol por todos sus frentes y tragaluces.
Las formas arquitectónicas de los balnearios conjugaban las funciones higiénicas y de ocio, con unas connotaciones diferentes de las formas tradicionales. En algunos casos estos edificios participaban y se impregnaban de los valores estéticos imperantes en el momento, pero es sin duda en sus fachadas donde mejor se plasmaba el caracter de esparcimiento y donde se pretendía representar artificiosamente unas estructuras fastuosas.
¡Qué envidia!
¿Quién de nosotros no desea volver al pasado y visitar uno de esos balnearios?
¿Os imagináis las maravillosas vistas de nuestra ciudad, vírgen de grandes edificios y contaminación?
¿Os imagináis un aperitivo en sus terrazas al aire libre, cualquier domingo de primavera?
Tuvo que ser la envidia del país... y, por supuesto, el comienzo del turismo interior hacia nuestras tierras.
Puedes conocer su historia completa en esta serie de artículos:
Los Balnearios del Postiguet I, II y III
También puedes conocer la curiosa historia de Doña Violante y los Baños del Postiguet
Y también puedes ver dónde estuvieron localizados en nuestro Mapa de Panoramio